El embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo, habló con Semana, e hizo un balance de su gestión, se refirió a la supuesta compra de gas a Venezuela y a lo que piensa hoy de Nicolás Maduro.
SEMANA: ¿Cuál es el balance desde su llegada a la embajada de Colombia en Venezuela?
Milton Rengifo: Muy positiva, ha sido excelente el recibimiento de parte de las autoridades, el sector privado, sociales, sectores políticos, muy interesados en reabrir una relación que nunca debió romperse, esa fue una irresponsabilidad de un gobierno ideologizado que nos hizo perder miles de empleos, millones de dólares en divisas y nos hizo perder el mercado venezolano, el más importante para la economía para los empresarios colombianos. Hemos vuelto, pero hay otros competidores, tenemos a China y Turquía muy metidos, pero en general ese buen recibimiento responde a las buenas relaciones que siempre hemos tenido y que nunca debieron haberse roto.
SEMANA: ¿Cómo encontró la casa (la embajada)?
M.R.: La casa del embajador es muy grande, muy bonita, es patrimonio, se siente uno cómodo, creo que subutilizada, estamos pensando en convertirla en una especie de centro cultural, un sitio de exposición, un tertuliadero, apenas es un plan, hay que esperar, pero sí creo que hay que sacarle el jugo, un mayor rendimiento. La casa es una belleza, se conservó, se cuidó bien, la inversión inicial que se hizo en esta etapa fue muy buena.
SEMANA: ¿Cuántos consulados hay abiertos hoy y cuántos faltan?
M.R.: Están abiertos los consulados de Caracas, Maracaibo, San Antonio y San Cristóbal. Los colombianos están muy contentos, así me lo han hecho saber, mantengo permanente conversación, direccionamiento con las organizaciones sociales aquí colombianas, nos parece excelente. Muy positivo. Se está pensando por parte de Cancillería hacer presencia en el occidente de Venezuela. Ya, como tenemos cubierto el norte de la frontera, queremos seguir hacia Apure, el estado Bolívar, San Fernando de Atabapo, Puerto Ayacucho y El Amparo, eso se está estudiando, pero creo que hacia allá se dirigen todos los pasos para la apertura de consulados.
SEMANA: ¿Qué tan avanzadas están las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países?
M.R.: Este miércoles abrimos rueda de negocios con presencia de la vicepresidencia, de los altos funcionarios del gobierno, se rompieron todas las expectativas, el número de inscritos, asistentes, he estado en reunión con empresarios, hay muchísimo optimismo, se han cerrado negocios, vínculos, eso nos tiene bastante contentos.
SEMANA: Este miércoles se informó que se reabrirán todas las fronteras entre ambos países. ¿Cómo se dará y desde cuándo?
M.R.: En una decisión que se tomó entre los grupos de trabajo y el Ministerio de Comercio y la Vicepresidencia. Se logró la apertura total de los puentes porque el comercio internacional tiene que ser 24 horas al día. Había unas aperturas parciales, otros no existían y se decidió abrir, eso se aplicará en las próximas semanas.
SEMANA: ¿Cómo garantizar la seguridad en la frontera entre ambas naciones?
M.R.: Esa es una de las consecuencias terribles de la equivocada e infame decisión del rompimiento de relaciones entre los dos países. Colombia nunca ha tenido el control de la frontera, nunca y con el cierre menos, lo que se hizo fue entregarle la frontera al multi crimen. Ahora tenemos 266 trochas y nosotros solo tenemos 7 puestos fronterizos habilitados, en la próxima reunión de la comisión será sobre vigilancia y defensa y será objeto de análisis, diagnósticos y para tomar medidas porque es una frontera bastante extensa, siguen operando grupos ilegales, está el Catatumbo, Venezuela se queja porque recibe esa carga del conflicto colombiano. Nosotros hemos dicho aquí que es necesario asegurar la frontera desde la parte social, hasta ahora ha habido un tema meramente comercial y policial y de defensa, pero hay que ver la frontera como una bisagra, como una región concertada de gobernanza entre los dos países.
SEMANA: En agosto pasado, usted presentó credenciales a Nicolás Maduro. ¿Cómo le fue?
M.G.: En general bien, un acto de 5, 10 minutos, protocolario, como los que hay en el mundo, bien, se dieron unas declaraciones a la prensa, bastante bien.
SEMANA: Las relaciones entre Nicolás Maduro y Armando Benedetti, su antecesor, empezaron bien y finalizaron mal. ¿Cómo lo notó usted?
M.G.: Lo que haya hecho o dejado de hacer el exembajador Armando Benedetti eso hace parte de la historia. Estoy mirando hacia el futuro. Lo que hizo, dejó de hacer, que hizo esto o lo otro, no es importante, no es estratégico, no es la prioridad. Estamos construyendo una relación muy estratégica para el país, para su economía, para 3,4 millones de colombianos que residen aquí. Lo que pasó hacia atrás, no me interesa.
SEMANA: ¿Petro y Maduro tienen planeados nuevos encuentros?
M.G.: No sé si encuentros físicos, pero se hablan permanentemente. El lunes 25 de septiembre hablaron por la tarde, por ejemplo. Tienen una relación directa, lo supe por boca del propio presidente Nicolás Maduro. Ahí hay unos temas andando que requieren mucha coordinación. Los encuentros se darán las veces que sean necesarios con tal de mantener, profundizar y mejorar las relaciones entre los dos países.
SEMANA: Usted tiene su propio estilo en el cargo…¿es más diplomático que Benedetti?
M.G.: No conozco cuál fue el estilo del exembajador Benedetti, no he tenido tiempo de ponerme a reparar eso. Mi estilo es de conversar, avanzar, tratar de lograr el mayor acercamiento con todos los actores: privados, públicos, ONG, partidos políticos, sectores empresariales, inversionistas, organismos multilaterales.
SEMANA: A Benedetti lo criticaron mucho porque para algunos sectores fue un diplomático muy entregado o “vendido”, como lo llamó la oposición, frente al gobierno de Maduro. ¿Usted será igual?
M.G.: Habría que ver por qué le decían vendido. Yo aquí me he reunido con la oposición y, entonces, ¿qué me van a decir? ¿Vendido a la oposición de Maduro? También me he reunido con el presidente y las autoridades. Esos códigos son muy difíciles de asumir. Nosotros tenemos una idea democrática de las relaciones, de la autodeterminación, de la soberanía, de la buena vecindad, somos hombres de paz y nos toca hablar con todo el mundo.
SEMANA: ¿Es cierto que el exembajador Armando Benedetti no pudo sacar ni siquiera su trasteo de la sede de la embajada colombiana en Caracas?
M.G.: No lo sé, realmente, no me interesa. Quiero responderle en buena actitud, pero esa pregunta no da lugar. Ya Benedetti es cosa del pasado.
SEMANA: ¿Ha recibido instrucciones de explorar eventuales compras de gas por parte de Colombia a Venezuela en los próximos años ante la escasez de reservas?
M.R.: No he recibido ninguna instrucción al respecto.
SEMANA: ¿A usted qué tal le parece la propuesta?
M.R.: Habría que preguntarse, ¿por qué Hugo Chávez nos vendió gas y el expresidente Álvaro Uribe lo compró e hicieron un gasoducto y Petro no lo puede hacer ante una eventual necesidad? No sé cuál es la diferencia. ¿Por qué lo pudo hacer un presidente y por qué otro no, en caso de que esa eventualidad se diera? Eso me llama poderosamente la atención.
SEMANA: ¿Colombia ya está compartiendo información militar y de inteligencia con Venezuela? Era uno de los puntos que estaba pendiente…
M.R.: Hay una reunión pendiente, la próxima reunión de la comisión binacional será sobre seguridad y defensa, estamos pendientes del sitio, estaríamos hablando de finales de octubre o noviembre, aquí hay afán, me ha mostrado el ministro Vladimir Padrino afán de concertar esa parte de defensa y también Colombia.
SEMANA: ¿En qué quedó la mediación del Gobierno de Gustavo Petro con la oposición a Nicolás Maduro?
M.R.: No es una mediación, es un acompañamiento, nosotros hemos dicho que los problemas de Venezuela los resuelven los venezolanos, nosotros y otros países estamos acompañando el proceso. Esos detalles hay que preguntarle al canciller Álvaro Leyva.
SEMANA: Vemos que el presidente Gustavo Petro se ha apartado de esta medicación entre Maduro y sus opositores. ¿Es así?
M.R.: ¿Que el presidente se ha apartado? Tengo otra mirada. La semana pasada en las Naciones Unidas, Gustavo Petro se pronunció junto con otros presidentes sobre la necesidad de levantar las sanciones a Venezuela. Esa fue una medida que se tomó para presionar a Maduro y lo que ha hecho es ahondar una crisis económica, social y que impacta a los colombianos que viven en Venezuela. Cuando el presidente habla sobre la necesidad de levantar las sanciones es por eso, porque también nos sentimos afectados.
SEMANA: ¿Maduro ha sido señalado de ser responsable de delitos de lesa humanidad, ¿qué opina de eso?
M.R.: En el escenario que atraviesa Venezuela se lanzan acusaciones de lado y lado, no solo le han dicho eso, otras cosas, esperemos que eso se decante, eso hace parte del proceso político que vive el país. Encontré a Venezuela muy cambiada, no encontré el país polarizado que pintaban algunos y que dejé en el 2007, 2008 cuando dejé de venir al país. Esperemos que la paz y la confianza se profundice y se aclimate.
SEMANA: ¿Hoy qué piensa de Nicolás Maduro?
M.G.: Pienso lo que he pensado siempre: no es gratuito que esté ahí como presidente de Venezuela, le ha tocado sortear una situación muy difícil y lo encuentro con una postura, junto con muchas personalidades, líderes sociales, políticos y demás, de diálogo, de apertura, de concertar y avanzar de forma pacífica hacia la resolución de los conflictos.
SEMANA: ¿Cambió de postura? Antes era crítico de Maduro…
M.R.: Uno a los amigos (en sentido figurado) tiene toda la legitimidad para decirles verdades, lo que uno piensa, lo que a uno no le gusta, en su momento lo hemos hablado, nunca hemos dejado de tener amistad, menos ahora cuando nos hemos abierto las puertas mutuamente, nunca debieron cerrarse. Él es el presidente de un país con el cual necesitamos profundizar las relaciones. Una cosa es lanzar una crítica y otra decir que era crítico de Maduro, no tiene nada que ver una cosa con la otra. En absoluto.
SEMANA: ¿Cambió la percepción de Maduro ahora que regresó a Caracas y lo conoció?
M.R.: No se ha cambiado, en absoluto, es el presidente de un país con el cual nosotros tenemos una relación que nunca debió romperse y que necesitamos profundizar. Somos un solo país, otros dicen que somos hermanos, nosotros en lugar de criticar lo que queremos es ayudar porque están en juego los intereses de 4 millones de colombianos, empleos, divisas, en juego la región y el continente (…).
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