El expulsado embajador argentino en Ecuador, Gabriel Fuks, negó que hubiera existido connivencia para facilitar la fuga de la ex ministra María de los Ángeles Duarte Pesantes de la residencia diplomática, sobre quien pesa una condena de cárcel y que apareció este lunes en Caracas junto al embajador Oscar Laborde. Además, embistió contra el canciller Juan Carlos Holguín, a quien acusó de mentir y de ser responsable de la escalada entre ambos países.
El ahora ex representante argentino ante el gobierno de Guillermo Lasso habló con Infobae desde Colombia, donde aterrizó tras cumplirse la expulsión. A Fuks lo acusan de negligencia o complicidad con el escape de esa ex funcionaria del gobierno de Rafael Correa, quien también tiene una condena por corrupción. Con tono acelerado -”hace cuatro días que no duermo”, dice- rechaza cada una de las palabras del funcionario ecuatoriano.
-El canciller Juan Carlos Holguín sugirió que hubo complicidad de su parte en el escape de la ex ministra Duarte. ¿Qué responde?
-El canciller es un mentiroso. No pudo comprobar ninguna de las cosas que ha dicho. Planteó mentiras, habló de que liberé la zona. Todo esto sucedió entre el 10 y el 12 de marzo. El día 14 de marzo, la Policía Nacional dice que el auto sigue estando ahí. Lo que yo tuve fue, muchos días antes, una conversación con la Policía, porque yo tenía un efectivo adentro de la residencia, que corresponde a la División Custodia de Embajadas, como tiene la Policía Federal en Argentina.
He tenido permanentemente un policía adentro de la residencia y un auto del lado de afuera. La residencia argentina está en un pasaje de 30 metros que termina sin salida en las rejas de la Residencia. El auto de la policía estaba puesto en la puerta, mirando hacia la residencia, en un pasaje sin salida. Llamé oficialmente para preguntar si era parte de la custodia o no: me dieron que no era parte de la custodia, que era para seguridad ciudadana. Eso es para vigilar si hay un robo, en un pasaje sin salida no hay robos.
Les pedí que lo corran y lo hicieron. Lo movieron 10 metros, y al día de hoy está ahí. Lo tuvieron que mover empujando porque no le funcionaba la batería. Esto es el estado ecuatoriano, pero ahora pretende echar la culpa y demonizarme a mí, e insultar a la República Argentina cuando el patrullero que puso para vigilar se le escapó lo que no se le tenía que escapar. ¿Cuál es la culpa del embajador argentino? Yo no liberé nada.
-Ahora entonces es es cierto que usted pidió el retiro de ese móvil.
-Esta es la primera mentira. Yo no pedí que retire nada. La custodia adentro de la embajada es permanente. Tenía un auto puesto en la reja. No les dije que lo retiren. Me dijeron que no es parte de su custodia y por eso les solicité que lo corran. Pero no pedí que lo saquen. Usan una información que existió, pero la tergiversan. Jamás pedí que se retire. Estaba viendo que no estaban haciendo seguridad ciudadana, pero era obvio que estaba haciendo otra cosa. Me molestó que me trataran por tonto. Quería claridad sobre la situación. Si no era para mi protección, que lo corran 10 metros. Donde estaba el patrullero. el auto está ahí y siempre estuvo ahí. Están usando una información para transformar la verdad.
-¿Qué pasó en el asado famoso, donde se juntaron diplomáticos para despedir al coronel Ochoa?
-No hubo diplomáticos. El asado se hizo para despedir a Ochoa, que fue un gran colaborador y que trabajó por los intereses de su Patria. Duarte Pensantes no participó de ninguna actividad social. Ni siquiera en la final del Mundial. Ese día ni siquiera lo vio con nosotros. Eran 1300 personas las invitadas, pero ella no tenía relación con el coronel Ochoa. El coronel se iba el sábado y se hizo el viernes el asado de despedida. Si hubo un auto diplomático era el mío. El sábado estuve todo el día en la residencia.
La residencia tiene 2.400 metros cuadrados. La distancia entre mis dependencias y donde estaba Duarte son más o menos 25 metros. Además, ella tenía acceso propio desde afuera a su lugar. Ella no se movilizaba en general por el interior de la residencia. Sí por fuera, en el parque, pero no transitaba en lugares donde yo me muevo. Tenía toda la libertad para hacer ejercicios y demás. A veces nos veíamos y a veces no. No tenía forma de estar pendiente de ella ni era mi rol personal.
El Gobierno le concedió el asilo político para quedarse en la residencia y ella era libre de salirse y era libre de no comunicarlo, que fue lo que hizo. Yo no era su carcelero. Era embajador del país que le concedió el asilo político. Era una de las actividades que desarrollaba como embajador solicitar que el gobierno de Ecuador concediera el salvoconducto que se negó a conceder.
-¿Se fue o no se fue en uno de los autos diplomáticos María Duarte?
-El único automóvil diplomático que estaba en la residencia era el mío. Los otros vehículos no era diplomáticos. Decían que en ese asado había diplomáticos de otros países, agentes de la inteligencia cubana, venezolanos. Nada. No había nadie que no fuéramos nosotros, personal de la Embajada y mis colaboradores. Sólo yo y mis colaboradores y personal de la embajada. Le entregamos una distinción. Es un gran tipo.
-¿Ahora, en la salida de los invitados de ese asado pudo haberse escapado Duarte?
-No con la gente que estaba ahí. Si se fue, no lo sé. Ella si quería podía salir. Era una día de lluvia y pudo haber elegido ese día o la final del mundial. No sé por qué eligió ese día. No tuvo connivencia ni apoyo logístico. Su decisión no nos compete. Ella era libre de irse o de quedarse porque era asilada. Ahora de ahí a las fantasías que Holguín pergeña para defender la incapacidad que tuvieron. Lo que dijeron del patrullero, después de que supuestamente atravesó todo Quito y que no sé por dónde salió.
No sé. Eso es cuestión de Ecuador. Si Holguín cree que es más fácil romper relaciones con la Argentina o echar al embajador de Argentina, que es lo último que se hace en la diplomacia, porque se mantiene aún en situación de conflicto bélico, es porque tiene una debilidad tremenda y necesita mostrar músculo. Holguín está por ser enjuiciado en la Asamblea por abandonar a los migrantes ecuatorianos que atraviesan el Darién.
Prefiere pelearse con Argentina para que se mire para otro lado para mostrar fortaleza política, músculo? Es su problema. Pero será su responsabilidad que sacar el embajador generó la expulsión inmediata del embajador ecuatoriano en Argentina y está dejando a los 15 mil jóvenes que estudian en la Argentina y los 1.100 millones de dólares de intercambio que tenemos sin relaciones diplomáticas. Va a ser muy difícil y tendrá que explicar, porque de las mentiras que dijo no tiene una sola prueba.
-¿Revisó los videos de seguridad de la residencia para ver cuándo y cómo se fue Duarte Pesantes?
-No. No vi los videos. No vi nunca desde que llegué. Los videos los maneja la Policía Nacional y la seguridad privada que está asignada. ¿Por qué tengo que ir yo a revisar esos videos? Cuando me citaron el primer día, me insultaron en la Presidencia de la Nación: siete personas contra mí, me sentaron como si fuera un prófugo o un reo. El secretario de presidencia, el vicecanciller, el canciller por videoconferencia, el jefe de la Policía Nacional, cuando ninguno sabía que estaba en Caracas Duarte. Hacían bromas pesadas, diciendo “esperemos que no aparezca por Argentina”.
Yo nunca contesté nada para no escalar la situación. Me decían “estos argentinitos que tienen siempre bien armadas las cosas”. Todas estas cosas se la cuentan a la prensa, una reunión privada con un embajador. Me citaron y estuve ahí. A la tarde me citaron y estuve ahí, jamás rehuí. Me preguntaron si podía poner los videos a disposición y no me negué. Dije que tenía que consultarlo.
-El canciller Holguín dice que le pidió los videos y la bitácora y que usted se negó. Y que le dijo que no era el carcelero de Duarte. ¿Ocurrió así o no?
-Me preguntaron si podía poner los videos a disposición. Pero un artículo de la Convención de Viena dice que toda información diplomática es inviolable. No dije no. Sino que dije que iba a consultar. Dije que no podía tomar esta decisión por sí mismo.
Nunca dije que no le voy a dar las cámaras. Evaluamos algunas posibilidades, pero se tornó abstracto. No tengo por qué darles las cámaras, no tengo que mirar las cámaras. Soy el embajador y hay seguridad privada. A mí no compete. Insisto no las negué las cámaras, sino que dije que iba a consultar con mis superiores.
A mí no se me escapó María de los Ángeles Duarte, se les escapó a ellos. Ella no estaba presa en la residencia. Esto no es una novela policial, es diplomacia. ¿Quién guarda esa información si se las daba? Además, la Justicia no les había pedido ese material. Mienten con todo. Descaradamente.
-Ahora, para entender. Duarte había pedido protección en la embajada por cuestiones humanitarias, para proteger la integridad de su hijo. ¿Esto es así?
-No sé qué está pergeñando ella, su novio, su ex esposa. Ella está viendo cómo se reunifica la familia, pero no tengo nada que decir sobre una cuestión familiar. No sé qué va a ser. Si se va a quedar o no en Venezuela. Si el hijo volverá a la Argentina. No lo sé. Cuando pase el tiempo veremos. Si pide documentos de Argentina. La nacionalidad del hijo no tiene nada que ver. Lo único que sé es que ella está en Caracas y el hijo, que por ser padre de argentino asumió la nacionalidad de su papá.
-¿A usted le consta que, como dijo Correa, el gobierno de Lasso utilizó la situación de Duarte para negociar con él?
-Eso es cosa de Correa. Correa dice que Lasso lo llamó, pero no sé. No es una novela policial. es un tema político. Ella hacía un año y medio que estaba ahí en la Embajada. En diciembre le concedieron el asilo y no le dieron el salvoconducto. Duarte tal vez se fue porque veía que no tenía futuro su salida de Ecuador y decidió irse. Ahora habrá que re evaluar toda la situación, pero no me compete.
-En concreto le pregunto. ¿Cree que fue un acto deliberado de dejarla ir o hubo un complot del embajador Laborde y el gobierno de Maduro para organizar la fuga?
-Oscar Laborde, el embajador argentino en Venezuela, no tiene nada que ver. Se enteró cuando lo llamó Duarte. Ni Laborde ni yo tenemos nada que ver. De todas las acusaciones inmundas que hizo Holguín no se pudo confirmar ninguno. Ella lo llamó a Laborde para pedirle una reunión. No sé de qué conspiración habla el canciller de Ecuador. Todas las cosas que dice Holguín son inventos. No puede justificar cómo se les escapó la tortuga. A Holguín se le escapó la tortuga, a la Policía se le escapó la tortuga y dicen que la culpa es de Fuks.
-Holguín también dijo en la Comisión Fiscalizadora que usted le dijo que la vicepresidenta Cristina Kirchner quería que le dieran el asilo político y luego el salvoconducto. ¿Esto ocurrió así?
-Con la vicepresidenta hace cinco años que no hablo. Holguín lee la prensa argentina y cree que tiene información. Conversamos con Holguín pero no recuerdo haberle dicho eso. Antes hablaba con mucho respeto de mí y ahora plantea que soy el ratón de la película. Me ha decepcionado.
-¿Cómo quedan las relaciones diplomáticas entre los dos países después de esto?
-Espero que esto no siga escalando. Ellos lo están escalando y están planteando acusaciones de cosas absuradas. El canciller Holguín ha dicho que el presidente Alberto Fernández y el canciller Santiago Cafiero me desmintieron cosas que yo dije y que reconcieropn que yo había incurrido en falsedades. Lo que le pregunto si él cree que el problema soy yo, por qué la Argentina expulsó al embajador ecuatoriano.
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