Los precios en España continuaron su escalada en octubre, impulsados por el encarecimiento de la electricidad y los combustibles, hasta aumentar un 5,5% respecto al mismo mes de 2020, un punto y medio más que en septiembre, con lo que alcanza la tasa más alta desde 1992.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este jueves el avance del índice de precios de consumo (IPC) de octubre, un dato que de confirmarse el próximo 12 de noviembre, consolidaría la aceleración de la inflación en los últimos meses, cada vez más intensa.
Detrás de este repunte de la inflación está el encarecimiento de la electricidad y, en menor medida, de carburantes y lubricantes para vehículos personales, que en octubre del pasado año se abarataron.
El precio de la energía lleva una subida imparable en España, con un precio de más de 200 euros el megavatio hora en el mercado mayorista en los últimos veinte días, como ejemplo, hoy el precio es de 205,5 euros, casi cinco veces más que el mismo día de octubre del año anterior. Detrás de este aumento están los altos precios del gas en los mercados internacionales y de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2), que durante 2021 marcan mes a mes máximos históricos.
El precio de la electricidad y de los combustibles incide directamente en los precios, tanto de producción, como de transporte de los productos.
A pesar de las drásticas medidas que han enfrentado al gobierno con las grandes empresas eléctricas, hasta el momento los cambios regulatorios no han logrado contener el alza de las facturas de los servicios públicos, que los residentes y las empresas del país ven como resultado de una crisis energética global.
Para intentan frenar los altos precios de la energía, España propuso esta semana en la Unión Europea que en situaciones de crisis se pueda separar el gas de la fijación de precios de la electricidad, así como poner un máximo al precio del gas para que no se encarezca demasiado el megavatio, aunque de momento no cuenta con apoyos suficientes.
Muchos expertos alertan de la influencia negativa que puede tener el aumento del precio de la energía en el crecimiento económico previsto para este año y que el Gobierno español sitúa en un 6,5%.
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni los productos energéticos, se situó en octubre en el 1,4 %, más de cuatro puntos por debajo del IPC general, la mayor diferencia entre ambos datos desde el inicio de la serie en 1986.
La inflación comenzó a repuntar a comienzos de año en España, como en el resto de la Unión Europea, tras haber permanecido en territorio negativo durante la mayor parte del año 2020 debido al impacto económico del confinamiento.
Según el Banco Central Europeo (BCE), el alza de los precios debería llegar al 2,2% en su tasa anual, frente al 1,9% estimado anteriormente. En ese caso, la inflación superaría así el objetivo a medio plazo del BCE, fijado en el 2%.
El alza de los precios inquieta a los mercados, pero el BCE, que busca evitar que se frene la recuperación económica, pide mantener la calma, ya que a su juicio la tendencia se debe a factores pasajeros.
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