La vida de Emma Coronel Aispuro comenzó como tantas otras en el Triángulo Dorado del narcotráfico, pero su relación con uno de los máximos líderes del Cártel de Sinaloa la llevarían a un mundo de poder, lujos y desgracia, misma que ahora tiene a su padre y hermanos tras las rejas, al igual que ella, amenazando con cimbrar un imperio criminal desde sus entrañas.
Pese a que nació y vivió en California, Estados Unidos, creció en la sierra de Canelas, Durango, donde la gente siembra más amapola y marihuana que maíz o frijol. Hasta antes de conocerlo, a finales de 2006, Emma Coronel ha dicho que no entendía la prominencia de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
De acuerdo con su primera entrevista a un medio (12 de febrero de 2016 para Anabel Hernández con Telemundo), Guzmán Loera iba regularmente a casa de los Coronel Aispuro, pues el cabecilla se había establecido en La Angostura, pequeña localidad que no rebasaba la docena de casas por aquel entonces.
El líder criminal se ocultaba de las autoridades en la tierra de Emma Coronel, tras haberse fugado del Penal de Puente Grande, Jalisco, en 2001, con ayuda de custodios y otros funcionarios de seguridad.
Inés Coronel Barrera, padre de Emma Coronel, figuraba como alguien dedicado a la ganadería, pero en realidad, se trataba de un productor de amapola y marihuana en la región.
Presuntamente, el señor Coronel Barrera guarda parentesco con quien sobresalía como el gran socio de los capos sinaloenses, Ignacio Coronel Villareal, conocido como Nacho o King of ice, mote ligado a la metanfetamina que comerciaba.
Según información proporcionada a la periodista Anabel Hernández, Emma Coronel regresó a EEUU a los 11 años, enviada por su padre y por su joven madre, Blanca Estela Aispuro Aispuro, para que aprendiera inglés. Después de un tiempo volvió a la sierra duranguense y ahí pasó su adolescencia, hasta que el Chapo la conoció en un baile del pueblo y se obsesionó con ella.
Como relató la periodista Patricia Dávila en el número 1609 del semanario Proceso, el Chapo concretó su tercer matrimonio con la reina de la Feria del Café y la Guayaba, edición 2007. El día de la boda fue el 2 de julio de aquel año, cuando Emma Coronel cumplió la mayoría de edad (18).
A partir de ahí, la familia Coronel Aispuro sellaba su destino al emparentar con uno de los grandes jefes del narco.
Inés Coronel Barrera y Blanca Estela Aispuro Aispuro procrearon cuatro hijos: Omar Inés, el primogénito y Édgar, el más joven; Emma fue la segunda de ellos y su hermana Claudia siguió en el orden del clan. De los seis que representan una familia nuclear, al menos cuatro están tras las rejas.
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