La Asamblea General de la ONU inició este lunes una sesión especial de emergencia sobre Ucrania, en la que Occidente busca aislar diplomáticamente a Rusia aprobando una condena de su invasión con el mayor respaldo posible.
Mario Villar / EFE
La Asamblea General -el órgano en el que se sientan los 193 Estados miembros de Naciones Unidas- votará a lo largo de la semana, probablemente el miércoles, una resolución en ese sentido similar a la que el pasado viernes Moscú vetó en el Consejo de Seguridad.
A diferencia de allí, en la Asamblea ningún país tiene poder de veto, por lo que el texto únicamente necesita reunir el apoyo de dos tercios de la cámara para salir adelante.
Varios diplomáticos occidentales se mostraron este lunes convencidos de que el proyecto será aprobado y trabajaban para tratar de conseguir el mayor apoyo posible, suavizando algunas frases para atraerse a los países con dudas.
«Llamamos a todas las naciones a respaldar al pueblo ucraniano y defender la Carta de la ONU votando a favor de esta resolución», dijo a los periodistas el embajador de la Unión Europea, Olof Skoog, cuya oficina está coordinándose con países de todas las regiones y con Kiev para impulsar el texto.
Las resoluciones de la Asamblea no tienen carácter vinculante, pero sí suponen un pronunciamiento importante, sobre todo en el caso de una sesión especial de emergencia, un tipo de reunión muy poco habitual y que hasta ahora solo se había visto diez veces en toda la historia.
El objetivo fundamental, señalan los diplomáticos europeos y estadounidenses, es que la Asamblea General mande un claro mensaje en contra de la invasión rusa, que exija la retirada de sus tropas y, sobre todo, muestre con claridad el aislamiento ruso.
Sin embargo, se espera que un número de países se oponga a la resolución o que, como mínimo, se abstengan.
China, por ejemplo, hasta ahora se ha negado a condenar la intervención rusa y defendió hoy esa postura equidistante ante la Asamblea General, cuya sesión se abrió con un momento de silencio por las víctimas de la guerra.
UCRANIA Y RUSIA
A continuación, Ucrania y Rusia tomaron la palabra para dar sus versiones de la situación, con el representante de Kiev, Sergiy Kyslytsya, advirtiendo que en esta guerra está en juego el futuro de todo el mundo.
«Si Ucrania no sobrevive, la paz internacional no sobrevivirá. Si Ucrania no sobrevive, Naciones Unidas tampoco sobrevivirá. No se hagan ilusiones», dijo el embajador, que comparó el conflicto con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y al presidente ruso, Vladímir Putin, con el entonces líder alemán, Adolf Hitler.
Mientras, su homólogo ruso, Vasili Nebenzia, volvió a culpar a Kiev de la situación, insistiendo en que Rusia no está llevando a cabo una guerra contra el país vecino, sino tratando de pacificar un conflicto -el del este de Ucrania- que dura ya años.
«La Federación Rusa no empezó estas hostilidades. Fueron lanzadas por Ucrania contra sus propios residentes en el Donbás y aquellos que disienten. Rusia busca terminar esta guerra», dijo Nebenzia.
CRISIS HUMANITARIA
En la reunión intervino también el secretario general de la ONU, António Guterres, para pedir un cese inmediato de las hostilidades y para advertir que los misiles y bombardeos rusos están dejando víctimas civiles.
Guterres advirtió además que la guerra puede convertirse fácilmente «en la peor crisis humanitaria y de refugiados en Europa en décadas».
Los ataques contra civiles y la huida de cientos de miles de ucranianos centraron unas horas después una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en este caso enfocada en los efectos de la guerra en la población del país.
En ella, el jefe humanitario de Naciones Unidas, Martin Griffiths, recordó que la organización ha confirmado la muerte de más de cien civiles hasta el domingo y dijo que la situación está empeorando rápidamente con «ataques aéreos y combates en zonas urbanas».
Frente a esas afirmaciones, el embajador ruso negó que su país esté atacando ningún tipo de objetivo civil y acusó a los combatientes ucranianos de situar armamento allí y de usar a civiles como escudos humanos, algo que la ONU dijo que no ha podido verificar.
«Tras cinco días de operación no ha habido ni un caso documentado de destrucción intencionada o de muertes de civiles causados por el Ejército ruso», defendió.
Francia y México anunciaron que han preparado una resolución que busca un cese de las hostilidades, la protección de los civiles y garantizar el acceso a ayuda humanitaria y que se votará en los próximos días.
Rusia, que tiene en su mano vetarla, dijo que debe estudiar mejor la propuesta antes de pronunciarse.
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