Con la bandera del diálogo para construir un «gran acuerdo nacional» el presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, ha logrado en solo diez días los apoyos que no consiguió en las urnas para tener las mayorías legislativas, incluso con guiños de su antagonista, el expresidente Álvaro Uribe.
EFE
Petro, que será el primer presidente de la izquierda en Colombia, y Uribe, como líder del partido de derechas Centro Democrático (CD), mantuvieron este miércoles en Bogotá una inédita reunión, impensable hasta hace unos días, para hablar de los planes del próximo gobierno y sobre todo de la necesidad de unir al país, desgarrado no solo por un prolongado conflicto armado interno sino por las luchas políticas.
«Yo le dije: Presidente permítame un canal de diálogo con usted. Yo no lo molestaré mucho, será para hablar de estos temas de país», manifestó Uribe en una rueda de prensa que dio tras su encuentro con con Petro por invitación de este.
La cita causó enorme expectativa en el país, ya que ambos han estado siempre en las antípodas en lo que a política se refiere, pues el mandatario electo fue un duro crítico de Uribe como presidente (2002-2010), principalmente por el manejo del conflicto armado, y en el Senado protagonizaron ásperas discusiones.
ENCUENTRO CORDIAL CON URIBE
Uribe, que se mostró animado tras la reunión, subrayó que Petro, en lo que a él se refiere, «ha sido contradictor muchos años, ha sido adversario muchos años», pero hoy pasaron la página con un encuentro cordial.
«Le dije muchas cosas de muy buena fe, en buen tono y con todo respeto. La verdad, a mí siempre me ha gustado el diálogo cuando es sincero, con prudencia», añadió.
La reunión, que se prolongó por más de dos horas, tuvo una parte a solas de los dos líderes, y luego se amplió con la participación de asesores de ambos.
Por lo que dijo Uribe a la prensa, se puede inferir que su partido hará una oposición constructiva a Petro en el próximo Congreso, cuyo periodo de sesiones comenzará el 20 de julio, dos semanas antes de su investidura.
«Lo que podamos aprobar lo haremos sin cálculo, lo haremos gustosos. Si hay temas en los cuales puede servir nuestro concepto para un acuerdo, bien. Y en aquello que tengamos que discrepar cuente con una oposición razonable», expresó Uribe.
MAYORÍAS LEGISLATIVAS
Petro, que el 7 de agosto asumirá como sucesor del presidente Iván Duque, ahijado político de Uribe, tenía el problema de gobernar sin mayorías en Senado y Cámara de Representantes, pero tras su elección ha mostrado una actitud conciliadora con sus rivales y habilidad para negociar apoyos legislativos.
El Pacto Histórico, coalición por la que fue elegido presidente, se convirtió en las legislativas del 13 de marzo en la primera fuerza del Congreso Nacional, con 20 senadores y 27 representantes a la Cámara, a los cuales sumó los 13 en ambas cámaras de su aliado, el partido Alianza Verde.
Sin embargo, para tener la mayorías son necesarios 55 senadores, de un total de 108, y 95 representantes a la Cámara, de un total de 188, cifras que la apisonadora de Petro no ha tardado en conseguir por el apoyo recibido de los distintos partidos, hasta el punto de que la debilitada oposición prácticamente ha sido borrada del mapa.
Los miedos que Petro despertaba en la mitad del electorado parecen haber desaparecido, al menos entre la clase política, desde ya alineada en su mayor parte con el próximo Gobierno por varios factores: por un lado, atraída por el «gran acuerdo nacional», por otro, confiada en el discurso moderado del presidente electo, y finalmente movida por intereses burocráticos.
LOS NUEVOS AMIGOS
Uno de los primeros en tocar la puerta fue el centenario Partido Liberal que en la primera vuelta electoral apoyó al derechista Federico Gutiérrez, guardó silencio en la segunda y con el triunfo de Petro cayó en sus brazos.
Tres días después de las elecciones, el director del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria, informó que en una charla con Petro «le expresamos nuestras felicitaciones por su elección y la intención del Partido Liberal de junto al Pacto Histórico y el Partido Verde conformar la coalición de Congreso».
Enseguida fue el turno del Partido de la U, que saludó «la propuesta en materia de la construcción de un gran acuerdo nacional» y anunció «que no hará oposición al Gobierno del presidente electo Gustavo Petro».
En el Partido Conservador, el senador Carlos Andrés Trujillo se reunió con Petro y arrastró a otros 38 congresistas electos que le enviaron una carta al próximo presidente donde declaran «la voluntad de trabajar en la construcción de un gran acuerdo nacional basado en el diálogo la concertación y el respeto», lo que precipitó la renuncia del presidente del partido, Omar Yepes, que se hará efectiva esta semana.
Incluso el rival de Petro en la segunda vuelta, el populista independiente Rodolfo Hernández, se reunió el martes con el presidente electo, y lo mismo hizo el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, líder de Cambio Radical, y ambos mostraron sintonía con el ganador.
La última ficha era el expresidente Uribe quien hoy dejó claro que en aras del «gran acuerdo nacional», su partido no será obstáculo en la agenda legislativa del próximo gobierno.
Con la tranquilidad de tener ya los apoyos legislativos, Petro viaja este miércoles a Europa donde estará varios días de vacaciones antes de emprender la dura tarea de gobernar Colombia.
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