Estados Unidos advirtió el jueves que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, enfrentará una “masiva presión” si no garantiza elecciones libres en Nicaragua, subrayando que mantener la situación actual “no es una opción”.
El jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Michael Kozak, amenazó con incrementar las sanciones si Ortega, y su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo, no aseguran un proceso electoral transparente el año próximo.
“Ortega y Murillo deben elegir entre establecer las condiciones para elecciones libres y justas, o enfrentar un aumento masivo de la presión de la comunidad internacional”, dijo Kozak durante una videoconferencia organizada por el Departamento de Estado.
“Volver al status quo de antes de las protestas de abril de 2018, o incluso mantener el status quo actual, no es una opción para ellos. Y esto es algo que esperamos que entiendan muy, muy claramente”, añadió.
En 2018, Nicaragua se vio sacudida por masivas protestas antigubernamentales, que derivaron en pedidos de elecciones anticipadas y cuya represión dejó al menos 328 muertos, según grupos de derechos humanos.
Estados Unidos ha sancionado a una veintena de nicaragüenses, entre ellos Murillo y tres hijos de la pareja presidencial, así como a ocho entidades, acusándolos de graves abusos de los derechos humanos y corrupción. Además, fueron revocadas las visas de numerosas personas vinculadas a la represión de opositores.
La Unión Europea, Canadá y el Reino Unido también impusieron medidas punitivas por acciones del gobierno de Ortega.
Kozak anunció que Estados Unidos y varios países presentarán en la Asamblea General de la OEA, en octubre, un proyecto de resolución “para abordar la situación de los derechos humanos en Nicaragua y sentar las bases del proceso electoral del próximo año”.
Carlos Trujillo, embajador estadounidense ante la OEA, dijo que todos los miembros del organismo “deberían preocuparse” por la situación en Nicaragua. “En vez de garantizar elecciones justas en 2021, Ortega acelera el totalitarismo”, tuiteó.
Kozak insistió en que el pueblo nicaragüense debe decidir su futuro y dijo que “el gobierno estadounidense alienta a diversos grupos de oposición a cooperar de manera más efectiva” en la lucha por las libertades democráticas.
Durante la videoconferencia, Kozak enfatizó que la política de Washington hacia Managua es “bipartidista”, y descartó cambios si el 3 de noviembre el demócrata Joe Biden desaloja al republicano Donald Trump de la Casa Blanca.
“Recibo llamadas telefónicas y correos electrónicos todos los días de demócratas progresistas que solían simpatizar bastante con el proyecto sandinista en Nicaragua, que nos están criticando por no presionarlos lo suficiente”, dijo.
Ortega, en el poder desde 2007 y reelegido en cuestionados comicios en 2016, fue uno de los líderes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) contra la dictadura de Anastasio Somoza (1936-1979), pero es señalado de instaurar una dinastía nepotista y corrupta. El mandato de Ortega vence en 2022, pero analistas estiman que buscará la reelección.
Con información de AFP
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