El Gobierno de Estados Unidos ha publicado un comunicado que sostiene que la campaña de “máxima presión” que han llevado a cabo contra el régimen de Irán “sigue siendo extraordinariamente eficaz”, puesto que la economía de la nación persa “se enfrenta a una crisis monetaria, una deuda pública creciente y una inflación en aumento”.
El texto del Departamento de Estado señala que antes de llevar a cabo estas maniobras, Irán exportaba casi 2,5 millones de barriles de petróleo al día, y “ahora tiene dificultades para exportar incluso una cuarta parte de ese volumen”, su moneda, el rial, “se ha depreciado a una quinta parte” frente al dólar, mientras que el PIB iraní “se ha reducido alrededor de un 6 por ciento durante tres años consecutivos”.
“Desde mayo de 2018, hemos negado al régimen el acceso directo a más de 70.000 millones de dólares en ingresos petroleros y continuaremos impidiendo que el régimen acceda a alrededor de 50.000 millones de dólares anuales”, señala Estados Unidos.
Estas sanciones “privan al régimen de los fondos que utilizaría para llevar a cabo sus actividades malignas”, ha asegurado el documento, que sustenta estas afirmaciones indicando que Irán “redujo su presupuesto militar en casi un 25 por ciento en 2019”.
“Los representantes y socios terroristas del régimen piden dinero en efectivo y se han visto obligados a tomar medidas de austeridad, incluso despidiendo a algunos combatientes terroristas. Las sanciones son parte de las presiones para crear un nuevo Oriente Próximo, uniendo a los países que sufren las consecuencias de la violencia de Irán y buscan una región más pacífica y estable que antes”, continúa.
Washington descarta siquiera aliviar estas sanciones, pues ello supondría, ha asegurado, que Irán volviera a aumentar su gasto militar, como ya hiciera entre 2016 y 2018 cuando aprovechó la moratoria dada por los miembros del acuerdo nuclear “para aumentar su gasto de defensa en más del 30 por ciento”.
“El pueblo iraní no se benefició de los fondos como le habían prometido sus líderes; en cambio, el régimen aumentó la financiación para los militares y para los Basij –las milicias partidarias del Gobierno—, instrumento clave de la opresión interna, mientras que sus élites se llevaron miles de millones para enriquecerse”, dice.
“El régimen iraní busca una repetición del experimento fallido que levantó las sanciones y les envió enormes cantidades de efectivo a cambio de modestas limitaciones nucleares”, defiende Washington, quien aprovecha el comunicado para volver a criticar a las potencias europeas por ese “ridículo apego” al que ya hizo referencia el secretario de Estado, Mike Pompeo, al acuerdo nuclear de 2015, que Estados Unidos abandonó tres años después.
“La campaña ‘Máxima Presión’ está funcionando, las sanciones continuarán y Estados Unidos no dudará en imponer dolorosas consecuencias a quienes se involucren en actividades sancionables”, amenaza Washington.
Con información de Europa Press
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