El Gobierno de Estados Unidos acordó comprar 66 millones de dosis de la vacuna actualizada contra la covid-19 que produce la farmacéutica Moderna con el fin de usarla en la campaña de refuerzo que prepara para el otoño y el invierno boreal, según anunciaron este viernes las dos partes.
El contrato tiene un valor de 1.740 millones de dólares e incluye una opción para que Washington adquiera hasta 234 millones de dosis adicionales del producto, explicó Moderna en un comunicado.
Ambos pedidos deberán ser entregados en el otoño y el invierno del hemisferio norte, una vez que los reguladores confirmen su eficacia.
Esta vacuna actualizada busca mejorar la protección sobre todo contra las subvariantes BA4 y BA5 de ómicron, que son actualmente las dominantes en Estados Unidos.
Las autoridades esperan recibir las primeras entregas a comienzos del otoño boreal, cuando también tendrán las primeras de las 105 millones de dosis actualizadas de la vacuna de Pfizer que acordaron comprar recientemente.
“Tenemos que permanecer atentos en nuestra lucha contra la covid-19 y continuar ampliando el acceso de los estadounidenses a las mejores vacunas y tratamientos”, señaló en un comunicado el secretario de Salud, Xavier Becerra.
Según el Gobierno estadounidense, los contratos con Pfizer y Moderna buscan garantizar que de cara al otoño y el invierno los ciudadanos puedan contar con vacunas que combatan específicamente las variantes del virus más comunes ahora mismo.
Pero la administración de Joe Biden agregó en su anuncio del viernes que los acuerdos recientes no serían suficiente para todos los residentes de EEUU. Aunque ambos incluyen opciones para comprar un total de 600 millones de dosis —300 millones de cada compañía—, esas opciones “solo pueden ejercerse con financiamiento adicional del Congreso”.
“Esperamos recibir estas nuevas vacunas para variantes específicas y trabajar con nuestros socios de atención médica estatales y locales para que las vacunas estén disponibles de forma gratuita en las comunidades de todo el país este otoño”, dijo la subsecretaria del HHS, Dawn O’Connell, quien dirige la Administración para Preparación y respuesta estratégicas, en el comunicado de prensa del HHS.
Los contagios de covid-19 y las hospitalizaciones están volviendo a subir actualmente en el país, donde según los datos más recientes hay de media unos 130.000 casos semanales, frente a los 25.000 que había a finales de marzo.
La variante ómicron se convirtió en dominante en Estados Unidos desde diciembre, con la subvariante BA.5 causando ahora una enorme ola de infecciones en todo el país, contagiando incluso al presidente Biden.
Unos 261 millones de estadunidenses han recibido al menos una dosis de vacuna para el coronavirus, pero solamente 108 millones han recibido un refuerzo.
Las muertes por covid-19 todavía se concentran en gran medida entre los grupos de mayor edad, mientras que las hospitalizaciones se mantienen muy por debajo del pico de la ola de Omicron el invierno pasado.
En una reunión de finales de junio de un comité asesor de la FDA, los expertos independientes en vacunas estuvieron abrumadoramente de acuerdo con la necesidad de actualizar las vacunas contra el coronavirus porque el virus ahora es más hábil para eludir su protección. Fue esa reunión la que aceleró los planes de las farmacéuticas para tener listas sus fórmulas actualizadas en septiembre.
Con todo, las vacunas actualizadas deberán ser autorizadas por la FDA y recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU antes de comenzar a ser aplicadas.
(Con información de EFE y AP)
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