En Ecuador, uno de los países más golpeados por el brote del coronavirus en América Latina, es obligatorio ya el uso de mascarillas para circular por los espacios públicos.
Mientras tanto, se continúan repartiendo ataúdes de cartón para resolver la crisis de los cadáveres acumulados ante el desborde de morgues y hospitales.
Las autoridades municipales de Guayaquil —la zona más afectada por el nuevo coronavirus— explican que no disponen de madera ni aluminio. Los ciudadanos, por su parte, denuncian que estas cajas resultan poco útiles, dada la rapidez con que se desintegran y el tiempo que tardan las familias en enterrar a sus fallecidos.
«[Los ataúdes de cartón] no sirven para nada porque se revientan. Cuando lleva el familiar mucho tiempo, retiran esa caja con todo y se revientan, se mojan. Ahorita mismo están chorreando; porque demoran en sepultar», manifestó uno de los vecinos de la ciudad ante las cámaras RT.
«Porque está lloviendo, pues la lluvia daña [el ataúd], cuando se moja el cartón, ¿qué pasa? ¿Se abre, no? Vas llevando el cadáver y te cae la lluvia… Se va a dañar», opinó otro.
Además, decenas de personas han sido enterradas en bolsas de plástico.
El país andino ya tiene cerca de 4.000 contagiados confirmados, muchos de ellos, profesionales sanitarios. Una circunstancia que puede complicar aún más la atención a los pacientes y debilitar un sistema ya de por sí afectado.
El personal médico de distintas partes de Ecuador ha denunciado en reiteradas ocasiones la falta de equipos de protección y del material más básico para poder salvar vidas.
Uno de los profesionales de la salud de Guayaquil ofreció a RT, bajo condición de anonimato, su testimonio sobre el problema: «Encontramos desabastecimiento en todas las farmacias, tanto públicas como privadas, encontramos hospitales donde no tenemos camas, encontramos hospitales donde no existen ventiladores mecánicos, que son herramientas importantes para poder salvar la vida de la población. Tenemos en muchas ocasiones que esperar a que un paciente fallezca, que muera, para poder utilizar esa cama, utilizar ese respirador en otra persona».
Los contagios entre médicos
En su opinión, el Gobierno oculta la verdadera cifra de infecciones entre los médicos: «Superamos los 40 profesionales entre enfermeros y médicos que han muerto en esta pandemia. Se están ocultando estas cifras a la comunidad en general. Una de las [cuestiones] principales que tenemos es que el personal de salud no puede [trabajar], como sucedió, por ejemplo, en uno de los hospitales de Guayaquil el día viernes, que tuvo que cerrar porque no existían equipos de bioseguridad», aseveró.
Por otra parte, el colapso de las morgues agrava aún más la situación epidemiológica, sostuvo el interlocutor de RT. Y señaló que «los cadáveres abandonados en estado de putrefacción van a ayudar a que esta pandemia viral se transforme o se complemente con otros tipos de enfermedades provocadas por la descomposición de los cadáveres».
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Falta de asistencia a la población
El entrevistado denunció, además, la falta de apoyo a la población, argumentando que «en muchas ocasiones no se ha podido aislar socialmente a la ciudadanía en general». Y añadió: «Tenemos que reconocer que muchas familias tienen que buscar el trabajo día a día para poder mantener a sus [familiares] vivos».
Por último, el especialista abogó por que los organismos sanitarios internacionales tomen cartas en el asunto y confesó: «Si tuviera la oportunidad de poder establecer un contacto con la OMS y la Organización Panamericana de la Salud, en realidad pediría que realicen una intervención en Ecuador y brinden la ayuda necesaria a la ciudad de Guayaquil, una ciudad muy grande, una ciudad solidaria, una ciudad guerrera, pero que en estos momentos está pasando una crisis sanitaria enorme».
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