Los Gobiernos de Ecuador y Estados Unidos extendieron este miércoles un convenio de asistencia encaminado a fortalecer la cooperación estadounidense para el desarrollo, que incluye un proyecto para la conservación de la selva amazónica del país suramericano.
EFE
Así lo informó la Embajada estadounidense en Ecuador mediante un comunicado en el que también anunció el lanzamiento del llamado proyecto de «Medios de Vida y Ambiente Sostenibles para una Amazonía Vital» (Selva, por sus siglas en inglés).
El canciller ecuatoriano, Gustavo Manrique, y el embajador estadounidense Michael J. Fitzpatrick, acordaron extender la colaboración bilateral en el marco del Convenio de Asistencia, que establece las condiciones de los proyectos que ejecuta en el país la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid) de Estados Unidos.
Además, la Embajada estadounidense informó de que este miércoles presentó en la ciudad amazónica de El Coca, la capital de la provincia de Orellana, el proyecto Selva encaminado a reducir el impacto de la expansión agrícola y recuperar la cubierta forestal de la región.
Precisó que para esta iniciativa se cuenta con un presupuesto de más de 11 millones de dólares y que será ejecutado hasta el primer trimestre de 2028.
El proyecto, además, se ejecutará mediante un trabajo conjunto con los pueblos indígenas, las comunidades de colonos y los agricultores, a través de la aplicación de principios sobre agricultura sostenible, restauración de bosques y conservación de la selva.
El proyecto Selva, según la fuente, beneficiará a más de 3.000 integrantes de los pueblos originarios de las etnias siona, siekopai y kichwa, así como a comunidades de colonos que habitan en el área de reserva del río Cuyabeno.
Dicho programa será ejecutado por la Usaid en conjunto con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y se aplicará en zonas de las provincias de Sucumbíos y Napo.
Entre los objetivos de la iniciativa se incluyen el desarrollo de las capacidades de gobernanza locales y la promoción de medios de vida rentables y sostenibles para que los pueblos indígenas y las comunidades locales gestionen eficientemente sus recursos naturales.
El proyecto prevé proteger 213.631 hectáreas de bosques con la ejecución de prácticas de gestión sostenible de la tierra en los territorios indígenas, así como mantener en la región las reservas de carbono, una política ambientalista del Gobierno ecuatoriano.
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