John Sipher es un ex agente de la CIA. Desde 1986 hasta 2014 trabajó en, tal vez, uno de los lugares más hostiles para la inteligencia norteamericana: Rusia. Sus primeros pasos en Moscú coincidieron con un momento trascendental en la historia moderna: los últimos años de la caída de la Unión Soviética. Luego, fue testigo de esa transición en la que Rusia buscó “un nuevo camino político”, hasta que en ese camino se cruzó Vladimir Putin a fines de los noventa.
Por Lucas Goyret || Infobae
Sobre el presidente ruso, a quien califica de “dictador”, desmitifica la imagen que prevalece en Occidente de un hombre “todopoderoso”. Además de explicar los “brutales métodos” que emplea el Kremlin para atentar contra opositores -tanto interna como externamente-, Sipher evaluó que la mayor debilidad de Putin es, paradójicamente, la misma estructura que construyó en estos 20 años en el poder.
“Mucha gente cree que Putin es una especie de mente maestra que puede controlar todo el mundo, y eso no es cierto (…) Hay que entender que cuando los países están dirigidos por dictadores, éstos siempre están muy preocupados porque saben que su liderazgo es ilegítimo. Gente como Putin tiene que preocuparse constantemente por el control, por el poder, por asegurarse de que ninguna oposición pueda trabajar en su contra (…) La gente que lo rodea se volvió increíblemente rica porque apoyan a los que están cerca de él. Creó este grupo crónico de personas que dependen de su fuerza y su capacidad para pagarles. Su preocupación es que si Putin se va y el sistema cambia, pueden ser arrestados o asesinados. Así que está atrapado en una posición de poder, parece increíblemente poderoso para nosotros en Occidente, pero creo que se da cuenta de que es una especie de rehén, tiene que mantener el sistema sólo para mantener su vida”.
El ex agente norteamericano destacó que el poder de los servicios de seguridad rusos se mantiene intacto. Algo que Putin mantuvo como en los tiempos de los zares y de la Unión Soviética. Pero en esta compleja estructura que hoy mueve los hilos del Kremlin también hay que mencionar a “pandillas criminales organizadas muy ricas y poderosas, casi estatales”. Esos son los grupos que, junto a los servicios de inteligencia, se emplean para la “liquidación de los enemigos”. ¿Qué significa esto? “Matar a cualquiera que pueda ser oposición”. Así es como en las últimas décadas se han multiplicado los casos de muertes sospechosas de opositores o ex espías rusos. El patrón más común es el envenenamiento. La víctima más reciente fue el ex agente Sergei Skripal, quien, sin embargo, logró sobrevivir. “El Estado ruso usa armas químicas, biológicas y neurológicas porque quiere enviar un fuerte mensaje a los rusos, tanto interna como externamente (…) No hay dudas de que Putin y los rusos están detrás de eso”.
Sipher considera que estamos viviendo “una continuación de la Guerra Fría”: “Cualquier cosa que dañe a los Estados Unidos, cualquier cosa que dañe las relaciones entre los Estados Unidos y sus socios democráticos, en Europa y en cualquier lado, es positivo para Rusia, y negativo para Occidente”.
Tras casi tres décadas trabajando para la CIA, hoy en día Sipher sigue ligado al mundo del espionaje. Pero desde otro costado. Esa vida llena de secretos, intrigas y operaciones encubiertas lo acercó a Hollywood: hoy colabora con la industria del cine a través de su empresa Spycraft and Entertainment. A raíz de su larga experiencia, intenta llevar más realismo a las películas de Hollywood.
En diálogo con Infobae, Sipher habló de todo: sus años como agente de la CIA, la caída de la Unión Soviética, la llegada de Putin al poder, la influencia de los servicios de seguridad rusos y reveló los secretos más oscuros del Kremlin.
–Estuvo 28 años como agente de la CIA en Moscú. Vivió los últimos años de la Guerra Fría y la llegada de Putin al poder. ¿Cómo fue esa experiencia, y qué cambios vió desde la caída de la Unión Soviética hasta la actual Rusia?
–Estuve 28 años en la CIA, en el servicio clandestino en el extranjero, aparte de la información de espionaje recopilada dentro de la agencia. Trabajé en Rusia a principios de los noventas. Dirigí un equipo de trabajo sobre asuntos rusos. Antes de eso trabajé en Escandinavia y en asuntos rusos mientras la Unión Soviética se desmoronaba. Fue una época loca y difícil para muchos rusos. Se veían a sí mismos como una superpotencia, como una de las dos superpotencias del mundo, y la Unión Soviética se desmorona. Fue devastador para mucha gente allí: mentalmente, económicamente. En las noventas fue una época muy interesante porque trataron de encontrar un nuevo camino político. La Unión Soviética se desintegró en diferentes países independientes, siendo Rusia uno de ellos. Pero una cosa que no cambiaron mucho, es la fuerza de los servicios de seguridad. Desde el principio, desde los días de los zares, hasta la Unión Soviética, la KGB y los servicios de seguridad rusos fueron increíblemente poderosos en el país y en el extranjero. Continuaron siendo muy fuertes y obteniendo mucho dinero del Partido Central Comunista Soviético, que les permitió seguir con sus operaciones. Y lo que vimos bastante interesante es que Putin, al llegar al poder a finales de los años noventa y principios de los años 2000, fue capaz de utilizar esa organización para fortalecer la KGB. Él mismo fue un ex oficial de la KGB en los últimos días del régimen de Yeltsin, y por lo tanto fue capaz de continuar muchas de esas mismas políticas de seguridad que estaban a cargo de los servicios de seguridad. Así que, de alguna manera, la Rusia de esta época no es tremendamente diferente a la de los días de la Unión Soviética. Todavía depende mucho de sus servicios de seguridad para mantener a la oposición en casa, a raya, y también en el extranjero para tratar de mantener a sus oponentes fuera de equilibrio. Entonces fue un tiempo fascinante para estar allí, fue un tiempo esperanzador, pero tristemente Rusia se convirtió en muchos sentidos en la forma tradicional rusa de un zar fuerte o líder controlando a la sociedad.
-Cuando hoy en día analizamos los distintos conflictos que hay a nivel mundial, como Siria, Ucrania y Venezuela, vemos un fuerte choque de intereses entre Estados Unidos y Rusia, y a sus aliados encolumnados detrás de uno y otro, tal como ocurría en la Guerra Fría. ¿Estamos viviendo una especie de Guerra Fría moderna?
-De alguna manera es correcto, sí. Lo que Rusia hizo contra los Estados Unidos en las elecciones de 2016, y lo que siguió haciendo alrededor del mundo, en lugares como Siria y Venezuela, también trataron de socavar partidos y cosas en Europa… Ellos llaman a eso “guerra política”. Es muy similar a lo que hicieron durante los días de la Unión Soviética. Así que en cierto sentido, Rusia ha seguido viéndose a sí misma en guerra con Occidente. Cuando una parte, los rusos y el presidente ruso dicen que hay una guerra, probablemente deberíamos escuchar eso. Es desafortunado, pero ellos ven que cualquier cosa que dañe a los Estados Unidos, cualquier cosa que dañe las relaciones entre los Estados Unidos y sus socios democráticos, en Europa y en cualquier lado, es positivo para Rusia, y negativo para Occidente, y tenemos que tomarlo en serio. Así que de alguna manera hay una continuación de la Guerra Fría. Los rusos están bombardeando lugares como Siria, están apoyando a los talibanes en Afganistán, e incluso están llevando a cabo asesinatos en las calles de Europa. Sería bueno si pudiéramos dejar esto atrás, pero creo que en cierto modo es una Guerra Fría, sí.
-En ese contexto, ¿cómo es para un agente norteamericano de la CIA operar en un país como Rusia, y qué habilidades o cualidades debe tener para convivir con el asedio de los servicios de inteligencia rusos?
–La CIA opera en todo el mundo, y lo que mucha gente no entiende es que, probablemente el 80% del trabajo de inteligencia que hacemos es con socios. Somos extranjeros en Argentina, extranjeros en Malasia, extranjeros en Indonesia, extranjeros en Francia, trabajando con los locales allí en temas de su interés. Pero en algunos países, como Rusia, y otros, están muy enfocados en cualquier actividad que hagamos. Puede ser muy opresivo. Cuando estuve allí, por ejemplo, aunque la Unión Soviética cayó, los servicios de seguridad se mantuvieron muy fuertes. Tenían una vigilancia a tiempo completo. Todo mi tiempo allí tenía vigilancia, todo el día y toda la noche. Me podía despertar a las 2 de la mañana, ir a la puerta, y ver que había vigilancia rusa y coches y gente siguiéndome a todas partes. Nuestras casas estaban infiltradas en todas las habitaciones, tenían videos y audios. Interrogaban y entrevistaban a todas las personas que se habían visto con nosotros. Usaban todo tipo de métodos técnicos y químicos para tratar de averiguar lo que hacíamos. La CIA prepara a la gente para lugares como ese de manera diferente a cómo los preparan para ir a destinos como México o Sudáfrica. Nos preparan para lidiar con esa vigilancia, te preparan con psicólogos y sobre cómo lidiar con tu vida siendo vigilado todo el tiempo. Tienes que ser cuidadoso en todo lo que dices, incluso en tu vida privada, no sólo en tu vida profesional. Lo más importante es que, una vez hecho todo esto, tratamos de proteger a cualquier fuente y gente que esté informando y ayudando a los Estados Unidos. Entonces si hay un ruso que está trabajando con nosotros, que ve que la corrupción en su país es tal que quiere ayudar a los Estados Unidos a entender mejor a Rusia, la vida de esa persona está en nuestras manos. Por eso, mientras operamos y nos movemos por Rusia, tenemos que estar totalmente preparados y tener totalmente claro que cuando nos encontremos con esa persona no haya posibilidad de que los rusos puedan saber de ella, porque sería arrestada inmediatamente o potencialmente asesinada. Por lo tanto, es un lugar intenso para trabajar, pero creo que también es un lugar muy gratificante para trabajar, porque cuando tienes éxito te das cuenta de que estás venciendo a un servicio de seguridad muy poderoso y opresivo.
-Desde Occidente se ve a Putin como una persona prácticamente intocable. Desde su experiencia en el campo, ¿hay gente dentro de Rusia que intente, quiera, o se atreva a desestabilizarlo? ¿Cuál es el gran objetivo de ustedes, los agentes de inteligencia norteamericanos en ese país?
-No creo que Estados Unidos esté buscando eso, o que puedan desestabilizarlo en este momento. La gente con la que trabajabamos nos da información para entender la política rusa y lo que están haciendo alrededor del mundo. Queremos saber qué están haciendo en Siria, queremos saber qué están haciendo en Venezuela, y ese tipo de lugares. Creo que es algo totalmente distinto a que podamos o debamos emplear esfuerzos en tratar de desestabilizar a Rusia, no creo que eso esté dentro de los intereses de los Estados Unidos. Creo que estamos muy preocupados por el régimen de Putin y la forma en que piensa el Kremlin. Pero también nos interesa mucho el éxito a largo plazo de Rusia. Queremos que Rusia sea un país estable y normal, un lugar de posibilidades en el mundo. No creo que aunque lo intentemos tengamos la capacidad de desestabilizar a Rusia. Pero también hay que entender que cuando los países están dirigidos por dictadores siempre están muy preocupados porque saben que su liderazgo es ilegítimo. Han visto en todo el mundo, en lugares como Libia, Ucrania, se pueden nombrar otros cientos, donde se pueden desmoronar en un santiamén. Si las protestas se salen de las manos, o la gente se harta de la corrupción, alguien que parece estar en el poder completo hoy podría estar fuera del poder mañana. Así que la gente como Putin tiene que preocuparse constantemente por el control, por el poder, por asegurarse de que ninguna oposición pueda trabajar en su contra.
-Dijo “países dirigidos por dictadores”. ¿Putin es un dictador?
-Así es. No es un dictador en el estilo anticuado en el que todo el mundo tiene que permanecer oprimido. Creó un sistema en el que casi hace un trato con la población. Mientras te mantenga a salvo, y la economía más o menos crezca, te quedas fuera de la política y yo me haré rico y seguiremos presionando. Él tiene que crear un sistema dentro para, cualquier problema que ocurra, puede culpar a alguien. Por eso crea enemigos fuertes: cualquier problema es porque los americanos, Occidente, están haciendo este tipo de problemas. Es un dictador en el sentido de que construyó el control de los medios de comunicación, el sistema de la ley, el gobierno, no hay reelecciones serias reales, pero no es un Stalin o un tipo de dictador como Hitler.
–No quiero enfatizar demasiado, mucha gente cree que Putin es una especie de mente maestra que puede controlar todo en el mundo, y no creo que eso sea cierto. Hay un par de cosas que son realmente poderosas en su vida, y una de ellas es la KGB. Creció en la institución, que fue utilizada por el poder para mantener el liderazgo a nivel nacional, para mantener a raya a los posibles oponentes del régimen, a veces utilizando métodos brutales, y también en todo el mundo. Desestabilizando países que se les oponen… Entonces la KGB juega un papel muy importante en su vida. Y la otra cosa que creo que tiene un hecho increíblemente poderoso sobre él, es que es un representante del país, un representante de la KGB, que es la institución más poderosa del país, y su país poderoso se vino abajo. Cuando él vivía en Dresde, en el este de Alemania, trabajando con la poderosa Stasi y su régimen alemán, la Unión Soviética se vino abajo y Putin cree que se vino abajo porque mostraba debilidad cuando necesitaba ser brutal y fuerte. El Estado no estuvo allí, de hecho. Lo escribe en su propio libro. Cuando necesitaban a Rusia, Moscú estaba en silencio, no hacían lo que necesitaban para mantenerse en el poder. Así que creo que esas dos cosas juegan un papel psicológico importante en él. Ahora, que está en el poder, no creo que sea un comunista fuerte, pero quiere mantener un estado increíblemente poderoso y fuerte, y quiere asegurarse de mantenerse en el poder y usar sus servicios de seguridad para eso. Debido a que llegó al poder a fines de los noventa, también fue un momento en que los servicios de seguridad fueron poderosos, pero a medida que la Unión Soviética se desmoronaba, el crimen organizado también se volvió muy poderoso. El Estado ruso ahora es una especie de híbrido de poderosos servicios de seguridad y pandillas criminales organizadas muy ricas y poderosas, casi estatales. Es casi como el miembro principal de un grupo de pandillas criminales y servicios de seguridad que mantienen el poder en Rusia hoy.
-Recién explicaba cómo, además de la KGB, grupos criminales han logrado mucho poder en la Rusia de Putin. Recuerdo los envenenamientos a los ex espías rusos Aleksandr Litvinenko y Sergei Skripal. ¿Es Putin quien está detrás de esos ataques o las agencias operan de forma autónoma en estos casos?
–Sí, 100%. Esta es una de las grandes políticas que impulsó en sus días la Unión Soviética: la liquidación de los enemigos. Lo que significa, mata a cualquiera que podría ser una oposición. Hay historias fantásticas, como la del asesinato del nacionalista ucraniano en Munich por parte de la KGB en los años 50. Lo hicieron con una cápsula de veneno falsa que se encontraba en un periódico. Lo hicieron ver como si tuvo un ataque al corazón. Durante años Occidente pensó que había sufrido un ataque al corazón, hasta que un desertor, en realidad el desertor que llevó a cabo el crimen, salió y lo explicó. Exactamente como las cosas que vemos hoy en día. Creo que el Estado ruso usa armas químicas, biológicas y neurológicas porque quiere enviar un fuerte mensaje a los rusos, tanto interna como externamente. El uso de venenos secretos soviéticos es para enviar un fuerte mensaje a Rusia de que cualquiera que esté dispuesto a cometer traición y ser un traidor y trabajar con Occidente -si trabajas con los británicos, con los americanos- eventualmente venimos y te matamos a ti y a tu familia. No hay dudas de que Putin y los rusos están detrás de eso.
–Hablamos de injerencia en elecciones occidentales, como las de Estados Unidos, persecución contra opositores, ataques y asesinatos de desertores y ex espías. ¿Por qué en lugar de ser cada vez más presionado por la comunidad internacional, Putin cada vez logra más poder?
–Esto es algo realmente interesante. Los rusos llaman a los servicios de seguridad, la KGB y otros, llaman a esto “medidas activas”. La mayoría de los servicios de inteligencia, como la CIA, nuestro objetivo es recopilar inteligencia para proporcionar inteligencia a nuestros líderes, por lo que tratamos de recopilar información, nuestros analistas la analizan y la proporcionan a nuestros funcionarios políticos. En Rusia los servicios de seguridad se involucran para recolectar información y analizar la inteligencia, pero también juegan otro papel: mantienen a los líderes en el poder, y usan lo que llaman “medidas activas”, que son todas las cosas que usted mencionó: desinformación, vigilancia, sabotaje, asesinato, propaganda. Todo este tipo de cosas las hacen para debilitar a sus enemigos y hacer que se dispersen por todo el mundo. Y no es nuevo, fue usado consistentemente desde el comienzo del estado bolchevique hasta la Guerra Fría. Intentaron interferir, dar dinero a políticos de derecha e izquierda en todo el mundo; tienen al Partido Comunista para proporcionar ese dinero, intentan crear historias falsas y desinformación. Una famosa, por ejemplo, la KGB soviética creó una historia de que el Pentágono, el Ejército de los Estados Unidos, había creado el virus del sida para usarlo como arma, en lo que llamaron la guerra mundial de los países. Acudieron a un periodista, que estaba espiando para ellos en la India y lo publicaron en un periódico. Luego, durante años fueron a otros periódicos comunistas tratando de hilar la historia hasta que lo consiguieron difundir en la prensa occidental. Y hay mucha gente que aún cree que Estados Unidos creó el virus del sida. Fue completamente inventado por la KGB.
-La maquinaria de propaganda que creó Putin en medios de comunicación y redes sociales también es muy fuerte.
–Hoy en día se puede hacer lo mismo que te conté de manera mucho más poderosa y fácil, se pueden usar como armas las redes sociales. Se puede poner una historia falsa en el ecosistema y los trolls y bots, y otras personas pueden difundirlo amplificando esa historia y moviéndola en el sistema mucho más fácil que en otras épocas. Las redes sociales y la revolución tecnológica les ayudaron a hacer algunas cosas que antes hacían, pero que ahora pueden hacer con mayor rapidez. Así que lo que hemos visto en 2016 [en las elecciones de EEUU] no fue nuevo, pero fue refinado y fue más poderoso gracias a las redes sociales. Y había algunas otras cosas que podrían hacerlo más poderoso. La campaña de Trump incluso pudo haberlo impulsado. Y por supuesto, lo más importante en los Estados Unidos es que nuestro sistema político ahora está tan acalorado y enojado, que la gente se odia. Es muy fácil para una entidad extranjera. No tienen que crear una historia falsa como la historia del virus del sida. Lo que pueden hacer es observar lo que los americanos están diciendo de cada uno, toman eso y lo amplifican y lo difunden, para usarlo para su propio propósito. Así que creo que esto es algo que funciona para los soviéticos y la KGB.
–Por estos días Putin quiere modificar la Constitución. Muchos lo consideran el nuevo zar ruso, ¿Coincide con esa mirada? ¿Qué ve detrás de esta nueva maniobra que le permitiría perpetuarse en el poder?
-Creo que el problema es que si no se creas legitimidad en tu país, tienes que temer por tu seguridad. Así que creo que alguien como Putin, que se está apoderando de los tribunales y los utiliza como arma, y se está apoderando de los medios de comunicación, y se está apoderando de la banca, de la soberanía del gobierno, los gobernadores y los políticos locales no tienen ningún poder, tienen que trabajar bajo el Kremlin… Creo que su preocupación es que si está fuera del poder, como cualquier dictador, si pierde su poder también puede perder su vida. La gente que lo rodea se volvió increíblemente rica porque apoyan a los que están cerca de él. Creó este grupo crónico de personas que dependen de su fuerza y su capacidad para pagarles. Su preocupación es que si Putin se va y el sistema cambia, pueden ser arrestados o asesinados. Así que está atrapado en una posición de poder, parece increíblemente poderoso para nosotros en Occidente, pero creo que se da cuenta de que es una especie de rehén, tiene que mantener el sistema sólo para mantener su vida. En la mayoría de los países si pierdes una elección, llega el otro partido político, tú te vas y haces otra cosa, pero él creó un sistema en el que no puede contar con ello, el hecho de que puede ser arrestado o asesinado, si está fuera del poder.
-Es un tipo muy interesante. Creció después de la Segunda Guerra Mundial en Leningrado, que ahora es San Petersburgo. Su padre estaba en el Ejército cuando los nazis rodeaban Leningrado. Hay una historia que le contó a la secretaria [Hillary] Clinton. Le contó que su padre había salido de Leningrado para luchar contra los nazis, que estaban rodeados, y que había hambre y gente muriendo. Terrible. Su padre volvió a casa por un par de días después de luchar en el frente. Había montones de cuerpos en las calles, y los ponían en camiones para llevárselos. Putin cuenta que cuando su padre regresaba a casa vio en la calle lo que parecían ser los zapatos de su esposa en ese montón de cadáveres. Se dio cuenta de que era ella, comenzó a enloquecer, y la sacó de esa montaña de cadáveres. Resulta que no estaba muerta -estaba casi muerta-, y la cuidó hasta que se recuperó. La secretaria Clinton cuenta la historia de que Putin se ve a sí mismo como su padre: sacando a Rusia como un cuerpo débil, devolviéndole la vida. Se ve a sí mismo como una especie de figura paterna que puede hacer que una Rusia débil, casi muerta, vuelva a ser fuerte y saludable. Así que creo que esos tiempos de muy mala economía en Leningrado, luego unirse a lo que entonces eran las instituciones más poderosas del estado, como la KGB, que era una fuente de orgullo para un niño como ese, y luego el país se desmorona… hay muchas cosas sobre Putin realmente interesantes psicológicamente. Su vida personal es muy tranquila. Estuvo casado y luego se divorció hace unos años, pero sin escándalos. Tiene una hija a la que trata de mantener apartada de su vida. Es como un oficial de inteligencia, es muy bueno tratando con el mundo exterior manteniéndose aislado del resto.
-Volviendo a la disputa entre Estados Unidos y Rusia, ¿se puede considerar que Moscú hoy en día es la mayor amenaza para Washington?
-No, no lo creo. Rusia nos causa muchos problemas porque trata de socavarnos. Pero estas armas que usan, el uso de los servicios de seguridad, es una guerra asimétrica, es una guerra entre el débil contra el fuerte. Al igual que los terroristas, no pueden dañar un ejército alemán, o al ejército de los Estados Unidos, por lo que tienen que buscar debilidades, buscar objetivos blandos y atacarlos. Esto es una especie de trabajo de inteligencia rusa. Buscan debilidades y aprovechan las ventajas porque no son lo suficientemente fuertes económicamente ni militarmente para enfrentarse a Occidente. Así que buscan debilidades. Y a menos que nosotros retrocedamos, continuarán haciéndolo. Pero no creo que sean la mayor amenaza, no. Por ejemplo, crean muchos problemas en todo el mundo, pero no es que estén derribando gobiernos; han causado muertes y destrucciones en lugares como Siria. Pero francamente es un país que no es fuerte económicamente, no tienen muchos aliados. Si piensas quiénes son sus aliados, tal vez Siria, Venezuela, pero eso no es realmente una amenaza para un Occidente fuerte, Estados Unidos, Europa, y los países occidentales trabajando juntos. Creo que China es mucho más grande, no quiero decir amenaza en el sentido de una guerra o una Guerra Fría, pero es un desafío mayor para Estados Unidos y Occidente. En 30 años, si no conseguimos que la relación con China sea correcta, seguirá afectándonos. Lidiar con Rusia es algo que debe hacerse, y es difícil, pero no es la mayor amenaza para nosotros.
-¿Un ejemplo de esa búsqueda de debilidades que menciona es la reciente condena del ex marine Paul Whelan? ¿Cuál es su opinión de ese caso?
-Esto también es muy, muy consistente con el patrón histórico. Esto es algo que han hecho en el pasado para utilizarlo como herramienta, lo usan como un arma para poder arrestar a alguien y luego tratar de conseguir algo de Occidente o de los Estados Unidos. Este tipo Whelan, no hay manera posible de que fuera un oficial de inteligencia. Ha sido despedido de los marines por mala conducta. Nuestros servicios de inteligencia no contratan a gente que ha sido despedida por conducta criminal. Pero era la persona indicada para que Putin arrestara porque para el mundo exterior parece que estaba espiando, tiene pasaportes y ese tipo de cosas… Pienso que los rusos querían sentenciarlo para convertirlo en una herramienta que puedan usar para conseguir algo que quieren. Esto es muy consistente con lo que han hecho en el pasado arrestando periodistas americanos, empresarios americanos y otros.
-Hizo referencia en más de una oportunidad a la relación entre Rusia y Venezuela. En Occidente mucho se especula con qué pasaría si Moscú comenzara a distanciarse del chavismo. ¿Es vital el apoyo de Putin para que Maduro permanezca en el poder?
-Creo que Rusia busca oportunidades para ir contra los Estados Unidos. Saben que estamos preocupados con Maduro y con Venezuela, por eso se meten en esto. Como hizo Putin en Siria, Afganistán y en otros lugares. Todo lo que es malo para los Estados Unidos, es bueno para él. Aunque está apoyando a Maduro, Rusia no es lo suficientemente rica para apoyar a Venezuela a largo plazo. Putin huirá fácilmente cuando sienta que ya no es de su interés. Para Maduro a corto plazo probablemente sea útil, pero no a largo plazo.
-Desde el inicio de la pandemia del coronavirus hubo dudas sobre la información que brindaba el Kremlin, ya que mientras países de Europa como España e Italia registraban miles de infectados, en Rusia apenas reportaban pocos casos. La situación después cambió y creció drásticamente el número de contagios y muertos. En estos meses hubo varias teorías respecto a cómo se originó el brote; una de ellas apunta a China como responsable de una “guerra biológica”. ¿Países como China o Rusia tienen la capacidad de provocar una crisis como esta, y crees en esa hipótesis?
-Mi opinión es que no lo sabemos y yo no lo sé cómo se originó el coronavirus. Pero me cuesta mucho creer que esto haya sido creado por un laboratorio chino, o que alguien lo use como arma porque está funcionando también contra ellos y contra todos los demás. Pero sí sé que es perfecto para ser usado por los rusos y otros para crear miedo y desinformación. Esto ayuda a asustar a la gente, como lo mencioné antes. Hablar de un virus provoca el miedo de que tal vez los militares estén haciendo pruebas biológicas. Es como la historia perfecta para crear una conspiración. Lo que me preocupa es que la gente con motivos impuros pueda usar el COVID, la conspiración, para dañar la verdad misma. Así que prefiero esperar y ver lo que realmente podemos entender, para mantenernos sanos, pero no creo en ninguna de estas teorías de conspiración.
-Después de años de haberse retirado de la CIA, ¿sigue ligado al mundo de la inteligencia? ¿Aún tiene información sensible en su poder que no puedes revelar y que puede provocar algún hecho trascendental en un futuro?
-Ahora que estoy fuera, puedo hablar y escribir. Pero tengo que asegurarme de que no haya nada clasificado. Hay mucha información que no está clasificada, como la forma en que hacemos nuestro trabajo. Podemos tratar de ayudar al público a entender lo que estamos haciendo y por qué, podemos discutir los errores, y otras cuestiones. Hay secretos que podría contar, pero no creo que realmente sean del interés público. Se trata de nombres de personas, nombres y detalles de las fuentes que nos ayudaron… Y además es mi obligación proteger a esas personas. Mantener a esa persona a salvo es algo increíblemente importante. Puedo contar la historia de lo que hacemos, cómo lo hacemos. Además, no hay una gran historia que cambiaría el mundo. Y para vivir actualmente trabajo con Hollywood, tengo una compañía llamada Spycraft Entertainment, que trabaja con Hollywood para hacer películas de espionaje más realistas.
-¿Qué tan real es lo que vemos en películas y series sobre el mundo del espionaje?
–Pocas películas son demasiado realistas. Por alguna razón las películas de espionaje siempre ponen la categoría de thriller de acción. Yo en 28 años nunca he disparado un arma. No he estado en persecuciones de autos. No tenía mujeres hermosas siguiéndome. La mayoría de las películas son de entretenimiento, y es solo una parte de lo que realmente hacemos. Lo que hacemos es mucho más lento, se trata más del factor humano, las relaciones, construcción de la confianza, se trata de la confianza y la traición. En Homeland [la serie], cuando están en lugares como Afganistán, Pakistán, se asemeja un poco a lo que hacemos, pero los personajes y la historia no lo son en absoluto.
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