Paul Davis es un abogado de Texas que hasta esta semana trabajaba en la empresa Goosehead Insurance. El miércoles participó en el asalto al Capitolio y en varios vídeos que se han viralizado en las redes sociales se le ve diciendo que «todos estamos tratando de entrar al Capitolio para detener esto». Davis trató de explicar después ese comentario señalando que se trataba de una protesta «pacífica: Dije ‘tratando de entrar al Capitolio’, en referencia a dar voz a una protesta.
No de una manera violenta». Sin embargo, Goosehead Insurance utilizó esas imágenes para despedir fulminantemente al abogado: «Paul Davis, asesor general adjunto, ya no es empleado de Goosehead».
El caso de Paul Davis no es el único: desde que el miércoles se produjo el asalto al Capitolio que ha dejado cinco muertos, han sido varias las empresas que han identificado a algunos de sus empleados gracias a los vídeos que, en algunos casos, ellos mismos han subido a las redes sociales. Y varias personas han sido despedidas por participar en esa insurrección.
Despidos y renuncias
El caso de Rick Saccone es diferente. Este exlegislador del estado de Pensilvania trabajaba como profesor adjunto en el Saint Vincent College. El miércoles compartió en Facebook imágenes de sí mismo fuera del Congreso de los Estados Unidos y el colegio comenzó una investigación que ha derivado en su renuncia a su puesto de trabajo.
Michael Hustava, director de marketing y comunicación del colegio, reconoció a la CNN que «como resultado de esa investigación, el Dr. Saccone ha presentado y hemos aceptado su carta de renuncia, con vigencia inmediata. Ya no estará asociado a Saint Vincent College de ninguna forma». Mientras, el profesor asegura que «decidí renunciar por el bien de la escuela. Llevo allí 21 años. No quería que toda esta terrible confusión mediática afectara a la escuela. Decidí que sería mejor simplemente renunciar».
Otro caso es el de la empresa Navistar, cuyos ejecutivos vieron cómo uno de sus empleados se paseaba tranquilamente por el Capitolio llevando colgada al cuello una credencial de su compañía. Su respuesta fue inmediata: «Aunque apoyamos el derecho de todos los empleados al ejercicio pacífico y legal de la libertad de expresión, cualquier empleado que demuestre una conducta peligrosa que ponga en peligro la salud y la seguridad de otros ya no tendrá una oportunidad de trabajo con Navistar Direct Marketing».
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