La operatividad del Cartel de los Soles ha contaminado también el sur de México. El triángulo dorado de la frontera sur integrado por Quintana Roo, Yucatán y Campeche se ha convertido en un narcoaeródromo, sobretodo en el territorio campechano en dónde llegan a diestra y siniestra aviones procedentes de Venezuela toneladas con droga, enviadas por el poderoso cartel dominado por militares del régimen de Nicolás Maduro.
Durante el año 2019 fueron confiscadas en esa región 16 narcoavionetas, unas siniestradas y otra abandonadas, la mayoría con rastros de droga. En lo que va de 2020 han sido aseguradas 6, sin embargo, cifras extraoficiales señalan que en horas nocturnas se oyen y observan sobrevuelos constantes de aeronaves en el espacio aéreo campechano, pero en la mayoría de los aseguramientos no han registrado detenciones.
Aunque nadie hablaba de la situación esta era un secreto a voces, que solo fue confirmada tras la intempestiva visita del embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, en una vista de trabajo. El gobierno había solicitado la colaboración del gobierno local a través de la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), para realizar una investigación conjunta sobre el frecuente aterrizaje de avionetas provenientes de Venezuela.
El pasado 16 de octubre, paralelo a la detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda, ex secretario de Defensa durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, por funcionarios de la DEA por nexos con el narco, el diplomático llegó a tierras campechanas de sorpresa para una reunión de trabajo que se extendió por dos días.
Aunque no hubo información por parte de la Fiscalía de Campeche ni por la Fiscalía General de la República, el embajador subió a sus redes sociales durante su primer día en Ciudad del Carmen un detalle revelador: “La lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico es una lucha compartida. Los delincuentes y las drogas matan a (Bandera de México) y (Bandera de Estados Unidos). Nos urge trabajar hombro a hombro en ambos lados de la frontera. No es nada fácil, pero somos más los buenos”.
Fuentes internas en la fiscalía campechana aseguraron que la llegada del funcionario norteamericano tomó por sorpresa al gobierno, tanto que sus funcionarios solo entregaron la información que solicitó en relación al traslado de droga y sobre las narcoavionetas que se multiplican en el Estado, datos que inmediatamente llegaron a manos de la DEA.
El hecho deja claro que tanto para el gobierno norteamericano como para el mexicano Campeche es, desde hace años, una de las rutas preferidas por el narco suramericano para llevar su cargamentos en aviones, avionetas y hasta jets que “pasan desapercibidos” en territorio campechano.
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