RT ha conversado con Mijaíl Favórov, uno de los principales epidemiólogos del mundo, experto en el control y prevención de infecciones virales, subdirector del Instituto Internacional de Vacunas. Durante la entrevista, el científico respondió a las principales preguntas sobre la actual situación con la pandemia de covid-19: cuándo habrá una segunda ola, cuánto tiempo nos queda usando mascarillas o cuán efectivas son las vacunas en desarrollo, entre otras.
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Segunda ola
De acuerdo con el experto, ese término no es muy científico y más correcto sería denominarla como subida estacional. Favórov señaló que en otoño siempre existe una alta probabilidad de propagación de enfermedades respiratorias: la temporada más fría, menos luz ultravioleta que en verano. Respecto a eso recordó que Brasil entró en la pandemia como todos los demás, pero luego llegó el invierno y causó un disparo de los casos.
Además, el epidemiólgo subrayó que la posible subida estacional depende de la cantidad de personas con anticuerpos. «Hay miles de millones de personas en la Tierra que no se han enfermado [de coronavirus]. Pero algunas áreas como Nueva York, Moscú, el norte de Italia han pasado por el ascenso y se puede hablar de alguna inmunidad colectiva. Pero en Moscú la cifra ronda el 30 %. Por lo tanto, el aumento de casos puede suceder, pero no tan alto como en otros lugares», destaca Favótrov.
De esta manera, el experto pronostica que después de la alta incidencia registrada actualmente en muchos lugares, luego viene la disminución de casos hasta mediados de septiembre y después de octubre pude volver a subir.
Asimismo, Favórov recalcó que ahora el virus se tolera fácilmente lo que se puede constatar en la baja letalidad. «Sí, existe un grupo de riesgo, pero en general el virus es menos agresivo que, por ejemplo, en Italia al comienzo del brote. Por lo tanto, quien se enferma ahora tiene más posibilidades que si estuviera enfermo al comienzo del invierno», afirmó el epidemiólogo.
Las vacunas en desarrollo
En cuanto a las vacunas que actualmente están en desarrollo o a punto de ser registradas (como la del Instituto de Investigación ruso Gamaleya), Favórov recordó que ninguna ha pasado suficientes pruebas, por ello no está claro cómo funcionan.
Existe buena evidencia de que la vacuna rusa produce una respuesta inmune y ya ha superado determinadas etapas de prueba. Pero siempre queda la posibilidad de que cualquier vacuna puede ser perjudicial si no se confirma su eficacia.
«Tras la primera fase, se producen anticuerpos. Pero no podemos caracterizar estos anticuerpos y su eficacia. Esto no significa que estas vacunas no protejan. Esto significa que no conocemos esta respuesta. Normalmente, esto queda claro en una enorme tercera fase, que es absolutamente necesaria, pero que ahora han decidido cortar. Nunca estaré de acuerdo con eso», aseveró el experto.
Favórov explicó que «hay anticuerpos que pueden atacar al virus, pero no lo neutralizan: el virus permanece vivo». Esto lleva al hecho de que el virus comienza a multiplicarse dentro de las células inmunes. «En EE.UU., se están realizando ensayos y hay 30.000 voluntarios. Con tantas personas vacunadas, se puede saber si la vacuna funciona o provoca la producción de anticuerpos que empeoran el curso de la enfermedad», estipuló el epidemiólogo.
Además, cuando se trata de vacunas tradicionales, la mayoría serán más o menos iguales, apuntó el experto.
«Pero debemos entender que la producción de vacunas es un proceso enorme. No consiste solo en el desarrollo, ni en la prueba de su efectividad, sino que es la fabricación de una gran cantidad de dosis. Y este proceso llevará algún tiempo. Hasta que sea sostenible, el intercambio de vacunas entre países será muy limitado», advirtió el experto.
Las mascarillas
Favórov aprovechó la oportunidad y subrayó la importancia de las medidas de protección, sobre todo el uso de mascarillas. De acuerdo con él, tendremos que utilizarlas por lo menos los próximos dos años. «En comparación con lo que transmites, como fuente, a otras personas, en caso de que estés enfermo, esto no es nada, ¡ponte esta macarilla! No te protege a ti, sino a otros», afirmó.
El experto explicó que el uso es necesario para detener la propagación del coronavirus ya que el SARS-CoV-2 es un agente dependiente de la dosis. Es decir, el desarrollo del virus depende de la dosis que esté siendo administrada en el cuerpo. «Cuando te pones una mascarilla, la dosis baja, lo que significa que no matarás a tu abuela, pero le darás la oportunidad de sobrevivir, incluso si se infecta», aseguró el especialista.
¿El virus muta?
Durante la entrevista, Favórov confirmó que el nuevo coronavirus muta y se adapta a la población. Sin embargo, hay partes constantes del virus que son responsables de su reproducción, de su existencia fuera del cuerpo y dentro de él, que no mutan, según advirtió el experto.
«Ahora se habla de seis genotipos del virus que inciden en el curso clínico. En Corea del Sur en su apogeo, la letalidad era del 0,5. En Italia, un 20 %. Estos son dos virus diferentes», aseveró el epidemiólogo, añadiendo que el virus europeo ahora está llegando a Asia y causando nuevos brotes.
¿Cierre de las fronteras otra vez?
Ante la pregunta del corresponsal, si los países entonces deberían cerrar las fronteras de nuevo e imponer cuarentenas, Favórov sugirió que la mayoría probablemente se cerrarán en octubre. «Todo se cerrará. Será como en marzo-abril. Habrá nuevamente unidades de cuidados intensivos sobresaturadas con pacientes. Necesitan estar preparadas ahora», advirtió.
¿Qué países manejaron bien el brote?
Según Favórov, es demasiado pronto para evaluar las diferentes estrategias de contención del coronavirus en distintos países. «Mucha gente regaña a Suecia por la falta de estrictas medidas de cuarentena, que a todos se les permitió enfermarse y muchos murieron … Sí. Pero esperemos 3 años. Veamos qué pasará durante la subida estacional de este año, qué pasará en otros países y luego compararemos», destacó el especialista.
Además, insistió en que no hay que comparar las situaciones en diferentes países, sino los brotes. En ese sentido, recordó que aunque Italia sufrió una verdadera crisis al comienzo de la pandemia («la tasa de mortalidad era comparable a la de la guerra»), pero por otro lado, casi no hubo casos en el sur del país. La situación es similar en Estados Unidos, agregó Favórov.
¿Cuántos años durará?
De acuerdo con Favórov, la pandemia durará unos 3-4 años sin vacuna, y con la vacuna unos 2 años. «Con la vacuna, la tasa de mortalidad disminuirá, ya que se vacunarán grupos de riesgo, por ejemplo, los ancianos. Así, la tensión social desaparecerá», vaticinó el epidemiólogo.
El experto subrayó que aproximadamente el 70 % de la población mundial debe enfermarse para que se desarrolle la llamada inmunidad colectiva y se termine la pandemia. Haciendo los cálculos, basados en las estadísticas actuales y pronósticos epidemiológicos, Favórov sugirió que un total de 15 millones de personas morirán a lo largo de toda la pandemia.
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