Catar se prepara para un mes de festival futbolístico que, aunque su principal propósito es entretener y cautivar a los fanáticos, se ha visto ensombrecido por diversos factores y controversias.
Desde duras restricciones al consumo de alcohol hasta acusaciones de abusos a los trabajadores inmigrantes que construyeron la infraestructura mundialista y los estadios, la competición deportiva más importante del año probablemente será recordada no solo por el fútbol de alta calidad, sino por los múltiples escándalos que la rodearon.
La indignación, en gran parte de los medios occidentales, ya era palpable en el 2010, después de que la FIFA seleccionara la candidatura del país de la península arábiga para organizar la Copa del Mundo de 2022. Este es el punto crucial en el que este campeonato se distingue realmente de los torneos anteriores. En los 12 años transcurridos desde entonces, los organizadores se han visto obligados a rechazar las reiteradas acusaciones sobre la supuesta incapacidad ética del país para organizarlo.
La controvertida preparación
Los trabajadores extranjeros o inmigrantes constituyen una gran proporción de la población del país. Algunas estimaciones sitúan esa cifra por encima del 85%, y es el trato hacia estos lo que ha provocado la agitación de los grupos de derechos humanos.
Un informe de The Guardian publicado el año pasado sugería que hasta 6.500 trabajadores inmigrantes podrían haber perecido en los 12 años de preparativos antes del saque inicial del domingo, y que esas personas procedían principalmente de la India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka.
Sin embargo, el Gobierno catarí indicó el año pasado que esas cifras, que fueron proporcionadas por las embajadas de los distintos países, se refieren a los inmigrantes en su conjunto y no solo a los que trabajaron en la infraestructura de la Copa del Mundo. Según las autoridades locales, los datos difundidos incluyen a personas que habían vivido en Catar durante muchos años y que pueden haber muerto por diversas razones.
Derechos de la comunidad LGBT+
Por otra parte, se ha expresado la preocupación por las leyes de Catar contra las personas LGBT+, lo que ha suscitado críticas de una amplia gama de defensores de la igualdad en todo el mundo. Una vez más, las autoridades cataríes han insistido en que todos son bienvenidos a la competición, pero al mismo tiempo dicen que esperan que los aficionados «respeten nuestra cultura».
Activistas franceses instaron el pasado miércoles a la selección y a los jerarcas del fútbol galo a denunciar las violaciones de los derechos de personas LGBTQ+ llevadas a cabo por las autoridades del país árabe. «Federación, dirigentes, jugadores y árbitros del fútbol francés, tienen el poder de ser escuchados por millones de personas […]. Les pedimos que tomen una posición pública en defensa de estos derechos fundamentales«, escribieron en una columna publicada por Ouest-France.
Asimismo, los amantes del fútbol mostraron su descontento durante las últimas semanas, especialmente en Alemania, donde decenas de miles de hinchas enarbolaron pancartas contra el torneo en partidos de la Bundesliga en Hamburgo, Berlín y otros lugares. En ellas se enumeraba una larga lista de quejas sobre la monarquía del país anfitrión, incluyendo la persecución de las personas LGBT+ y el maltrato a los trabajadores inmigrantes.
Hinchas ‘comprados’ para animar la fiesta
Las autoridades cataríes han sido acusadas de intentar animar el ambiente pagando a los residentes para que actúen como hinchas de los 32 países. En videos que circulan por las redes sociales estos últimos días se puede observar a cientos de personas, presuntamente locales, desfilando por las calles del país con banderas y atuendos alusivos a los países participantes.
Fans from all over the world have finally arrived in Qatar for the World Cup.The fans:pic.twitter.com/15BPPJy8sq
— AUGUSTUS 🔴 (@Der_Augustus) November 13, 2022
No obstante, el Comité Supremo de Catar 2022 ha negado todas las acusaciones relacionadas. «Numerosos periodistas y comentaristas en las redes sociales han puesto en duda que se trate de ‘verdaderos’ aficionados. Rechazamos de plano estas afirmaciones, que son tan decepcionantes como poco sorprendentes», comunicó.
Venta de alcohol
En un brusco cambio de rumbo a último minuto, las autoridades cataríes han prohibido la venta de alcohol en sus estadios durante la Copa del Mundo, revocando así la decisión de permitir vender cerveza Budweiser, según informó este viernes la FIFA.
Los planes preveían que los asistentes pudieran comprar alcohol en las zonas oficiales de hinchas entre ciertas horas y en las zonas de acceso a los estadios, pero ahora parece que se prohibirá la venta en las zonas de acceso.
Con esta prohibición los únicos lugares en los que se podrá comprar y consumir alcohol dentro o en los alrededores de los estadios será en las lujosas zonas de hospitalidad y en los palcos, que cuestan a partir de 22.450 dólares por partido. A los aficionados que accedan a un asiento en un palco se les promete «refrescos, cervezas, champán, vinos seleccionados por sumilleres y licores de primera calidad».
«Un mayor número de aficionados está asistiendo desde Oriente Medio y el sur de Asia, donde el alcohol no juega un papel tan importante en la cultura», dijo a Reuters una fuente cercana al Gobierno catarí. «Se pensó que, para muchos aficionados, la presencia de alcohol no crearía una experiencia agradable».
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