Joe Biden acelera su campaña digital para poder competir con la formidable operación en línea del presidente estadounidense Donald Trump, pero demócratas dicen que si pretende vencer al mandatario republicano en noviembre tiene que ir más allá de los discursos planos que graba desde su sótano.
AFP
El político, que prácticamente tiene en el bolsillo la candidatura del Partido Demócrata, está duplicando el tamaño de su equipo digital, actualmente de 25 personas, y su campaña ha lanzando una extensa estrategia a través de múltiples plataformas digitales.
Biden está en una situación difícil: la elección de noviembre está a menos de seis meses y la campaña tradicional está detenida por la pandemia del coronavirus.
Mientras Biden habla ante una cámara en un estudio vacío en el sótano de su casa en Delaware, donde está bajo orden de confinamiento, Trump se para en el centro del escenario, actuando -con éxito o sin él- para dirigir la crisis del coronavirus y reactivar la economía.
El contraste fue claro la semana pasada, cuando un mitin virtual de Biden en Florida se vio empañado por problemas técnicos.
Algunos expertos de campaña demócratas han descrito las grabaciones desde el sótano de Biden como demasiado estáticas y acartonadas.
Los estrategas están preocupados porque Biden ya ha quedado peligrosamente detrás de Trump en métricas clave que engloban plataformas como Twitter, Facebook, YouTube e Instagram.
El exvicepresidente, de 77 años, tendrá que adaptarse rápidamente a la nueva realidad política si quiere competir con un presidente con una enorme operación en línea.
Las elecciones de 2020 son “una batalla por el alma de esta nación”, le gusta decir a Biden.
“Pero también es una batalla por el alma de internet. Y es una batalla que intentamos ganar”, dijo en Twitter el sábado Rob Flaherty, director digital de la campaña de Biden, al anunciar varias nuevas contrataciones.
Entre ellas se encuentra la asesora digital Caitlin Mitchell, una importante integrante del equipo de campaña presidencial de Elizabeth Warren.
El esfuerzo en línea de Trump ha sido fuego y azufre desde el primer día. La semana pasada el jefe de campaña Brad Parscale comparó la campaña digital organizada de Trump con los ataques de la “Death Star” (“Estrella de la Muerte”) de Star Wars.
El argumento de la campaña de Biden es que los estadounidensesdesean tener un líder con habilidades y experiencia para hacer el trabajo.
¿El mensaje? “Él está listo para dirigir en un momento de crisis como este y tiene la compasión y la empatía que a Trump le han faltado”, dijo a AFP Mike Gwin, director de respuesta rápida de la campaña de Biden.
La forma en que Biden difunda ese mensaje puede ser la cuestión que defina la campaña.
“Los discursos desde su sótano no serán suficientes”, alertaron los veteranos del equipo de campaña de Barack Obama, David Axelrod y David Plouffe, en un ensayo reciente en el The New York Times.
“Para abrirse paso y ser escuchado, (Biden) tendrá que aumentar el ritmo de su campaña, utilizar plenamente su ejército de poderosos sustitutos y adoptar un nuevo conjunto de herramientas virtuales, basadas en datos y tácticas creativas”.
– Cintas de sótano –
El equipo de campaña sostiene que está en el camino y que videos, anuncios o eventos de Biden han sido vistos en línea 112 millones de veces desde mediados de marzo.
La estratega demócrata Lis Smith dijo que Biden debe dominar el género digital.
“Ha habido una idea convencional durante mucho tiempo de que Joe Biden está jodido porque está atrapado en su sótano” durante la crisis del coronavirus, dijo el lunes Smith en un webcast de Politico.
Pero, con el colapso de la campaña tradicional, haberse visto sido forzado a pasar a lo digital “podría ser lo mejor que le ha pasado a Joe Biden”.
Encuestas recientes muestran a Biden liderando sobre Trump. Pero “no podemos dormirnos en los laureles aquí”, dijo Smith.
Una operación eficiente puede hacer llegar la palabra de Biden a los votantes a través de varios medios: reuniones de ayuntamiento virtuales, entrevistas en la televisión local en estados clave como Wisconsin, mítines en línea.
Pero el asombroso seguimiento digital de Trump empequeñece a Biden, quien necesita apropiarse de Instagram, YouTube, TikTok y Snapchat si quiere competir.
La estratega digital Lori Coleman, del grupo DemCast, dijo que está “extremadamente preocupada” por el tardío comienzo en línea de Biden, pero cree que aún podría recuperarse.
“Antes del coronavirus, la campaña tradicional iba a ser muy buena para Joe y no creo que estuvieran realmente bien posicionados para cambiar a una campaña más digital”, dijo Coleman a la AFP.
“Sé que han estado trabajando diligentemente en el desarrollo de eso. Definitivamente va a ser necesario”.
El grupo de infraestructura digital Acronym dice que la campaña de Trump ha gastado 55,9 millones de dólares en propaganda en Facebook y Google desde 2018, mientras que la de Biden ha gastado 19,6 millones de dólares en esas plataformas desde su lanzamiento el año pasado.
Biden, sin embargo, ha recibido grandes donaciones, incluyendo la impresionante suma de 60,5 millones de dólares en abril, según su campaña.
AFP
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