¿Un nuevo cierre?
Cuando las esperanzas de millones de ciudadanos están puestas en la reapertura de la economía en Estados Unidos, afectada por la pandemia del coronavirus, en muchas partes del país lo que se está planteando es un nuevo cierre.
Casi cinco meses después de que el gobierno del presidente Donald Trump empezara a tomar medidas contra la pandemia, Estados Unidos está viviendo un repunte del número de casos de coronavirus.
El país registró este viernes un récord diario de contagios con 45.330.
Desde abril no se veían números similares de nuevas infecciones en el país.
«Esto es algo por lo que realmente estoy preocupado», había advertido ya el martes sobre esta tendencia el doctor Anthony Fauci, jefe de Epidemiología del Instituto Nacional de Salud de EE.UU., en una comparecencia ante el Congreso.
«Bajamos de 30.000 (nuevos casos al día) a 25.000 a 20.000 y, entonces, nos quedamos allí, pero ahora estamos subiendo. Eso es muy preocupante para mí», agregó.
La situación está generando gran presión en varios estados, al punto de llevarlos a suspender los planes de reactivación de la economía.
La pandemia ha evolucionado y los focos de preocupación se han trasladado a otros estados después de que Washington, California y Nueva York centraran la atención en abril y mayo.
Luego de que Texas registró este jueves un récord de 5.996 casos nuevos, el gobernador Greg Abbott anunció que se mantendrían en pausa los planes para pasar a las etapas siguientes de la reapertura de actividades.
Este viernes, Abbot fue un paso más allá y ordenó el cierre de todos los bares.
En Arizona, otro de los estados más golpeados ahora, el gobernador Doug Ducey, tras haberle dado «luz verde» a los negocios, señaló el jueves que ahora la luz es «amarilla», y agregó que los ciudadanos se encuentran «más seguros en casa».
Mientras hay 30 estados que están registrando un claro aumento de casos, hay una decena de estados en los que la situación no parece haber variado mucho en las últimas dos semanas y otra decena en la que el número de casos sigue descendiendo.
1. ¿Más casos porque hay más exámenes de diagnóstico?
Aunque el aumento del número de casos confirmados es un hecho claro, lo que no siempre está claro es qué significa.
El presidente Trump, por ejemplo, ha sugerido que el incremento de casos obedece a que ha crecido sustancialmente la cantidad de exámenes de diagnóstico de la enfermedad.
En general, los especialistas suelen coincidir en que es normal que un aumento de estas pruebas muestre un mayor número de casos, pero señalan que también hay otros factores.
«Es muy difícil entender lo que significa el número de casos porque depende tanto de la actividad epidémica como del número de exámenes que se están haciendo», dice John Ioannidis, profesor de Medicina y Epidemiología de la Universidad de Stanford.
El experto explica que, aunque Estados Unidos estuvo muy retrasado inicialmente en la realización de pruebas diagnóstico, ahora está haciendo muchas más por lo que detectará más casos que antes.
«Otra métrica a la que uno podría referirse es a la proporción de exámenes que se están haciendo que dan positivo, lo que en este momento no es tan malo como el número total de casos, incluso en los estados que han visto cierto agravamiento», señala a BBC Mundo.
La OMS recomienda que los países pasen 14 días con una tasa de casos positivos de 5% o menos antes de comenzar a levantar las medidas de confinamiento; en EE.UU. el promedio nacional se encuentra en 6% pero hay 21 estados con un registro superior, comenzando por Arizona, que tiene una tasa por encima del 23%.
2. Menos muertes, ¿por ahora?
Otra característica de la fase actual del coronavirus por la que está pasando Estados Unidos es un descenso notable de la cifra de muertes.
Con más de 120.000 muertos hasta este 26 de junio, Estados Unidos es, con diferencia, el país del mundo más golpeado por la pandemia.
«Vamos en la dirección correcta», dijo el martes la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, al referirse a esta tendencia y destacar que, por primera vez en mucho tiempo, habían ocurrido menos de 300 fallecimientos en un día por covid-19.
La cifra refleja una caída notable desde el máximo de 6.409 muertes registrado el 16 de abril, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Ioannidis señala que parece haber una especie de disociación entre el número de muertes y el número de casos confirmados.
«El número de muertes parece estar descendiendo de forma estable», señala.
Otros expertos, como Woolf, no son optimistas.
«Hay que tomar en cuenta que el número de personas que dan positivo en los exámenes de diagnóstico es un indicador de lo que vendrá», señala.
«Entre 7 y 10 días de un repunte en la cifra de casos verás un incremento en las hospitalizaciones porque se requiere cierto tiempo tras el contagio para que la gente se enferme. Y, luego, hace falta más tiempo para que tengan problemas respiratorios y requieran ser internados en la unidad de cuidados intensivos y, finalmente, fallezcan», explica.
«Puedes ver este fenómeno en lugares donde está ocurriendo el repunte, como Arizona, cuyos hospitales ya empiezan a sentir la presión que sufrieron los centros médicos en Nueva York y Nueva Jersey en marzo y abril», añade.
Para este miércoles, ya estaban ocupadas 88% de las camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos en Arizona. A mediados de mayo, esa cifra era de 68%.
Tom Frieden coincide en que hay una brecha temporal de varias semanas entre los contagios y las muertes, por lo que los efectos de las nuevas infecciones no pueden verse aún.
Sin embargo, destaca que parte de la cifra de muertes obedece a mejoras en la atención sanitaria.
3. Más jóvenes que mayores
Otra particularidad de la situación actual de la pandemia en Estados Unidos que, además, puede ayudar a explicar el aparente desacople entre el aumento de los casos y el descenso de las muertes es el hecho de que una proporción importante de los nuevos casos son gente joven.
Este jueves, el director de los CDC, Robert Redfield, señaló que los jóvenes han ayudado a impulsar el aumento de casos confirmados al decir que en meses pasados muchos de esos casos no habrían sido diagnosticados.
En Florida, uno de los estados más afectados ahora, la edad media de los contagiados cayó de marzo a junio de 65 a 35 años de edad, mientras que en Arizona casi la mitad de todos los casos corresponden a personas entre 20 y 44 años.
«Hay un cambio en los grupos etarios, quizá debido a que la gente mayor ha aprendido a protegerse mejor y la tasa de mortalidad está muy relacionada con la edad», dice Frieden a BBC Mundo.
John Ioannidis considera fundamental que se siga protegiendo a las personas mayores.
«Los ancianatos vivieron desastres y probablemente casi el 50% de las muertes ocurrió allí. Si logramos proteger este tipo de centros de alto riesgo, probablemente logremos evitar bastante el impacto del coronavirus, incluso si sigue habiendo muchos casos», concluye.
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