La pandemia del nuevo coronavirus obligó a retrasar un año los Juegos Olímpicos de Tokio, de 2020 a 2021, pero no ha sido la primera cita que ha temblado por una enfermedad, aunque en ninguna ocasión se habían tenido que tomar medidas tan drásticas.
AFP
A la espera de saber qué ocurre finalmente con los Juegos de Tokio en 2021, si finalmente pueden disputarse, la experiencia demuestra que otras ediciones también se vieron amenazadas y que se convirtieron, a su pesar, en ‘virales’.
Con los ecos de la llamada ‘Gripe Española’, considerada la más mortal de la historia con 50 millones de víctimas mortales, los Juegos de Amberes en 1920 fueron percibidos como un símbolo de los esfuerzos de la humanidad para reconstruirse tras la devastación de la Primera Guerra Mundial.
Pese a que la ‘Gripe Española’ mató a cinco veces más personas que la contienda de 1914-1918, el impacto del virus fue eclipsado por la guerra mundial y pasó a un relativo segundo plano.
– Gripe amenaza de varios Juegos –
Justo un siglo después, los organizadores de Tokio-2020 sí que han tenido que tomar medidas drásticas contra la pandemia, en este caso del COVID-19.
La disputa de la cita nipona, si finalmente puede celebrarse de manera exitosa, también tendría un alto componente simbólico.
Los Juegos Olímpicos de México en 1968 tuvieron lugar durante una de las peores pandemias del siglo XX, la ‘Gripe de Hong Kong’.
Se propagó desde la entonces colonia británica al sur de China por toda Asia y alcanzó América a finales de 1968.
Hubo finalmente alrededor de un millón de víctimas mortales, pero esta pandemia tuvo poco efecto sobre los Juegos de México.
Antes de Tokio-2020, Japón ya sufrió una epidemia la anterior vez que había sido sede olímpica, cuando albergó los Juegos de invierno de Nagano en 1998.
Casi 1.500 escolares de la región de Nagano murieron de gripe y unas 200 personas ligadas a los Juegos enfermaron, aunque los responsables subrayaron entonces que había que atribuir la causa también a otras enfermedades.
El virus impidió a la patinadora de velocidad noruega Aadne Soendral, oro en 1.500 metros, buscar un doblete en la prueba de 1.000 metros.
La promesa del patinaje artístico alemán Tanja Szewczenko renunció por temor sobre su salud y el Comité Olímpico Internacional (COI) se implicó en la prevención sobre esta gripe, pidiendo a los deportistas que tuvieran cuidado y aconsejándoles tomar muchos líquidos.
– Rio-2016 y el Zika –
Esta epidemia de gripe no tuvo relación con la gripe aviar, que golpeaba el sur de China por entonces.
Antes de los Juegos Olímpicos de Rio-2016, los primeros de la historia en Sudamérica, la actualidad estuvo marcada por los temores ante el Zika, un virus transmitido por picaduras de mosquito que podía generar diversos problemas, especialmente en el caso de mujeres embarazadas, con bebés que podrían sufrir microcefalia (una deformación resultante de cabezas o cerebros anormalmente pequeños).
Los problemas con el Zika comenzaron en 2015 y hubo alrededor de 1,5 millones de infectados, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayoría, en Brasil, el país anfitrión de los Juegos de 2016.
La cuestión suscitó mucha preocupación para los visitantes extranjeros, deportistas y aficionados, pese a que la OMS consideró «mínimo» el riesgo.
Algunos tenistas y golfistas de élite, entre ellos la figura norirlandesa del golf Rory McIlroy, decidieron no competir aludiendo a sus temores ante el Zika.
Finalmente, los Juegos de Rio pudieron celebrarse con normalidad y el Zika no se invitó a la fiesta deportiva.
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