La noticia conmovió al mundo: murió Rayan, el niño de 5 años que, tras caer de forma accidental, estuvo atrapado en un pozo de 32 metros de profundidad durante casi cinco días en Marruecos.
El pequeño no logró ser rescatado con vida a pesar del enorme e intenso esfuerzo realizado por los socorristas en una labor contrarreloj que mantuvo en vilo al planeta.
¿Por qué fracasó el rescate?
En cuanto se tuvo noticia de la caída, las autoridades pusieron en marcha el operativo para sacarlo. Sin embargo, tras cinco días de intensa labor de los rescatistas -y de múltiples oraciones y pedidos por Rayan, el final fue el que nadie hubiese querido.
Ocurre que las acciones que debían encarar para rescatarlo fueron complejas desde el inicio. Esto se debió al tipo de suelo que hay en la zona, una mezcla de arena y roca inestable, que incluso provocó la suspensión de las excavaciones para evitar deslizamientos de tierra en reiteradas ocasiones.
Por esto, la primera opción que intentaron los rescatistas, que fue ampliar e entrar en el mismo pozo por el que cayó el pequeño no fue viable.
La solución que encontraron, entonces, fue perforar un pozo paralelo de 31 metros de profundidad y excavar un túnel horizontal con ayuda de ingenieros topográficos.
“La excavación se ha detenido momentáneamente por temor a un derrumbe del suelo circundante”, señaló el sábado el socorrista Abdelhadi Temrani a la televisora local 2M, luego de que se interrumpiera el operativo en horas de la madrugada.
Durante los días en los que estuvo adentro del pozo, a Rayan le fueron enviando botellas de agua y tubos de oxígeno. Pero nunca tuvieron la certeza de que los haya podido utilizar.
Es que por la estrechez del diámetro de la excavación, los operarios consiguieron descender recién en la última etapa de excavación.?
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