La pandemia del coronavirus ha obligado a cancelar en Alemania los actos que iban a tener lugar este domingo 19 de abril y a conmemorar de forma virtual el 75 aniversario de la liberación de los campos de concentración de Sachsenhausen, Ravensbrück y Bergen-Belsen con un llamado a no olvidar.
EFE
En sendos vídeomensajes, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, y la secretaria de Estado de Cultura, Monika Grütters, subrayaron la importancia de rendir homenaje a las víctimas del régimen nazi y de luchar contra el olvido.
Más de 20.000 personas perdieron la vida en el campo de concentración de Sachsenhausen, una cada tres horas, recordó Maas, quien agregó que si por cada uno de ellos se mantuviera un minuto de silencio, durante dos semanas no se oiría nada.
«Pero la lucha contra el olvido no puede ser silenciosa. Como alemanes no podemos quedarnos callados cuando la memoria es difamada como culto a la culpa, cuando se convierte a las víctimas en perpetradores, tanto aquí como en el extranjero», dijo.
La responsabilidad ante la propia historia y el respeto hacia las víctimas del exterminio nazi se traducen en la obligación de luchar contra los que niegan y relativizan el Holocausto, subrayó Maas, quien inicialmente iba a acompañar hoy con su homólogo polaco, Jacek Czaputowicz, a supervivientes y descendientes de Sachsenhausen.
«Para inmunizar a la sociedad contra el veneno del odio y del antisemitismo, todos tenemos que convertirnos en testigos (…) Cada historia, cada nombre que salvamos del olvido nos convierte en testigos. En testigos de lo que fue y en testigos de lo que jamás se debe repetir; testigos que alzan la voz cuando judíos y gitanos vuelven a ser agredidos hoy en nuestras calles», señaló.
Según Maas, la memoria se traduce en «ser solidario con las víctimas y enfrentar con valentía a los agresores».
«Es más importante que nunca que recordemos juntos el inconmensurable sufrimiento que se hizo patente para todo el mundo en abril de 1945 con la liberación de los campos de concentración», declaró por su parte la secretaria de Estado de Cultura, quien inicialmente iba a pronunciar hoy un discurso en Ravensbrück.
Recordar los inhumanos crímenes de los nacionalsocialistas y conmemorar a las víctimas será para siempre una obligación, dijo.
«No aceptemos que el odio, el resentimiento o la indiferencia pongan en duda el verdadero valor de todo lo humano. Hagamos todo lo que está en nuestras manos por evitar para siempre que el germen de las ideologías bárbaras encuentren un terreno fértil», agregó.
Dijo sentirse enormemente triste por el hecho de que la conmemoración de la liberación de Ravensbrück, campo en el que murieron unas 28.000 personas, pueda tener lugar sólo de manera virtual.
«La pandemia del coronavirus exige el respecto a la distancia física, pero hoy estamos con vosotros con el alma», dijo en su mensaje a supervivientes y descendientes de las víctimas del nazismo.
En tanto, el antiguo campo de concentración de Bergen-Belsen, al que inicialmente iban a acudir más de cien supervivientes y otros cinco mil invitados, acoge hoy un acto conmemorativo reducido con el jefe del Gobierno de Baja Sajonia, Stephan Weil, y el presidente de la asociación de comunidades judías de ese estado federado, Michael Fürst, entre otros.
Bergen-Belsen, campo en el que murieron unas 52.000 personas, fue liberado en abril de 1945 por las tropas británicas; los de Sachsenhausen y Ravensbrück, por el ejército rojo.
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