Las autoridades de Río de Janeiro confirmaron este miércoles que seis personas han muerto a causa de la enfermedad del COVID-19 en favelas de esta ciudad brasileña, cuya situación era considerada como la más preocupante por la alta densidad de población en estas barriadas y sus elevadas carencias sanitarias.
Al menos dos personas murieron víctimas del coronavirus SARS-CoV-2 en Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, otras dos en Vigario Geral, una en Manguinhos y otra en Maré, un extenso conjunto de barriadas pobres en la zona norte de la ciudad, según un boletín divulgado hoy por la secretaría regional de Salud.
El órgano había reportado inicialmente ocho muertes, cinco de ellas en Rocinha, pero después admitió el error en un nuevo comunicado y corrigió las cifras y las favelas con fallecidos.
En Rocinha, una inmensa favela erguida en un cerro con vista al mar y en medio de dos de los barrios más exclusivos de la ciudad, las víctimas fueron un hombre y una mujer que tenían más de 60 años.
Otros seis residentes en esta favela, que cuenta con 69.161 habitantes según el censo de 2010, fueron diagnosticados con la enfermedad, y dos de ellos se encuentran en estado grave.
Las seis víctimas en las favelas están entre los 106 muertos por coronavirus registrados hasta ahora en Río de Janeiro, el segundo estado de Brasil más afectado por la enfermedad, después de Sao Paulo, con 1.938 casos confirmados.
En todo Brasil se han registrado 800 muertes y 15.927 casos confirmados.
La confirmación de las primeras muertes en las favelas se produce en medio de la divulgación de videos que muestran que los habitantes de las barriadas han flexibilizado las medidas de aislamiento social decretadas por el gobierno regional de Río de Janeiro y vienen circulando por las calles sin preocupación ni protección.
En Rocinha hasta las tiendas volvieron a abrir sus puertas pese a la prohibición y vienen registrando aglomeraciones.
«La sensación es que muchas personas no creen en la gravedad de la situación. La comunidad se adhirió a la cuarentena en los primeros días y las tiendas cerraron, pero en los últimos días las personas volvieron a circular y las empresas a funcionar», afirmó William de Oliveira, un líder comunitario en Rocinha.
«Pese a las medidas de aislamiento, lo que estamos viendo en las favelas es un atentado contra la vida. Estamos preocupados con eso y hasta estudiando la posibilidad de medidas más severas, como la imposición de multas», dijo el secretario regional de Salud de Río de Janeiro, Edmar Santos.
El secretario alertó que Río de Janeiro no soporta una contaminación generalizada en las favelas debido a que el estado ya tiene el 63 % de sus camas hospitalarias ocupadas.
«La enfermedad comenzó por los más afortunados, que regresaron de viaje a Brasil y fueron atendidos en clínicas particulares. Pero la demanda de pacientes en los hospitales públicos ya saltó desde el 7 % al 21 % del total de casos», dijo.
Una de las mayores preocupaciones de las autoridades sanitarias de Brasil era la llegada de la enfermedad del COVID-19 a las favelas, barriadas que tienen una elevadísima densidad de población y en donde una residencia es compartida por entre cuatro y cinco personas en promedio.
Muchas de las favelas carecen de acueducto o alcantarillado ante una pandemia cuya principal medida de prevención es el lavado constante de las manos, y tienen enormes problemas sanitarios.
El 22,03 % de los 6,3 millones de habitantes de Río vive en favelas. Es decir, 1,4 millones de personas residen en este tipo de asentamientos irregulares, convirtiendo a la ciudad carioca en la urbe con más barriadas de este tipo en el país, por encima incluso de Sao Paulo -1,28 millones de personas en 1.020 favelas-, según los datos del último censo.
En las favelas cariocas, además, la densidad de población puede ser diez veces superior a la de cualquier barrio.
Mientras que Río tiene una densidad poblacional de 5.556 habitantes por kilómetro cuadrado, en la favela de Rocinha el número de habitantes por kilómetro cuadrado es de casi 49.000. En el 11 % de las 2.565 residencias de esta barriada hay más de tres personas compartiendo la misma habitación.
EFE