Dos candidatos a la Alcaldía de Boa Vista, capital del estado brasileño de Roraima, fronterizo con Venezuela, que defendían posturas xenófobas se estrellaron en las elecciones municipales que se celebraron este domingo en el país.
Antonio Nicoletti, del Partido Social Liberal (PSL), la plataforma que aupó a la Presidencia al líder ultraderechista Jair Bolsonaro, y Gerlane Baccarin, de Progresistas (PP, derecha), obtuvieron apenas el 8,51 % y el 3,14 % de los votos, respectivamente, con el 100 % del escrutinio completado.
Ese resultado les apartó, por mucha diferencia, de la segunda vuelta del 29 de noviembre, que disputarán Arthur Henrique (49,64 %), del Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centro-derecha), y el progresista Otacci Nascimento (10,59 %), del partido Solidaridad (centro-izquierda).
Miles de venezolanos viven en Boa Vista
Boa vista es la capital del empobrecido estado de Roraima, principal puerta de entrada de los miles de venezolanos que en los últimos cinco años han atravesado la frontera con Brasil para huir de la crisis social, económica y política que atraviesa su país.
Según datos de Unicef, se estima que alrededor de 32.000 venezolanos viven en Boa Vista, de los que unos 1.500, entre ellos 500 menores de edad, viven en la calle.
El intenso flujo migratorio ha puesto bajo una fuerte presión los servicios públicos de toda la región, pese a los esfuerzos del Gobierno central y de organismos internacionales por darles asistencia en abrigos levantados para reducir el impacto de la crisis.
Candidatos con discursos de sesgo xenófobo
También multiplicó las manifestaciones de sesgo xenófobo y generó cierto malestar en una parte de la población local, que Antonio Nicoletti y Gerlane Baccarin han intentado, sin éxito, capitalizar políticamente a su favor durante la campaña.
Nicoletti, presidente del PSL de Roraima, prometió que, bajo su gestión, los venezolanos no tendrían «privilegios». «Respeto a los venezolanos de Boa Vista, pero en mi gestión municipal no tendrán privilegios. Lo que defiendo es la igualdad de derechos entre brasileños y extranjeros», afirmó.
Baccarin también reaccionó negativamente a la noticia de un diario local que recogía el número de migrantes que pidieron refugio en Roraima en los últimos años.
La candidata reveló entonces su intención de limitar el acceso a los servicios sanitarios y educativos para los venezolanos, en caso de ser elegida en las urnas. «La inmigración es un asunto difícil y respetamos a todos los migrantes, pero los boavistenses tienen que volver a ser la prioridad para la Alcaldía», indicó Baccarin, funcionaria de profesión.
Las posturas de ambos generaron una fuerte polémica en las redes sociales y la condena de la Defensoría Pública de Roraima, que denunció los hechos ante la Fiscalía.
El Ministerio Público abrió entonces una investigación contra los dos candidatos por un supuesto de delito de discriminación en virtud de la procedencia nacional.
En Pacaraima, situado a unos 220 kilómetros de Boa Vista, en la línea fronteriza con Venezuela, el actual alcalde Juliano Torquato, del partido Republicanos (derecha), se quedó muy cerca de ser reelegido en primero vuelta al conseguir un 48,63 % de los sufragios, pero tendrá que ir al balotaje.
En la segunda vuelta, se medirá con Waldery Davila (41,76 %), del Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB, ultraconservador), formación en la que milita el vicepresidente de Brasil, el general retirado Hamilton Mourao.
Casi 148 millones de brasileños fueron convocados este domingo en cerca de 5.570 ciudades del país para renovar alcaldes y concejales, en unos comicios previstos inicialmente para octubre, pero que fueron postergados por cuenta de la crisis del COVID-19.
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