El economista brasileño Adriano Pires, propuesto por el gobierno de Jair Bolsonaro para presidir Petrobras, desistió este lunes de suceder al frente de la petrolera a Joaquim Silva e Luna, destituido tras aplicar varios aumentos en los combustibles, según confirmó el ministerio de Minas y Energía.
AFP
La decisión de Pires fue oficializada al Ejecutivo a través de una carta enviada al ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, en la que comunicó su desistencia.
El economista alegó en la misiva, publicada la noche del lunes por el ministerio, que la imposibilidad de desvincularse rápidamente de su actividad privada como consultor de energía le impediría hacerse cargo de la petrolera, por lo que declinó la invitación.
«Quedó claro para mí que no podría conciliar mi trabajo de consultor con el ejercicio de la presidencia de Petrobras. Inicié los procedimientos para desvincularme (…) A lo largo del proceso, sin embargo, percibí que infelizmente no tengo condiciones de hacerlo en tan poco tiempo», dijo Pires, que agradeció a Albuquerque y al presidente Bolsonaro.
Pires, con más de tres décadas de experiencia en el sector energético, fue propuesto por el Ministerio de Minas y Energía como candidato para reemplazar a Silva e Luna, cuando se confirmó su destitución el lunes pasado.
La designación aún debía ser aprobada por el consejo de administración de Petrobras el 13 de abril, en la asamblea general de accionistas.
El ministerio público, junto al Tribunal de Cuentas de la Unión, que fiscaliza a los organismos y entidades públicas, había advertido el viernes pasado de un posible «conflicto de intereses».
Puntualmente, objetaron que Pires fundó y lidera actualmente el Centro Brasileño de Infraestructura, «que desde hace más de 20 años presta servicios a las principales multinacionales de petróleo, gas y energía».
El paso al costado de Pires fue el segundo revés para el gobierno en las últimas horas en Petrobras, luego de que el domingo Rodolfo Landim, elegido para presidir el consejo de administración de la compañía, también se pusiera al margen.
El empresario e ingeniero, que trabajó en la petrolera estatal durante más de dos décadas y preside el Flamengo, expresó en un comunicado su deseo de dedicar todo su tiempo al «mayor fortalecimiento» del club de fútbol más popular de Brasil.
Bolsonaro mantiene bajo presión a la empresa, que controla el mercado brasileño e implementó ajustes constantes siguiendo el precio internacional del crudo, como dicta su política de precios.
Eso ha impulsado la inflación, muy perjudicial para la popularidad del mandatario que buscará la reelección en octubre. Hasta febrero, los combustibles acumularon un alza de 33% en 12 meses, según datos oficiales.
La situación empeoró tras la escalada del petróleo como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania: en marzo, Petrobras aumentó el precio de la gasolina 18,8% y el diésel en 24,9%.
El propio Silva e Luna, un general de reserva del Ejército, había sido designado en febrero del año pasado también por la disconformidad de Bolsonaro con los aumentos de precios durante la gestión del economista Roberto Castello Branco.
Las acciones de Petrobras cerraron el día en rojo, con pérdida de 0,94% en la Bolsa de San Pablo.
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