Canadá lanzó el lunes una declaración firmada por unos 60 países que denuncia las detenciones arbitrarias de extranjeros como medio de presión diplomática, una práctica «inmoral» utilizada en particular por China contra los canadienses, según Ottawa.
AFP
Ministros de Relaciones Exteriores de 58 países, además de la Unión Europea, firmaron esta «Declaración contra la detención arbitraria en las relaciones entre Estados» en una ceremonia virtual en Ottawa.
La declaración, abierta a nuevas firmas, no es vinculante y no está dirigida oficialmente a ningún país en particular.
«El uso de ciudadanos extranjeros como moneda de cambio para ejercer influencia sobre otro Estado es ilegal. Es inmoral y debe cesar», dijo el canciller canadiense Marc Garneau, al divulgar el documento.
«La práctica de la detención arbitraria pone en riesgo a todos nuestros ciudadanos, especialmente a aquellos que viajan, trabajan o viven en el extranjero. Esto incluye a los binacionales que son vulnerables a arrestos arbitrarios, detenciones y condenas por parte de gobiernos que pretenden utilizarlos para juegos diplomáticos», subrayó.
La declaración es el resultado de un esfuerzo de un año del predecesor de Garneau, François-Philippe Champagne, para asegurar la liberación de dos canadienses encarcelados en China desde diciembre de 2018, acción que Canadá considera como «detenciones arbitrarias».
Con «este enfoque multilateral», Canadá y los signatarios creen que tienen «más posibilidades de ejercer presión sobre los países que practican la detención arbitraria», dijo Garneau en una conferencia de prensa.
La declaración ya ha sido firmada por países como Estados Unidos, Reino Unido, Israel, Japón o Australia.
Para el nuevo jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, estas detenciones, «cuando se utilizan, como hacen demasiadas naciones, para tratar de obtener influencia en las relaciones entre países, constituyen un acto odioso contra los derechos humanos de los individuos en cuestión», según dijo en un comunicado.
Con esta declaración, Ottawa espera «crear una dinámica» que se convierta en una bola de nieve. «De la misma manera que lo hicimos cuando Canadá lanzó la iniciativa contra las minas antipersona», dijo Garneau.
Este tratado firmado en Ottawa en 1997 se ha convertido en una convención internacional que vincula a 164 Estados, de los cuales 133 lo han ratificado.
Las relaciones Canadá-China atraviesan una crisis sin precedentes desde la detención a fines de 2018 del exdiplomático canadiense Michael Kovrig y su compatriota Michael Spavor, pocos días después de que la ejecutiva del gigante chino Huawei, Meng Wanzhou, fuera arrestada en el aeropuerto de Vancouver.
Meng fue detenida por pedido de Estados Unidos, que quiere juzgarla por fraude bancario. China acusa a los dos canadienses de espionaje.
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