El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sancionó este jueves, en el último día en el que estaba facultado para hacerlo y con algunos vetos, la Ley de Presupuesto Anual acordada con el Congreso.
La sanción, confirmada la noche del jueves por el Palacio de Planalto y que deberá ser publicada en el Diario Oficial de la Unión este viernes, pretende destrabar las cuentas federales y respetó los vetos que el Ejecutivo había acordado antes de su sanción.
Durante tres meses y medio, el país estaba cumpliendo con la ejecución de los gastos obligatorios y algunos programas, por la limitación impuesta ante la falta de sanción de la ley, no estaban siendo realizados.
Ahora, con la sanción, el Gobierno podrá destinar recursos para las medidas que busquen mitigar el impacto económico de la pandemia por el coronavirus, que deja en el país casi 14,2 millones de casos confirmados y 385.000 muertes.
Entre las iniciativas para enfrentar la pandemia están el anticipo de la prima salarial de los jubilados y programas de emergencia para estimular el crédito y el empleo, ambos sacudidos por las consecuencias derivadas de la crisis sanitaria.
Poco antes de la sanción, en su programa semanal a través de la red Facebook, Bolsonaro indicó que el «corte previsto» en el presupuesto era «bastante grande» para «todos los ministerios» y que «todo el mundo» debería «pagar la cuenta» ante la crisis.
Entre las principales medidas está la «recomposición» de 29.000 millones de reales (unos 5.316 millones de dólares) en despensas obligatorias, como beneficios de la previsión social, y la reserva de otros 9.000 millones de reales (unos 1.649 millones de dólares) como reserva para ese mismo destino.
Otros 10.500 millones de reales (unos 1.924 millones de dólares) fueron vetados de la propuesta inicial otros 1.400 millones de reales (unos 256,6 millones de dólares) de las propuestas de comisiones parlamentarias y 7.900 millones de reales (unos 1.448 millones de dólares) del presupuesto de los ministerios.
La autorización para nuevos cargos en la Policía Militar del Distrito Federal y en el Cuerpo de Bomberos de la capital Brasilia, que también es militarizado, ambos dependientes del Gobierno federal, fue igualmente vetada.
La agencia de calificación de riesgo Moody’s afirmó este jueves que la decisión de Brasil de «excluir» los gastos adicionales relacionados con la pandemia del coronavirus del techo fiscal es «negativa» para el perfil crediticio del país.
RIESGO
La agencia de calificación hizo referencia al acuerdo entre Gobierno y Congreso para que los gastos extras relacionados con la covid-19 no estén sujetos este año al techo de gastos obligatorio.
La exclusión de los gastos sanitarios adicionales del límite fiscal fue la fórmula que encontraron las autoridades para ajustar las cuentas de este 2021 e incluir una serie de partidas obligatorias que no habían sido contempladas en el texto aprobado por el Parlamento.
No obstante, los agentes económicos observan con preocupación este tipo de atajos y temen que la crónica crisis fiscal del país se agrave todavía más este año.
En 2020, el déficit público llegó hasta el 14 % del Producto Interno Bruto (PIB) y la deuda alcanzó niveles récord por encima del 90 % del PIB.
Ese empeoramiento del cuadro fiscal fue consecuencia del enorme desembolso que realizó el Gobierno para paliar los efectos económicos de la pandemia del coronavirus, con la distribución de, por ejemplo, subsidios que llegaron a 68 millones de brasileños.
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