El presidente estadounidense, Joe Biden, acudió este viernes a la ciudad de Lewiston para presentar sus condolencias por el tiroteo que la semana pasada mató allí a 18 personas, e hizo un llamamiento al consenso político frente a las armas de asalto considerando que es de «sentido común».
«Es de sentido común proteger a nuestros niños, a nuestras familias o comunidades, independientemente de nuestra política», indicó acompañado de su esposa, Jill Biden, y de autoridades locales.
El tiroteo en Lewiston, el más grave en EE.UU en lo que va de año, se produjo el miércoles de la semana pasada en una bolera y un restaurante y también dejó heridas a otras 13 personas. El agresor fue identificado como Robert Card, un militar en la reserva de 40 años de edad, y su cuerpo fue encontrado dos días después con una herida de bala autoinfligida en la cabeza.
«Demasiados estadounidenses han perdido a sus seres queridos o han sobrevivido al trauma de la violencia de fuego. Lo sé porque Jill y yo nos hemos reunido con ellos», dijo Biden lamentando que también haya «demasiados» lugares que hayan protagonizado titulares por esos mismos hechos.
El presidente quiso transmitir a los afectados por este último tiroteo que, «en nombre de todos los estadounidenses», «no están solos», y agradeció también la rápida actuación de los servicios de emergencias y del personal sanitario que intervinieron ese día.
El principal mensaje del mandatario demócrata con cada nuevo tiroteo masivo va dirigido siempre a los republicanos del Congreso, pidiéndoles que se sumen a sus esfuerzos por sacar de las calles las armas de asalto.
De camino a Maine, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean Pierre, insistió en la responsabilidad del Congreso para avanzar en esta petición pero también habló de lo que pueden hacer los estados.
En concreto habló de las leyes de «bandera roja», que pueden prohibir que las personas que se cree que representan un peligro para sí mismas o para otros posean armas de fuego, como lo era, según todos los indicios, el tirador de Lewiston.
Maine apenas tiene restricciones de armas y no cuenta con una ley de bandera roja.
«Vamos a seguir trabajando con los estados y les vamos a seguir animando a que aprueben leyes de bandera roja» dijo Jean-Pierre.