La sección de alto nivel de la 59ª reunión anual del Banco Africano de Desarrollo (BAfD) empezó este miércoles en Nairobi, donde una decena de líderes y miles de delegados de toda la región buscarán definir pasos concretos para conseguir una reforma «profunda» del sistema financiero global que beneficie al continente.
EFE / Banca y Negocios
«Reconocemos que se necesita mucha más financiación para acelerar el crecimiento y el desarrollo de África», afirmó en su discurso de apertura el presidente del BAfD, Akinwumi Adesina.
«Las llamadas a reformas de la arquitectura financiera global son necesarias para movilizar aún más recursos financieros para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG, en inglés)», como reducir la pobreza o la desigualdad, subrayó Adesina.
Unos 3.000 delegados, incluyendo jefes de Estado y de Gobierno, gobernadores de bancos centrales, ministros de Finanzas y representantes del sector privado y del desarrollo y la sociedad civil acudieron a la capital keniana para una reunión que este año se hace eco de una demanda creciente entre los líderes de un continente asfixiado por la deuda.
Entre los líderes asistentes al encuentro destacan los presidentes de Ruanda, Paul Kagame; Zimbabue, Emmerson Mnangagwa; y Somalia, Hassan Sheikh Mohamud; así como el presidente del Consejo Presidencial del Estado de Libia, Mohamed Menfi, o la primera ministra de Namibia, Saaara Kuugongelwa.
«Es más que urgente que trabajemos para una reforma profunda de la arquitectura financiera internacional con el fin de adoptar soluciones adecuadas para hacer frente a la deuda excesiva y lacerante», afirmó, por su lado, el presidente de la Comisión (secretariado) de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat.
Parar lograr ese objetivo, Mahamat destacó la necesidad de que los propios gobiernos africanos llevan a cabo reformas económicas y monetarias y de que se activen las instituciones financieras de la UA, como el Banco Central Africano, que aún no se han puesto en marcha.
En la misma línea, el presidente del país anfitrión, William Ruto, lamentó que «el crecimiento económico y el desarrollo africanos no ha seguido el ritmo del resto del mundo» y se encuentran «muy por detrás de su potencial innegable», a pesar de que la región acoge siete de las diez economías con más rápido crecimiento del mundo.
El mandatario keniano argumentó que la crisis provocada por los conflictos, el impacto de la pandemia de la covid-19 o los fenómenos meteorológicos extremos causados por el cambio climático se ve agravada por «las altas tasas globales de intereses» que los lleva a usar «la mayor parte de los recursos nacionales» en el pago de su deuda.
«Se necesita urgentemente una arquitectura financiera para el desarrollo internacional mejor, más receptiva y más justa», aseveró Ruto, al lamentar que los países del continente suelen pagar por sus préstamos del mercado internacional intereses «a menudo, ocho o diez veces» por encima de los impuestos sobre el resto del mundo, en base a percepciones de riesgo «arbitrarias».
Bajo el lema ‘La transformación de África, el Banco Africano de Desarrollo y la reforma de la arquitectura financiera global’, los asistentes a la reunión reflexionarán también sobre cómo conseguir más finanzas para combatir la crisis climática a fin de reducir la vulnerabilidad de un continente muy golpeado por ese fenómeno pero apenas responsable de él.
El BAfD es un banco multinacional fundado en 1964 que tiene sede en Abiyán (Costa de Marfil) y busca promover el desarrollo económico y el progreso social de los 54 países soberanos de África, todos ellos miembros de la entidad.
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