El avistamiento en los últimos días de hasta tres ejemplares de búho nival en el norte de España ha generado un enorme interés entre la comunidad ornitológica al tratarse de la primera vez que se detecta en la Península Ibérica esta ave, conocida por muchos como el compañero de aventuras del joven aprendiz de mago Harry Potter.
EFE
Esta rapaz, de blanco plumaje y ojos dorados, vive habitualmente en Norteamérica, principalmente en Canadá, o en la zona europea del círculo polar ártico, explicó a Efe el presidente del Grupo de Ornitología Mavea, Juan Carlos Vázquez.
Con una altura de unos sesenta centímetros y una envergadura de hasta metro y medio, esta especie suele desplazarse en invierno hacia el sur, pero no a demasiada distancia, de forma que hasta ahora se contaba con registros de su presencia en países como Holanda o incluso Francia, pero nunca antes en la Península Ibérica, aseguró el experto de Mavea, agrupación con 35 años de experiencia.
El primero de los ejemplares fue avistado hace unas dos semanas en la comunidad autónoma de Cantabria, donde fue recogido por el mal estado que presentaba, al parecer por deshidratación, para trasladarlo a un centro de recuperación, donde falleció a las pocas horas, apuntó Vázquez.
Ya a mediados de la semana pasada fue fotografiado en pleno vuelo otro ejemplar en la costa central de Asturias, y el pasado sábado fue avistado otro en la zona de Cabo Peñas.
Pese a que la cercanía de estos dos puntos pudiera hacer pensar que se trata del mismo ejemplar, la comparativa de las fotografías ha permitido constatar que se trata de dos aves distintas por las diferencias que ambos presentaban en su plumaje.
Éste último se ha dejado ver en los últimos días en la misma zona costera. Decenas de expertos y aficionados a la ornitología se han desplazado en los últimos días desde diferentes puntos de España para tratar de observar a este ave ártica, cuya procedencia es aún incierta.
Existen registros de aves que han recorrido grandes distancias en viajes «asistidos» a bordo de barcos, algo que, según Vázquez, podría haber ocurrido con estos ejemplares llegados a la cornisa cantábrica.
«Las aves a veces se desvían y pueden llegar mar adentro, donde acaban por posarse en un barco», resumió Vázquez, quien tiene la teoría de que estos tres ejemplares probablemente proceden de la zona de Canadá.
En cualquier caso, precisó que en los próximos días podrá conocerse su procedencia con la pruebas que se le van a realizar al búho nival que falleció en Cantabria gracias a una innovadora técnica que permite determinar en qué zona se ha alimentado el ave a partir del análisis de los isótopos de sus plumas
En principio, estas rapaces «no tendrían por qué tener problema para sobrevivir» en su nuevo entorno puesto que se alimentan de roedores y de aves más pequeñas, abundantes en casi cualquier sitio.
Según aventura el experto ornitólogo, lo normal es que su instinto les lleve a desplazarse hacia el norte hasta llegar a un hábitat más confortable para el también conocido como búho de las nieves.
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