Los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) mostraron hoy mayor consenso en el debate para buscar fórmulas que reduzcan las barreras a la producción de vacunas contra la COVID, después de que la India y Sudáfrica, principales promotores del debate, anunciaron que revisarán sus propuestas.
«La reunión fue más constructiva y pragmática, con menos acusaciones y mensajes de solidaridad hacia la India» en el contexto de la grave ola de COVID que vive ese país, destacó en rueda de prensa el portavoz de la OMC Keith Rockwell al comentar la reunión mantenida hoy por el Consejo General del organismo.
La India y Sudáfrica, apoyados por numerosos países en desarrollo, piden desde octubre del año pasado que se suspendan las patentes de vacunas, tests y tratamientos contra la COVID-19 con el fin de que estos fármacos puedan producirse más y en más países y ello facilite el combate a la pandemia.
La propuesta que ahora ambos promotores han ofrecido revisar choca desde el principio de los debates con los países productores de estos fármacos (EEUU, UE, Reino Unido, Suiza, etc), que temen que esta suspensión de patentes frene la investigación que precisamente ha logrado desarrollar vacunas en tan poco tiempo.
Aunque las delegaciones india y sudafricana no especificaron hoy el contenido de la nueva propuesta que se plantean presentar, Rockwell adelantó que ésta podría tener unas delimitaciones temporales más estrictas.
Se espera que la propuesta sea presentada antes de la próxima reunión del Consejo General de la OMC, el próximo mes de junio.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, destacó en la reunión de hoy que, sea mediante las patentes o por otros medios, deben alcanzarse soluciones que permitan un aumento de la producción de las vacunas en un momento en el que la demanda, especialmente en países en desarrollo, supera con creces la oferta.
En este sentido, la nigeriana pidió a laboratorios que desarrollan vacunas contra la COVID en países como China, Rusia, Brasil o Cuba que aumenten sus contactos con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conseguir que más productos sean incluidos en la lista de uso de emergencia del organismo.
Estar en esa lista, donde la OMS ha incluido por ahora las vacunas anticovid de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, supone poder distribuir dosis de las farmacéuticas designadas a los países en desarrollo a través del programa COVAX, que por ahora ha distribuido unos 50 millones de vacunas en unos 120 países.
La cifra queda aún lejos de los 2.000 millones de dosis que este programa quiere repartir por el planeta antes de finales de año y el objetivo se ve dificultado por factores como la actual ola de COVID en la India, ya que en ese país se fabrican muchas de las dosis de AstraZeneca que se distribuyen con COVAX.
La producción de vacunas en ese país se ha redirigido en las últimas semanas al mercado doméstico ante el aumento de la transmisión del coronavirus, lo que ha dejado a la OMS con problemas de abastecimiento recientes de hasta 20 millones de dosis, según reconoció ese organismo esta semana. EFE
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