Un acuerdo entre varios países latinoamericanos sobre los derechos y garantías de los niños migrantes presenta desafíos importantes y requiere de avances, dijeron este jueves en un evento de Diálogo Interamericano en Washington los promotores del mismo.
Por VOA
El acuerdo, estampado en una Declaración aprobada por la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio durante su 53 Asamblea, propone el fortalecimiento de medidas de cooperación regional para la migración segura de los menores, «con un enfoque de responsabilidad compartida», así como prevenir y mitigar las causas de la migración irregular.
La embajadora Sandra Mikan, representante alterna de Colombia, país que junto a Chile promovió el acuerdo en la Asamblea General de la OEA en junio, cree que el acuerdo encara «desafíos significativos» en los países de la región, donde hay «problemas impresionantes» de migración, llegada de refugiados y desplazamientos internos, que «están creando crisis humanitarias», dijo este jueves en el encuentro en Washington.
Por su parte, el embajador de Chile ante la OEA, Sebastián Kraljevich Chadwick, considera que no es fácil en este momento para los países del hemisferio “asumir” todas las responsabilidades que demanda la Declaración. El diplomático agregó que “no fue sencillo” conseguir los votos del pleno del organismo para afrontar un problema regional que transcurre en varias direcciones.
Kraljevich Chadwick apela al esfuerzo no sólo de los estados sino también a la interacción entre otros actores como la sociedad civil, la academia y el sector privado para poder cumplir con esos compromisos.
Datos de la OEA estiman que el 86 % de las migraciones en el continente provienen de movimientos de población entre países, de norte a sur y viceversa, focalizados en algunos casos en lugares marcados por la violencia, el narcotráfico, la pobreza, la falta de libertades y crisis de institucionalidad, y más recientemente por los impactos del cambio climático.
Aylú, una migrante venezolana menor de edad invitada a dar unas palabras en el evento, dijo que cuando emigró a Colombia no podía acceder a una escuela pública ni a «muchos de los derechos de los que somos partícipes» los niños».
«Hoy me siento mucho más segura porque no estoy expuesta a hechos de violencia”, agregó.
Un compilado de testimonios de menores migrantes y refugiados reunidos por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) explora las huellas y los miedos que deja la emigración en los niños.
“Caminamos y caminamos, tuvimos que bajar, subir, bajar subir hasta que se nos estaba acabando la comida”, contó uno de los niños que dijo que desde donde fue reinstalado miraba a través de las ventanas para imaginar la ciudad venezolana que dejó atrás.
Si bien existen mecanismos diseñados por organismos como la ONU para crear las condiciones, logística e infraestructuras para responder a las olas migratorias, “el reto más importantes es la implementación”, dijo el experto Pablo Ceriani.
“¿Cómo bajamos esto a políticas públicas concretas?», preguntó Ceriani.
Alvaro Botero, otro experto que partició en el encuentro, dijo que es necesario impulsar «acciones conjuntas » y poner en prioridad el tema de la niñez y adolescencia.
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