El laboratorio británico AstraZeneca y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil pidieron este viernes ante el regulador sanitario el registro definitivo de su vacuna contra el coronavirus para poder producirla a gran escala en el país sudamericano.
Es un paso “fundamental” que “dará a la población brasileña un amplio acceso a la vacuna”, afirmó en un comunicado Nísia Trindade Lima, presidente de la Fiocruz, prestigiosa institución científica vinculada al Ministerio de Salud de Brasil.
El pedido ocurre en medio de un recrudecimiento de la pandemia en Brasil y el temor de que la nueva variante surgida en el estado de Amazonas, que los investigadores sospechan puede ser más contagiosa, se esté extendiendo por el resto del país.
Hasta ahora, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) solo aprobó el uso de emergencia de 2 millones de dosis importadas de la vacuna AstraZeneca/Oxford (producida junto con la Fiocruz) y de unas 10 millones de la CoronaVac, desarrollada por la biotecnológica china Sinovac en asociación con el Instituto Butantan de San Pablo. Ambas requieren dos dosis por persona.
La Anvisa informó que tiene 60 días para analizar el registro definitivo de la vacuna de Oxford, pero dará “total prioridad” al análisis para concluirlo “en el menor tiempo posible”.
Brasil, con 212 millones de habitantes, inició hace apenas doce días y de forma muy gradual su campaña de inmunización, centrada primero en el personal de la salud, los ancianos y la población indígena.
La Fiocruz aguarda el insumo proveniente de China para poder iniciar la producción de las 100,4 millones de dosis que proyecta entregarle al gobierno a lo largo del primer semestre, 50 millones ya en abril.
Según el acuerdo de transferencia tecnológica firmado con AstraZeneca, a partir del segundo semestre la Fiocruz podrá producir en Brasil la materia prima con la que prevé fabricar otras 110 millones de dosis al cabo de 2021.
El Instituto Butantan, vinculado al gobierno de San Pablo, posee un acuerdo similar con Sinovac.
La Unión Europea autorizó este viernes la vacuna de AstraZeneca, la tercera que puede ser distribuida en la UE, además de las de Pfizer/BioNTech y de Moderna.
El permiso ocurre en momentos en que AstraZeneca es blanco de la indignación de la UE, tras anunciar que sólo podría suministrar una cuarta parte de las dosis que había prometido para el primer trimestre de 2021.
La crítica situación de Manaos
La nueva cepa, conocida como Brasil P.1 y detectada inicialmente en suelo japonés, predomina ya en casi la totalidad de las pruebas de COVID-19 realizadas en la zona, donde los propios habitantes ayudan a cavar fosas ante la acumulación de fallecidos.
Desde que comenzó la crisis sanitaria, la región ha constatado cerca de 260.000 casos y más de 7.600 decesos. En Manaos, donde las poblaciones indígenas corren grave peligro, las muertes se han duplicado entre diciembre y enero ante el desbordamiento y plausible cansancio de las autoridades locales y los trabajadores sanitarios.
“El sistema de salud de Manaos ha colapsado por segunda vez desde el comienzo de la pandemia”, declara tajante Renata Reis, directora general adjunta de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Brasil, en una entrevista a Europa Press.
Para ella, sin embargo, la situación es ahora “más compleja y grave” debido a la falta de camas y la existencia de una nueva variante, que pone en tela de juicio la inmunidad de grupo. Los datos de las autoridades apuntan a 348 entierros en mayo durante la primera ola, una cifra que había alcanzado los 1.333 en enero.
Reis lamenta así que la población “llegue en masa” a Manaos, única ciudad de la zona preparada para tratar a los pacientes más críticos con COVID-19, y alerta de que en el estado existe ya un 96 por ciento de ocupación.
El traslado de pacientes y la petición de ayuda a nivel internacional se ha vuelto inevitable. “Se trata de una situación completamente crítica, de muerte por asfixia. No estamos tranquilos porque la capacidad local no es suficiente”, recuerda Reis, que explica, además, que Manaos es el principal punto de apoyo sanitario para las comunidades más cercanas, que ya están sufriendo un efecto dominó.
El empeoramiento de la situación podría convertir San Gabriel de Cachoeira, que se encuentra a unos 800 kilómetros, en el próximo Manaos. Allí los pacientes en estado crítico están pereciendo ante el virus debido a la falta de oxígeno y la imposibilidad del traslado para evitar una mayor saturación hospitalaria.
(Con información de EFE y Europa Press)
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.