En los últimos 900 años la coronación se ha celebrado en la abadía de Westminster. Guillermo el conquistador fue el primer monarca en ser coronado allí y Carlos III será el número 40.
Se trata de un servicio religioso anglicano, oficiado por el arzobispo de Canterbury. En el momento cumbre de la ceremonia, el arzobispo colocará la corona de San Eduardo sobre la cabeza de Carlos, una pieza de oro sólido que data de 1661.
La corona es la pieza principal de las Joyas de la Corona en la Torre de Londres y solo la usa el monarca en el momento de la coronación (especialmente por su peso de 2,23 kg).
A diferencia de las bodas reales, la coronación es un evento de Estado, y el gobierno paga por esta y, en última instancia, decide la lista de invitados.
Habrá música, lecturas y el ritual de unción del nuevo monarca, utilizando aceite de naranja, rosas, canela, almizcle y ámbar gris.
El nuevo rey realizará el juramento de coronación frente a un mundo expectante. Durante esta ceremonia recibirá el orbe y el cetro como símbolos de su nuevo papel y el arzobispo de Canterbury colocará la sólida corona de oro sobre su cabeza.
Símbolos de poder y de espiritualidad, las joyas de la Corona británica, cuidadosamente custodiadas en la Torre de Londres, saldrán del famoso monumento para ser usadas durante la coronación del rey Carlos III.
La Corona del Estado Imperial
La Corona del Estado Imperial fue encargada para la coronación del rey Jorge VI en 1937. Isabel II la llevó después de su proclamación como reina.
La fallecida monarca también la usó en otros momentos, como en las aperturas formales del Parlamento.
La corona pesa más de un kilo, mide 31,5 centímetros de altura y tiene 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y 4 rubíes.
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El Cetro de la Paloma
Creado para la coronación de Carlos II en 1661, este cetro de oro está rematado por una paloma con las alas extendidas posada en una cruz para simbolizar el Espíritu Santo.
Representa el papel espiritual y pastoral del soberano. De 110 centímetros de largo, pesa 1.150 gramos.
El Cetro de la Cruz
Este cetro representa el poder temporal del soberano. Ha sido usado en cada coronación desde la de Carlos II en 1661.
Pesa 1.170 gramos y mide 92 centímetros de largo. En 1911 se le añadió el impresionante diamante Cullinan I de 530,2 quilates.
El diamante es tan grande que el cetro tuvo que ser reforzado para soportar el peso.
El Orbe del Soberano
Este globo coronado con una cruz simboliza el mundo cristiano. Está formado por una esfera de oro hueca engastada con esmeraldas, rubíes y zafiros, rodeados de diamantes y enmarcada por dos hileras de perlas.
En su parte superior se levanta una cruz engastada de diamantes con un zafiro en el centro en un lado y una esmeralda en el otro.
Durante la ceremonia de coronación, el orbe se encuentra en la mano derecha del monarca antes de ser colocado en el altar. La joya mide 27,5 centímetros de alto y pesa 1.320 gramos.
La Ampolla
Esta pieza de oro con forma de águila con las alas desplegadas contiene el aceite consagrado usado durante la unción del soberano.
El arzobispo de Canterbury vierte el aceite desde la cabeza del águila en una cuchara y unge al monarca en las manos, el pecho y la cabeza, en lo que constituye el momento más sagrado de la ceremonia de coronación.
La figura del águila responde a una leyenda según la que la Virgen María se apareció a san Tomás Becket y le entregó una águila de oro y un frasco de aceite para la unción de los futuros reyes de Inglaterra.
Las espuelas
Estas espuelas de oro simbolizan la caballería y son empleadas desde la coronación de Ricardo Corazón de León en 1189.
Se sujetan a los tobillos de los soberanos y, en caso de que sean reinas, se colocan en el altar.
El anillo
Este anillo de oro se realizó para la coronación de Guillermo IV en 1831. Está compuesto de un zafiro rodeado de diamantes e incrustado de rubíes que forman una cruz.
En la ceremonia de coronación, el arzobispo lo coloca en el anular del soberano como símbolo de «dignidad real».
La Corona de San Eduardo
Confeccionada para la coronación de Carlos II, la Corona de San Eduardo es la más importante y sagrada de las coronas. Solo se utiliza para la ceremonia de coronación.
Esta corona de oro macizo engastada con gemas como rubíes, amatistas o zafiros, y dotada con una cubierta de armiño es particularmente pesada de llevar, con más de 2 kilos.
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