El presidente boliviano, Luis Arce, afirmó este lunes que Bolivia aprovechó la invitación que recibió para participar en la cumbre del G20 y que consiguió hacerse oír ante las mayores economías del mundo para manifestar sus reivindicaciones, entre las cuales destacan recursos y tecnologías para reducir sus emisiones.
EFE
«Fue la primera vez que fuimos invitados a participar en una cumbre del G20 y queríamos hacernos escuchar por primera vez», aseguró Arce en una rueda de prensa que concedió tras participar en la primera de las dos sesiones de la cita, que iniciaron este lunes en Río de Janeiro los jefes de Estado y de Gobierno del G20.
Según el mandatario boliviano, fue una oportunidad para que los responsables por el 80 % del producto interior bruto (PIB) mundial escucharan las expectativas de parte del restante 20 %.
Arce afirmó que Bolivia aprovechó su intervención para, entre otras cosas, solicitar apoyo a los proyectos con los que el país pretende aumentar su producción de energías limpias y reducir las emisiones contaminantes.
Aseguró que Bolivia, que depende de térmicas, está aprovechando sus recursos naturales para producir energía eólica y solar, pero que necesita de tecnología para aprovechar más su potencial.
«Ya tenemos energía eólica y solar, pero creemos que no es lo suficiente. Bolivia tiene gran potencialidad en esta área pero la tecnología sigue siendo muy cara», aseguró.
Arce afirmó que Bolivia no está pidiendo que los países desarrollados le otorguen gratuitamente la tecnología, sino que se la vendan a precios preferenciales.
Dijo igualmente que Bolivia lanzó un ambicioso proyecto para reforestar grandes áreas de la Amazonía que fueron destruidas, incluso por los incendios de los últimos meses, pero que necesita de recursos financieros para implementarlo.
«Hemos hecho esfuerzos muy grandes para reducir las emisiones y no hemos recibido nada a cambio», aseguró en referencia a las promesas de financiación realizadas por los países desarrollados en el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
El presidente boliviano festejó la propuesta discutida en el seno del G20 para la creación de un impuesto global sobre los superricos y dijo que Bolivia ya adoptó un tributo a las contribuyentes de mayor renta como medida para promover una mejor distribución.
«Sin la intervención del Estado se habría producido un aumento de la pobreza. El modelo capitalista concentra los ingresos en pocas manos y por eso estoy absolutamente de acuerdo en medidas que buscan una mayor igualdad», afirmó.
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