El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, visitará China el 5 y 6 de febrero, pese a la preocupación por la ola de covid-19 en el país asiático, con el fin de mitigar la tensión entre ambos países.
La Casa Blanca anunció esta visita en noviembre pero sin fecha. Finalmente Blinken llegará el 5 a Beijing, confirmó este martes un funcionario estadounidense que pidió el anonimato.
El objetivo del viaje, el primero de este nivel desde el de su predecesor republicano Mike Pompeo en 2018, es aliviar las tensiones diplomáticas y económicas con el principal adversario de Estados Unidos, añadió el funcionario.
No se ha precisado la agenda, pero se prevé que se reúna con su homólogo chino Qin Gang, ex embajador en Washington.
El martes, un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, alabó en rueda de prensa la visita de Blinken y precisó que ambos países ultiman “los detalles” de la misma.
Las relaciones de China y Estados Unidos se asientan “en los tres principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de mutuo provecho”, agregó, y dijo que espera que ambos países vuelvan a “una relación sana y estable”.
Por de pronto, sobran los temas polémicos entre las dos superpotencias, como la situación de Taiwán, las actitudes de Corea del Norte, los planes de Beijing en el mar de China Meridional o la escasez de semiconductores para la industria.
En diciembre, el jefe de la diplomacia estadounidense declaró que pedirá a China que presione a Corea del Norte para que participe en negociaciones en un momento en el que Pyongyang aumenta las pruebas de misiles balísticos, algo que preocupa a Corea del Sur y Japón.
Las tensiones se exacerbaron en agosto pasado cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, visitó Taiwán, una isla autónoma que Beijing considera una provincia rebelde y bajo su soberanía.
El enfado llevó a China a lanzar maniobras militares a gran escala.
La semana pasada Blinken aseguró que uno de los objetivos del viaje es mantener abiertos los canales de comunicación con China.
“Lo que no queremos es que un malentendido se convierta en un conflicto”, dijo el jefe de la diplomacia, partidario de una “gestión responsable de esta relación” y de posibles áreas de acuerdo como la lucha contra el cambio climático.
Una delegación estadounidense de alto nivel visitó Beijing el mes pasado para preparar el viaje.
Además, los principales funcionarios económicos de los dos países, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y el vice primer ministro chino, Liu He, se reunirán el miércoles en Zúrich, Suiza.
En los últimos tres años, la rivalidad entre los dos paises se ha intensificado a medida que China ha ganado poder a nivel mundial.
Washington anunció la actualización de sus normas de control de exportaciones, una medida destinada a complicar la fabricación y compra de semiconductores por parte de China.
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