El expresidente de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez, ve una mano negra en el caso del extrabajador acusado por corrupción y lavado de dinero en España que aceptó colaborar con la justicia. “Mientras estaba ahorcado, los medios decían que había cogido un avión a Chicago”.
El expresidente de la estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela), Rafael Ramírez, ha puesto sobre la mesa un nuevo elemento en el caso de Juan Carlos Márquez, quien fue su estrecho colaborador en la empresa petrolera y que fue imputado por corrupción y blanqueo de capitales en Madrid y que, presuntamente, se suicidó el último fin de semana del mes pasado en Alcobendas, en las afueras de Madrid.
Ramírez aseguró que el caso de su exayudante no estaba claro. Lo dijo en una entrevista concedida al canal de Miami, TV Venezuela. Ramírez, que fue entrevistado por la periodista Mariana Reyes, aseguró que él nunca ha sido acusado formalmente en los tribunales por ningún caso de corrupción y que no podía responder por los manejos irregulares que “terceros” han tenido con Petróleos de Venezuela”. Lo que opina Ramírez, si bien fue hace dos semanas la entrevista, vale la pena rescatarlo para ir atando cabos en este caso.
Al ser preguntado por el encarcelamiento de su primo, Diego Salazar, un boliburgués que hizo fortuna con los seguros, reaseguros y otros negocios en PDVSA, Ramírez aseguró que tenía “la conciencia tranquila” y terminó por referirse al suicidio de Márquez, no sin antes atacar a otros personajes, tanto del régimen de Maduro como de la oposición.
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