El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, anunció este martes su decisión de no renovar el mandato del secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, lo que, según la Comisión, atenta contra su «autonomía e independencia».
En la madrugada del lunes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano autónomo de la OEA, reveló la decisión de Almagro de «abstenerse de avanzar en el proceso de renovación del mandato de su secretario ejecutivo», Paulo Abrao, en el puesto desde agosto de 2016.
Ante esta medida, la Comisión «expresa su más enérgica protesta; así como su alarma ante un grave embate contra su independencia y autonomía», ya que en enero de este año el organismo de derechos humanos había decidido por unanimidad renovar el mandato de Abrao para el periodo 2020-2024.
«La Comisión -reza el comunicado- anuncia a la comunidad internacional que esa decisión unilateral del Secretario General constituye un franco desconocimiento de su independencia y autonomía, que busca la separación de facto del Secretario Ejecutivo, y dejar sin efectos la decisión de renovación adoptada 8 meses antes por la CIDH».
Además, la CIDH asegura que durante esos ocho meses no recibió cuestionamiento alguno por parte de Almagro sobre la pertinencia de renovar el mandato a Abrao.
Horas después de que la CIDH hiciera pública su protesta, Almagro atribuyó su decisión, en otro comunicado, a la existencia de «decenas de denuncias» contra Abrao por parte de funcionarios del organismo, algunas de ellas de carácter supuestamente grave, aunque no se da a conocer su contenido.
De acuerdo a Almagro, algunas de las denuncias estuvieron en el limbo durante meses y no se trasladaron a la Oficina del Inspector General de la OEA, el órgano encargado de velar para que el sistema interamericano respete las normas y refleje las mejores prácticas a nivel internacional.
Almagro consideró que la falta de tramitación de esas denuncias es un «duro golpe» a la credibilidad de Abrao y, por ello, argumenta que la «seriedad y gravedad» de las denuncias «no ha permitido otorgar el visto bueno» a la renovación del mandato del secretario ejecutivo de la CIDH.
«La presunción de inocencia ha sido asegurada, así como que no hay impunidad ni indefensión respecto a denuncias de violación de derechos de las funcionarias y los funcionarios dentro de la CIDH ni en ninguna oficina de la organización. No mientras sea Secretario General», aseveró Almagro en su nota.
Abrao, de nacionalidad brasileña, sustituyó en 2016 en la secretaría ejecutiva de la CIDH al mexicano Emilio Álvarez Icaza.
Con amplia experiencia en los ámbitos de derechos humanos, políticas públicas, financieras y presupuestarias, Abrao se ha distinguido por sus planes para modernizar la CIDH.
Especialmente jugó un papel relevante en la crisis en Nicaragua, donde centenares de personas murieron tras las protestas que estallaron en 2018 contra el Gobierno del presidente nicaragüense, Daniel Ortega.
En esa instancia, la CIDH se convirtió en el organismo internacional de referencia con una misión en el terreno, que fue posteriormente expulsada del país centroamericano.
EFE
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