Alberto Núñez Feijóo afianza su liderazgo en Galicia. Con el 96,23% escrutado, logra 42 diputados de los 75 que conforman el Parlamento de Galicia, una mayoría más que holgada, que implica un diputado más que hace cuatro años, cuando había ya batido su propio récord, con 41 diputados.
En esta ocasión, Feijóo iguala el récord que había fijado Manuel Fraga en número de mandatos, pues encara su cuarta legislatura con mayoría absoluta, el mismo tiempo que estuvo en el Gobierno el histórico fundador de AP y el PP.
Las elecciones gallegas de este domingo significan, con este escrutinio, un castigo para el PSOE y para Galicia En Común, la marca de Podemos en la comunidad, con una fuga de votos que capitaliza el BNG. Los nacionalistas se convierte en segunda fuerza en la Cámara con 19 diputados que significan más que triplicar sus resultados de 2016.
La líder nacionalista, Ana Pontón, confirma el sorpasso al PSOE, que obtiene 14 escaños, exactamente los mismos que hace cuatro años, de modo que no ha sabido sacarle rendimiento a un Gobierno amigo a nivel estatal. De hecho, el Ejecutivo bipartito de PSOE y Unidas Podemos recibe con este resultado un correctivo de los gallegos que puede interpretarse como un castigo a su gestión de la crisis del coronavirus.
El más castigado es Unidas Podemos, que no logra ni entrar en el Parlamento gallego, perdiendo los 14 diputados y el puesto de segunda fuerza de hace tan sólo cuatro años, en polémicas como el caso Dina y, sobre todo, en la división interna de la antigua alianza electoral En Marea.
La fragmentación de esta fuerza de la izquierda rupturista también castiga a la otra fuerza heredera de la desaparecida En Marea, Marea Galeguista, que no entra en el Parlamento.
El sorpasso del BNG al PSOE demuestra no solo el fracaso electoral de Gonzalo Caballero, sino, sobre todo, la capacidad de liderazgo de Ana Pontón en el nacionalismo, que recupera cotas históricas de representación que no alcanzaba desde hace más de dos décadas.
Los resultados de esta noche dejan la Cámara gallega con solo tres fuerzas y confirman la supremacía de Feijóo en el centro-derecha. Así, demostró que el PP es el partido que representa al votante conservador gallego y logra frenar todo intento de Vox y Ciudadanos de entrar en el panorama político. Es el segundo intento y la segunda derrota de Ciudadanos, que no llega ni al 1% de los votos, empeorando su resultado de hace cuatro años, que le había dado el 3,38% de los votos.
En el caso del partido de Santiago Abascal, viven su primer gran fracaso electoral a nivel autonómico. Pese a que durante la campaña echaron el resto y llenaron Galicia de los pesos pesados del partido, se quedaron en el 2%. Se confirman, eso sí, la desafección del votante gallego con Vox, cuya tendencia ya se veía venir en las últimas elecciones generales, en las que no logró representación en el Congreso por Galicia.
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