Al menos seis personas han muerto, ocho están desaparecidas y decenas sufren terribles heridas tras la erupción de un volcán en una pequeña isla turística de Nueva Zelanda, que hizo cundir la impotencia y la angustia de familias en diversos lugares del mundo que buscan noticias de sus seres queridos.
Según el último balance de las autoridades locales, a los seis fallecidos habrá probablemente que añadir las ocho personas que se encuentran desaparecidas y con ínfimas posibilidades de ser halladas con vida.
El nivel de alerta por el volcán aumentó la semana pasada, lo cual hace preguntarse por qué los turistas fueron autorizados a visitar la isla de White Island, al norte de Nueva Zelanda. Por esta razón, una investigación policial fue abierta el martes.
“Vamos a abrir una investigación criminal sobre las circunstancias en las cuales murieron y resultaron heridas estas personas”, anunció a la prensa el vicecomisario John Tims, en Wellington.
En el momento de la súbita explosión en el volcán había en la isla 47 personas, la mayoría turistas de Australia, Estados Unidos, Reino Unido, China o Alemania, además de sus guías.
Sus familias, desesperadas, seguían a la espera el martes de noticias de las personas que siguen desaparecidas. Sin embargo las autoridades explicaron que no habían registrado ningún signo de vida después de varios sobrevuelos.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, calificó el dolor de Nueva Zelanda de “indescriptible” y elogió el heroísmo de los pilotos de los helicópteros de rescate que aterrizaron en la isla después de la entrada en erupción del volcán pese a los riesgos.
“Estos pilotos tomaron una decisión increíblemente valiente en circunstancias muy peligrosas con el empeño de salvar a la gente”, dijo.
Russell Clark fue uno de los médicos enviados en esos helicópteros y describió escenas terribles.
“No encontramos ningún superviviente más. Fue como ver uno de esos documentales sobre Chernóbil. Todo estaba cubierto por cenizas”, dijo.
“Ni siquiera me puedo imaginar lo que tuvo que vivir la gente que estaba allá”, agregó.
El portavoz de los servicios de salud de Nueva Zelanda, Pete Watson, dijo que 27 de los 34 supervivientes fueron tratados por quemaduras en más del 71% de su cuerpo.
Aullando de dolor
Poco después de la entrada en erupción del volcán, una espesa humareda blanca se veía en el cielo desde varios kilómetros de distancia.
Videos grabados en directo mostraban a un grupo de unos seis turistas caminando por el cráter del volcán algunos segundos antes de que se perdiera la señal por la explosión de lava.
Parece ser que la mayoría de las personas que estaban en la isla en el momento de la explosión eran australianos. El crucero “Ovation of the Seas”, que había zarpado de Sídney la semana pasada acaba de atracar en White Island con unos 30 pasajeros a bordo.
Según el primer ministro australiano, Scott Morrison, 24 australianos habían bajado a tierra. “Tenemos que prepararnos para noticias difíciles en los días venideros”, dijo.
Michael Schade, un turista que salió de la isla justo antes de la explosión, filmó a turistas bloqueados en la orilla, esperando ser evacuados bajo las cenizas blancas.
Geoff Hopkins, que tripulaba un barco turístico cerca de la isla y vio la explosión, se acercó a la orilla pese a al peligro al ver que turistas se echaban al agua para huir.
“No creo que haya nadie que haya podido salir de esa isla sin sufrir graves quemaduras”, dijo, describiendo cómo las víctimas aullaban de dolor por las heridas.
La agencia nacional de gestión de urgencias de Nueva Zelanda considera que la actividad del volcán ha disminuido desde la erupción.
“La erupción no fue completamente inesperada porque la actividad del volcán era relativamente elevada desde septiembre y aumentó en los últimos 15 días”, dijo Jessica Johnson, geofísica, en la universidad East Anglia, en Nueva Zelanda.
White Island se encuentra a unos 50 km de la costa de la turística bahía de Plenty y los viajeros aficionados al turismo de aventuras suelen visitarla, ataviados con cascos de seguridad y mascarillas de gas para acercarse al volcán.
White Island es el volcán con más actividad del archipiélago neozelandés, según la agencia gubernamental GeoNet.
Alrededor de 17.000 turistas lo visitan cada año. Ha registrado erupciones frecuentes en los últimos 50 años, la última, en 2016. Este año, se trasladó un contenedor de 2,4 toneladas hasta la isla, en avión, para que fuera usado como refugio en caso de erupción. AFP
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