La estrategia aplicada en Bolivia por parte de Evo Morales para modificar los resultados electorales reprodujo algunas pautas aplicadas por el régimen chavista.
El diario español ABC destacó que no se trata de procesos exactamente iguales, pero hay patrones muy parecidos, lo que lleva a sospechar acerca del asesoramiento chavista y, en última instancia, cubano.
Estas son las similitudes entre lo ocurrido en Bolivia, descrito en el informe de la OEA, con lo conocido en Venezuela.
1. Parón en el anuncio del recuento
Bolivia. La principal incidencia que alertó a la comunidad internacional sobre la falta de limpieza de las elecciones del domingo 20 de octubre fue el parón que, en la noche de esa jornada, se produjo en el proceso de dar a conocer la evolución del recuento del voto cuando este llegó al 83,8% del escrutinio. Con las cifras anunciadas hasta entonces, Morales se encaminaba a una segunda vuelta que le era poco propicia. Ahí se paró el ofrecimiento de datos, durante horas. Todo gran «pucherazo» necesita un tiempo para materializar los votos falsos y requiere hacerlo a puerta cerrada.
Venezuela. Uno de los mayores «sapos» que en su día se tragó la oposición venezolana fue aceptar que la autoridad electoral no anuncie los resultados conforme se van contando los votos, lo que permitiría detectar evoluciones sospechosas, sino que solo se den cuando ya hay una «tendencia irreversible». Eso deja a la oposición y a los ciudadanos a oscuras, mientras el régimen fabrica los votos que necesita.
2. Avance de Morales al «volver» el sistema
Bolivia. Cuando el tribunal electoral boliviano reanudó la información sobre el cómputo de votos, avanzado el día siguiente, Morales había ganado terreno en su duelo con Carlos Mesa, no necesitando ya de segunda vuelta para proclamarse vencedor.
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Venezuela. También en las primeras elecciones de Maduro, en 2013, se produjo un «apagón», en este caso durante las últimas horas de votación y fue una caída del sistema de internet. Según se detalla en el libro «Bumerán Chávez», esa incidencia pudo provocarse para permitir que el chavismo tuviera más capacidad de tráfico en los canales informáticos para llevar a cabo la emisión de votos falsos; cuando el servicio fue restablecido, Maduro adelantó en votos a su contrincante, Henrique Capriles, en las pantallas conectadas con el sistema informático electoral paralelo usado por el chavismo.
3. Sistema informático paralelo
Bolivia. En Bolivia el voto no es electrónico, sino manual. Aunque en un proceso de voto manual también pueden introducirse votos falsos en las urnas, en el caso de voto con máquinas la existencia de una red informática que registra la evolución de la votación permite «hackearla» o, cuando menos, poder conocer ilícitamente ciertos parámetros de cómo está yendo la votación, lo que facilita saber cuántos votos falsos y en qué centros electorales deben producirse para girar el resultado. Eso puede explicar que en Bolivia, a pesar de ser el voto manual, esta vez se pusiera en marcha el llamado TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares), un sistema informático para escanear las actas de los resultados de cada centro, enviarlas a un lugar de recuento y dar a conocer provisionalmente el escrutinio conforme este se iba realizando, a la espera del conteo definitivo de los votos físicos. Precisamente, las irregularidades más graves encontradas por los expertos de la OEA tienen que ver con ese sistema, en el que operaron servidores ocultos, sin supervisión de la empresa auditora y manejados por personas externas: «Resulta extraño que se redirija el flujo de datos a una red foránea, no prevista ni documentada (…) Esto es extremadamente grave».
Venezuela. El chavismo ha contado con un sistema informático paralelo, puesto a punto por ingenieros cubanos y conectado con el sistema electoral oficial, que permite al oficialismo conocer la evolución del voto y saber cuántos votos falsos son necesarios y dónde para ganar las elecciones. También hay sospechas de que las máquinas de votación son vulnerables y pueden ser comandadas desde fuera del centro electoral.
4. Alargar la votación y centros pequeños
Bolivia. La tardanza con que Bolivia procedió al recuento del voto supuestamente rural va más allá de lo que sería normal en un país con población rural dispersa y en ocasiones con difícil comunicación viaria. Que ese voto último en computar fuera prácticamente todo para Morales rompe cualquier tendencia estadística, aun concediendo que entre cierto tipo de población el líder de MAS tuviera más apoyo.
Venezuela. Todo indica que el fraude en Venezuela se produce sobre todo hacia el final de la jornada electoral, cuando normalmente el Centro Electoral Nacional prolonga un par de horas más el horario de votaciones. En las elecciones de 2013 también se registró un pico inusual de votos en favor de Maduro muy avanzado ya el escrutinio. En Venezuela las mayores incongruencias estadísticas ocurren en centros de pequeños, de una mesa o dos mesas.
5. Voto de ausentes, muertos y 100% del censo
Bolivia. La comprobación de actas realizada por los expertos de la OEA destaca numerosas irregularidades: actas completadas por una misma persona (en ocasiones el delegado del MAS en el centro), firmas falsificadas y concesión al MAS del 100% de los votos (es decir, con el voto también de ausentes y muertos no depurados de las listas).
Venezuela. El chavismo, con ayuda de los agentes cubanos que controlan el sistema nacional de identificación venezolano, ha desarrollado procedimientos para usurpar la identidad de ausentes o abstencionistas. También se ha dado el caso de computar votos para Maduro que incluso superan el 100% del censo.
Con información de ABC
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