Más de 150 personas han muerto ahogadas frente a la costa de Túnez en los primeros cinco meses de 2021 a causa del naufragio de media docena de botes precarios fletados por mafias, el último de ellos –y más grave– ocurrido este domingo y que parece marcar una peligrosa tendencia que preocupa tanto al país norteafricano como a sus socios europeos.
Según informó hoy la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), al menos medio centenar de migrantes, en su mayoría procedentes del Sahel y de otros Estados del África Subsahariana, perdieron la vida en aguas meridionales tunecinas al zozobrar una embarcación que había partido horas antes de una de las playas del noroeste de Libia, principal trampolín de la migración irregular en el Mediterráneo Central.
Al igual que ocurriera días atrás, el bote navegaba a la deriva tras ser arrastrado por las corrientes, el viento y el fuerte oleaje hacia el oeste, donde fue hallado por una patrullera tunecina.
Otra treintena de personas pudieron ser rescatadas y llevadas a puerto, donde narraron a los profesionales de la OIM que les atendieron el trágico destino de sus compañeros.
«Nuestros equipos en Túnez han provisto de ayuda humanitaria a aquellos que pudieron ser rescatados, y también un lugar para refugiarse», explicó Msahli, que volvió una vez más a pedir responsabilidad y un cambio en las políticas de migración para evitar más muertes en el mar.
De confirmarse la cifra, este sería el naufragio mortal más grave ocurrido en lo que va de 2021 frente a las costas de Túnez después de que el pasado 16 de abril un total de 41 personas desaparecieran bajo las olas al volcar un cayuco que había salido poco antes de la playa tunecina de Sidi Mansour, próxima a Sfax, segunda ciudad en importancia del país norteafricano.
La embarcación, con la que los migrantes trataban de llegar a la cercana isla italiana de Lampedusa, también se hundió debido a su deficiente estado, al sobrepeso y a las condiciones climáticas adversas.
Este es el quinto naufragio mortal de un bote con migrantes que tiene lugar este año frente a las costas de Túnez, algo que las autoridades tunecinas como a los responsables europeos temen se perfile como una tendencia.
«Es un asunto que nos preocupa porque parece que hay un desplazamiento de las mafias de Libia hacia Túnez, e incluso una mejor coordinación entre los traficantes de los dos países», explica a Efe un diplomático europeo afincado en la zona.
Según la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alrededor de 23.500 personas han logrado cruzar este año de forma irregular el Mediterráneo y arribar a las costas de Italia y España gracias a mafias que actúan en Túnez, Argelia, Libia y Marruecos.
ACNUR señala, asimismo, que 633 personas han desaparecido en el mar, la mayoría en la llamada ruta del Mediterráneo Central, considerada una de las más mortíferas del mundo.
De acuerdo con la OIM, más de 7.000 migrantes han sido interceptadas por patrulleras en 2021 y retornadas a Libia pese a estar considerado «un país no seguro».
Otras 157 han muerto ahogadas y 349 han desaparecido en naufragios ocurridos en esta ruta, que conecta las playas de Libia con las costas de Italia y Malta.
EFE
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