Casi dos semanas después de las elecciones generales en Bolivia, donde resultó reelecto Evo Morales, algunas fichas del juego democrático se han movido ante los señalamientos de supuestas irregularidades en el proceso, así reseñó RT
El Gobierno, que ofreció permitir una verificación de los resultados, ha sellado un acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA) para llevarla a cabo a partir de este jueves, a pesar de la negativa del excandidato presidencial Carlos Mesa.
En las calles se mantienen las tensiones entre quienes han bloqueado algunas zonas en varias provincias alegando «fraude» y pidiendo repetición de elecciones, y los que piden respetar los resultados y su derecho al libre tránsito. Además, hay un llamado a paro, por parte de la oposición, que ha dejado pérdidas millonarias y ha afectado incluso a quienes no han querido adherirse.
Hasta el momento se han contabilizado más de cien heridos en hechos de violencia que el Gobierno atribuye a los llamados realizados por Mesa, como parte de un «plan golpista». En respuesta, el excandidato ha negado su responsabilidad y ha situado las agresiones del lado oficial.
Acuerdo sobre auditoría
Diez días después de haberse llevado a cabo los comicios, el Gobierno y la Secretaría general de OEA firmaron un acuerdo que comprometió al país andino a permitir que se realice una auditoría integral de los resultados, a partir de este jueves.
El en documento, La Paz acordó garantizar «todas las facilidades para el cumplimiento adecuado de la auditoría al cómputo oficial de los votos, así como la verificación de las actas, los aspectos estadísticos, la cadena de custodia, todo en conformidad con las normas».
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Dos días después de realizadas las elecciones generales, el canciller boliviano, Diego Pary, informó que había solicitado a la OEA una verificación de «todo el proceso de cómputo oficial de los votos de las elecciones», mediante una carta enviada al secretario general de esa organización, Luis Almagro, para que conformara una comisión al respecto.
Por su parte, Mesa manifestó en un comunicado su desacuerdo con la auditoría, a la que considera «inconsulta» y «unilateral«, y advirtió que su posición era «invariable» desde el día de los comicios, cuando arrojó sus dudas sobre la transparencia del sistema electoral.
Las peticiones de Mesa se han modificado con el paso de los días. En un inicio pidió que se llevara a cabo una segunda vuelta, en rechazo a los resultados preliminares que daban la victoria a Evo Morales, y luego dijo que solo aceptaría una auditoría vinculante si el mandatario desconocía los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Las dudas de las OEA
Tras el ofrecimiento inicial de Bolivia, el Consejo Permanente OEA se reunió la jornada siguiente para debatir sobre el informe preliminar de la Misión de Observación Electoral (MOE), que cuestionaba las elecciones en el país andino y recomendaba realizar una segunda vuelta por las supuestas irregularidades halladas.
En este encuentro, los representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, EE.UU. y Ecuador manifestaron su desacuerdo con los resultados preliminares de las elecciones en Bolivia.
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Entre las voces divergentes estaban los representantes de Bolivia, de México y de Nicaragua, que recordaron que el proceso no había finalizado y pidieron respeto por la soberanía del país andino y sus instituciones. Un día después, se presentó ante el Consejo el canciller boliviano.
¿Qué había pedido Mesa?
El expresidente opositor había manifestado su desconfianza en el proceso electoral boliviano antes y después de emitir su voto el domingo, y acusó TSE de ser «un brazo operativo del Gobierno».
Al día siguiente, calificó como «fraude escandaloso» y «vergüenza para el país» los resultados no definitivos que arrojó la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y convocó a los bolivianos a defender sus votos en las calles en «una batalla democrática».
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El señalamiento de Mesa se debe a la suspensión de la transmisión de la TREP cuando el conteo había alcanzado 83,7 % del total, la noche del domingo. Según estos resultados previos y no vinculantes, como han explicado las autoridades bolivianas, Morales iría a una segunda vuelta.
Tras reanudarse el escrutinio, reflejado en la página del cómputo electoral, la tarde del lunes, el propio organismo difundió el resultado preliminar dando como ganador a Morales sin balotaje.
Bloqueos
Apenas se conocieron las cifras preliminares, grupos de choque atacaron e incendiaron las sedes de los tribunales electorales en las provincias de Beni, Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca y Potosí. El Gobierno ha responsabilizado a Mesa de estos hechos y él lo ha negado.
En algunas zonas de esas provincias, quienes apoyan a Mesa han realizado bloqueos y barricadas en las vías citadinas, aduciendo que existe «fraude», recoge La Razón.
En respuesta, sectores campesinos e indígenas que respaldan a Morales han tratado de retirar las barricadas, han obstruido algunas las carreteras interdepartamentales y se han movilizado en defensa de los resultados de los comicios.
Ante la escalada de agresiones que se ha extendido por más de una semana, la Organización de las Naciones Unidas ha pedido la pacificación «urgente» en Bolivia.
Violencia y heridos
Esta situación ha generado tensiones y confrontaciones entre quienes obstruyen las vías y los que exigen su derecho al libre tránsito y al trabajo.
En algunas zonas de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz se han registrado hechos de violencia que han causado heridos. En la capital, en las inmediaciones de la ‘Casa Grande del Pueblo’, sede del Gobierno, se ha iniciado una vigilia por parte de los seguidores de Morales, además de marchas.
El Gobierno ha responsabilizado a «grupos de choque» opositores de llevar a cabo agresiones en contra de la ciudadanía con la finalidad de generar desestabilización, a través de la violencia. Por su parte, la oposición señala al partido oficialista de propiciar estos hechos.
Además de los bloqueos, los sectores opositores han acatado el llamado a paro hecho por Mesa, lo que ha generado pérdidas diarias de unos 20 millones de dólares en la provincia de Santa Cruz, bastión opositor, donde los bloqueos y la violencia se ha radicalizado, según datos de la vicepresidencia.
Hasta ahora, según datos de la Defensoría del Pueblo, hay 139 personas heridas, entre ellas cinco por arma de fuego.
¿Por qué hubo una pausa?
Según el sistema electoral boliviano, hay dos mecanismos de conteo que funcionan de manera paralela: la TREP y el Recuento Oficial de los Votos.
Los resultados que arroja la TREP son técnicos y no vinculantes, a diferencia del cómputo oficial. La pausa que se realizó entre el domingo y el lunes se debe a que está establecido que el conteo rápido solo puede llegar hasta 80 %, aproximadamente. Ese tope es consecuencia del voto rural, cuyos datos no pueden transmitirse de inmediato, en vista de que en muchos lugares no hay acceso cercano a internet.
Ante el cuestionamiento que generó la pausa que hubo durante la transmisión de resultados preliminares, al llegar a 83,74% de los votos computados en el TREP, tras un reunión en la que participó la OEA, en el TSE se sugirió seguir transmitiendo los datos, por lo que así se hizo.
Morales, del Movimiento Al Socialismo (MAS), obtuvo el 47,08% de los votos, mientras que Mesa, del partido conservador Comunidad Ciudadana, logró el 36,51%. Dado el margen de más de 10 puntos porcentuales, que representan 648.439 votos, el mandatario logró la victoria sin necesidad de realizar una segunda vuelta.
En estos comicios, en los 342 municipios que hay en Bolivia, el MAS ganó en 289, lo que equivale a más de 85 % del total.
En cuanto a la Asamblea Legislativa Plurinacional, el partido de Gobierno obtuvo 21 representantes ante la cámara de senadores, que está compuesta por 36 escaños, por lo que también posee mayoría absoluta.
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En la cámara de diputados, conformada por 130 legisladores, el movimiento oficial obtuvo 68 curules, lo que le otorga nuevamente la mayoría absoluta.
Finalmente, y a pesar de la oposición férrea de Mesa y de la confianza del Gobierno en la transparencia del árbitro electoral, habrá que esperar la revisión de los resultados por parte de la OEA, que en un inicio pedía ir a segunda vuelta, para saber qué nueva pieza del tablero político se mueve.
Con información de RT
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