Luliana Thalía Olvino Torres había participado en concursos antes de llegar a ser Miss Delta Amacuro. Conocía la dinámica y la adrenalina en ese tipo de competencias. La ayudo a manejar los nervios, cuenta. Pero eso no la mantuvo exenta de andar contrarreloj. “Nada se compara con el Miss Venezuela, es otra cosa. Uno sabe que una vez que comienza el show no hay tiempo para nada. Dejé los zapatos del vestido de gala en la maleta. Yo estaba en el estudio 1 de Venevisión y se me quedaron en el estudio 5. Todas las maletas eran iguales. Luego, faltaba el bolso donde tenía la llave del candado. Al final me los puse casi a punto de entrar a la pasarela”, dijo la ahora Miss Venezuela 2019.
Un sobre con su nombre leído por Henry Silva cambió su vida el primero de agosto en la noche. A corto plazo, Thalía, TSU en Mercadeo, quería finalizar sus estudios, adquirir experiencia y montar su propio negocio. Ahora su foco es la preparación para representar el país en la próxima edición de Miss Universo, en la que no será la única venezolana, pues Teresa Ruglio Sánchez llevará la banda de Miss Malta.
Mide 1,76 metros. Tiene 20 años de edad. Los cumplió en abril. A pesar de haber crecido en Valencia, estado Carabobo, representó a Delta Amacuro y dice que fue un placer porque, a su juicio, es una entidad federal muy imponente, selvática, con muchos recursos naturales y con la que logró conectarse. “Los deltanos me apoyaron cuando pensé que no iba a ganar la corona, me escribían mensajes y se los agradezco. Esto es para ellos”.
No era una de las favoritas para ganar la corona. Pero era su objetivo y lo alcanzó. Practicó natación, deporte que le enseñó a mantener foco. “Tienes el objetivo claro de montarte en el podio, de ganar la medalla y en el caso del Miss Venezuela quizás no tuve la popularidad, pero sí la determinación para lograrlo. Cada vez que tuve la oportunidad me destaqué. Hay toda una preparación detrás. Por eso gané”.
El fututo le genera ansiedad, pero su participación en el reinado le dio herramientas para manejarla. “A veces controlar todo lo que está a nuestro alrededor no es lo más positivo”, señaló. Quiere transmitirle a todas las niñas del país que el Miss Venezuela es un concurso que va más allá de los estereotipos, de las medidas: es belleza con propósito. “Todo está en la autenticidad, en hacer lo que les gusta y disfrutarlo”, agregó.
La zuliana Melissa Esther Jiménez Guevara, primera finalista, representará al país en el Miss International, que se celebrará en Tokio el 12 de noviembre. Allí espera que Mariem Velazco le entregue la corona que hoy lleva: confía en un nuevo back to backde la belleza venezolana.
Desde el principio figuró como una de las favoritas y fue este año cuando su participación en el concurso se hizo posible.
Tiene 20 años de edad. Mide 1,74 metros y practicó gimnasia desde pequeña hasta hace año y medio. Estudia Nutrición y Dietética y habla inglés. Ya tiene programadas clases de oratoria y proyección, entre otras, como parte de su preparación para el Miss International.
El país como prioridad
Las reinas Thalia Olvino y Melissa Jiménez coinciden en que Venezuela es una nación de oportunidades, pese a estar sumida en la peor crisis política, social y económica de su historia. “Es un país que nos pide que nos quedemos acá, apostando por él, retribuyendo todo lo que nos ha dado; por más lamentable que sea nuestra situación, debemos verlo con ojos de futuro, que las nuevas generaciones puedan aprovechar. Tenemos que aprovechar el talento que hay. Quiero transmitirle a los jóvenes que este es un país sin fin de oportunidades. Es verdad que estamos pasando por una situación delicada. Este certamen es uno que nos conecta con esas necesidades de tiene el venezolano a través de acciones y causas en las que estamos trabajando”, señaló Miss Delta Amacuro.
Jiménez manifestó: “Venezuela tiene más futuro que pasado. Es una tierra llena de oportunidades y tenemos todo para seguir construyendo en él. No podemos dejarnos llevar por las circunstancias, pues uno determina qué se hará frente a eso”.
Con información de El Nacional