En un inesperado giro que tomó a todo el mundo por sorpresa, OnlyFans, la plataforma de contenido por suscripción que explotó durante la pandemia gracias a la gran cantidad de contenido adulto y sexualmente explícito que albergaba, ha decidido restringir “la pornografía en su plataforma”.
Esta política, anunciada apenas este jueves y que empezará a regir desde el 1 de octubre, abre un gran interrogante para esta compañía que en menos de dos años logró posicionarse como la gran revelación de la industria del porno: ¿podrá OnlyFans sobrevivir sin contenido sexual?
OnlyFans fue fundada en 2016 por el empresario británico Timothy Stokely. Dos años después, Leo Radvinsky, una de las personas más poderosas de la industria del porno, compró una participación mayoritaria.
Radvinsky es el fundador del sitio de cámaras MyFreeCams, un servicio tremendamente exitoso utilizado por modelos para ganar dinero desnudándose y realizando actos sexuales frente a una cámara web mientras cientos, y a menudo miles, de personas miran en vivo en línea, pagando desde montos simbólicos hasta grandes sumas dinero en efectivo. También en un momento dirigió una firma boutique de capital de riesgo que invirtió en empresas de tecnología.
En los últimos meses, y a medida que la popularidad de OnlyFans explotó, Radvinsky ha estado buscando silenciosamente cobrar su inversión. Por eso OnlyFans contrató al banco comercial Raine Group para ponerse en contacto con capitalistas de riesgo y otros inversores, pero ninguno de esos posibles negocios cuajó, probablemente debido al contenido amigable con el sexo que alberga el sitio.
Un arrebato de moral que sorprende en el mundo de los negocios, porque ciertamente OnlyFans tiene los números de su lado. Sólo el año pasado, la compañía tuvo ingresos netos de 375 millones de dólares y espera que este año la suma ascienda a 1.200 millones de dólares, según una publicación de la revista Fortune.
Además, la plataforma tiene más de 7 millones de “fans” que mensualmente pagan por acceder al contenido exclusivo, en su mayoría de carácter sexualmente explícito, desembolsado hasta la fecha unos 3.2 mil millones de dólares a los creadores de contenido. De estas transacciones multimillonarias la empresa obtiene un 20% de ganancias directas.
Pero OnlyFans no solo es un buen negocio para sus dueños, sino que ha significado un enriquecimiento considerable para muchos de sus creadores de contenido. Casos como el de Maitland Ward, una exmiembro del elenco de Boys Meets World que ahora es una súper estrella del contenido adulto, ganó en sus primeras seis horas en la plataforma, más de 1 millón de dólares, y dice que al mes tiene ingresos por seis cifras. Como ella, más de 300 creadores tienen ingresos por más de 1 millón de dólares al año, o al menos así lo afirmó OnlyFans en su discurso a los inversores.
La plataforma también ha atraído a celebridades de la talla de Cardi B, Bella Thorne, Tyga, Blac Chyna, Amber Rose y en Latinoamérica nombres como Luly Bossa, Aura Cristina Geiner, Luisa Castro y otras actrices o influencers hicieron el paso a Only Fans para compartir sus fotos o videos “subidas de tono” y facturar más.
Pero esa llegada de famosas también “matizó” el contenido, pues no todos comparten fotos de desnudos o explícitamente sexuales, centrándose en una interacción más exclusiva e íntima con sus seguidores. Esta es precisamente la apuesta de la plataforma de cara al futuro, y por eso los cambios anunciados el jueves.
El sexo vende, pero también asusta, especialmente cuando se trata de la industria financiera.
El cambio, sin embargo, no es una apuesta menor o completamente segura, por el contrario, es un viraje completo que podría fácilmente acabar con el negocio. Pensemoslo así, OnlyFans creció tanto estos últimos años porque muchas trabajadoras y trabajadores sexuales encontraron en la plataforma un espacio seguro para poder seguir laborando después de que la pandemia forzara los encierros masivos o “lock downs” en todo el mundo. Fueron ellas y ellos, quienes hicieron explotar el negocio, llamando la atención de los famosos y por esa vía popularizando la plataforma.
Prohibir el contenido explícito y sexual hará que las y los trabajadores sexuales se vayan de la plataforma, y por esa vía, también sus fans.
Un indicio de lo que vendrá es la cantidad de me gusta que dejan los usuarios en el contenido de los artistas principales (y famosos C-listers) en comparación con los números de los artistas adultos.
Por ejemplo, la estrella de telerrealidad Blac Chyna ha acumulado 15,800 me gusta en 153 publicaciones (cobra $20 mensuales por el acceso; no se muestran los números de suscriptor). Mientras tanto, la sensación de Internet Tana Mongeau, que no cobra por su contenido, tiene más de 425.000 me gusta. Cardi B, por su parte obtuvo 10,300 me gusta mientras publicaba sólo seis veces, por $5 por mes.
Sin embargo, las estrellas adultas empequeñecen esos números. Jessica Drake, que cobra a los suscriptores $10 mensuales, tiene más de 88.000 me gusta. Angela White tiene 637.000 me gusta y cobra $10 por mes. Y Ward, que cobra 8 dólares mensuales, tiene más de 786.000 me gusta.
Sí, Bella Thorne tiene 1 millón de me gusta sin tarifa de suscripción. Pero la actriz porno Riley Reid tiene más de 1.5 millones, con una tarifa mensual de $25.
Y esos fanáticos, al igual que otros, están protestando en voz alta por la prohibición de contenido sexualmente explícito en las redes sociales.
Los competidores de OnlyFans dicen que no están sorprendidos por su decisión de volverse más convencional, acusando a la compañía de usar la industria para adultos como nada más que un trampolín.
“La industria para adultos está tristemente acostumbrada a que las empresas se corten los dientes en el mercado de adultos y luego las abandonen una vez que alcanzan una masa crítica”, dijo Dominic Ford, fundador de JustForfans. “[Fuimos] fundados y construidos por y para las trabajadoras sexuales y su personal está compuesto en un 100% por trabajadoras sexuales y personas que han estado en la industria del porno durante muchos, muchos años … Eso nunca cambiará y no tenemos ningún interés en ‘mainstreaming’”.
OnlyFans dice que los socios bancarios y los proveedores de pagos lo presionan para realizar el cambio y que lo está haciendo “para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de nuestra plataforma”.
Algo de eso suena cierto. Los bancos tienen una larga historia de políticas contra los trabajadores sexuales, que llegan incluso a cerrar las cuentas bancarias de los artistas intérpretes o ejecutantes. Pero el momento del cambio no podría parecer menos oportuno.
Sin poder subir su contenido, los actores y actrices porno y el resto de trabajadores sexuales que hay en OnlyFans se trasladarán a otra plataforma, y es probable que los fanáticos los sigan. Entonces la pregunta se renueva: ¿Los esfuerzos de OnlyFans para atraer a celebridades más tradicionales mantendrán el interés de los usuarios? ¿O esos usuarios seguirán a las trabajadoras sexuales?
La historia apunta a lo último. Tumblr, que era un destino popular para las personas que buscaban contenido para adultos, prohibió las imágenes sexualmente explícitas en 2018. Un año después, el sitio, que había comprado Yahoo por 1.1 mil millones de dólares antes del cambio, terminó siendo vendido a otro dueño por apenas 3 millones de dólares.
¿Será esta la suerte de OnlyFans?
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