Venezuela hizo historia este sábado, luego de que el Sistema Nacional de Orquesta realizara el concierto más grande del mundo con el que busca romper el Récord Guinness.
12.096 músicos interpretaron la ‘Marcha Eslava‘, del gran compositor ruso Piotr Chaikovski, con el que pretende entrar en el libro de récords.
Se espera que en los próximos días la organización de el veredicto sobre el concierto, luego de que auditen la información que otorgaron los más de 200 observadores independientes.
Los temas a considerar para el Récord Guinness como el país con la más grande orquesta del mundo, los 12 mil músicos deberán ejecutar una obra sinfónica del repertorio universal que tenga una duración mayor a 5 minutos. Además, esta obra debe ser ejecutada por músicos especialistas que no compartan los instrumentos entre sí.
Esta información la detalló en la rueda de prensa el director ejecutivo del sistema de orquestas, Eduardo Méndez.
¿Cuándo comenzó?
El concierto de aquel sábado 7 de abril de 2018 marcó el camino. En el Poliedro de Caracas, 10.701 jóvenes pertenecientes al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela se reunieron en un homenaje de despedida a José Antonio Abreu.
El fundador falleció el 24 de marzo de ese año, por lo que el encuentro que se organizó en apenas una semana y que convocó a músicos de la Gran Caracas, reseñó El Nacional.
Fue durante esa semana que Eduardo Méndez, director ejecutivo de El Sistema, y el equipo que lo acompaña, se plantearon la posibilidad de contactar a Guinness World Records para certificar aquella reunión de ejecutantes como la orquesta más grande del mundo.
Este título desde el 1° de septiembre de 2019 lo ostenta la agrupación de 8.097 músicos que interpretó en San Petersburgo, Rusia, el himno nacional de ese país.
No hubo tiempo de certificar
En aquella oportunidad no hubo tiempo para presentar toda la documentación requerida para aplicar a un intento de récord.
«Te piden llenar formularios, adjuntar documentos donde fundamentas tu solicitud, expresas la voluntad de realizarla, expones lo que puedes lograr, que tienes capacidad para hacerlo. Ellos evalúan y te dicen si calificas o no. Eso toma tiempo y entonces no lo teníamos», recuerda Méndez.
Un largo camino hacia el récord
A finales de 2019, el también violinista y abogado retomó el contacto con la organización Guinness.
«Ya se comenzaba a hablar del coronavirus. Se dieron nuevas conversaciones, tomando siempre en cuenta lo que estaba pasando en el mundo, pero llegó la pandemia y se paró todo».
No fue sino hasta hace tres meses, cuando reiniciaron sus actividades y con ellas los conciertos, que Méndez volvió a tener comunicación con los responsables de establecer los récords mundiales.
«Cuando la flexibilización permitió volver a clases y las presentaciones con aforos controlados, solo entonces decidimos hacerlo», enfatizó
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