Por Andrea Rivero / Infobae / EFE
En un comunicado, la presidenta del museo, Laurence des Cars, destacó que ambos tienen la etiqueta de “Tesoros Nacionales” de Francia, lo que les garantiza una protección especial. No fue difundido el montante de las dos compras, aunque la responsable del Louvre agradeció “la fidelidad y el apoyo” de los mecenas de la institución, destacando entre ellos a los filántropos estadounidenses Harry y Linda Fath y a la Sociedad de los Amigos del Louvre.
Según De Cars, la compra del cuadro de Cimabue supone “un hito esencial para poder comprender el desarrollo de la pintura occidental”, pues marca “la fascinante transición” de las formas simbólicas del Arte Románico a las más figurativas y detalladas de la pintura renacentista. Esta obra, que data de en torno a 1280, pintada sobre madera de álamo y con un tamaño de 25,8 por 20,3 centímetros, formaba parte de una serie de paneles en los que el artista prerrenacentista plasmó escenas de la pasión de Cristo.
«Marine Terrace» es considerada la obra maestra del Víctor Hugo dibujante. La obra maestra fue encontrada en 2019 en una vivienda de la localidad francesa de Compiègne, colgada entre el salón y la cocina de una familia que no habían dado especial importancia a esta obra hasta que la llevaron a un gabinete experto en arte antiguo. El cuadro, valorado en entre 4 y 6 millones de euros, fue vendido en octubre de 2019 por la alta suma de 24 millones de euros a un inversor particular -según algunos medios se trataba del empresario chileno Álvaro Saieh-, hasta que cuatro años más tarde el Louvre logró adquirirlo (lo había declarado Tesoro Nacional en 2019).
Sobre el dibujo Marine Terrace del célebre escritor francés Víctor Hugo, fruto de su vertiente como artista gráfico, Laurence des Cars agradeció la “generosidad” de la Sociedad de los Amigos del Louvre.
Su presidente, Louis-Antoine Prat, consideró que el dibujo es “la gran obra maestra” del Víctor Hugo dibujante y contó que plasma el intenso romance entre el autor de Los Miserables y Juliette Drouet, pues “las iniciales de los dos amantes se entremezclan” en la pieza. Ambas van en dirección al cielo en medio de un paisaje tormentoso y gris de la isla anglo-normanda de Guernsey, lugar de exilio de Víctor Hugo durante 15 años.