El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande aseguró que tiene como objetivo poder presentar una “propuesta preliminar de reestructuración” a sus acreedores a lo largo de los próximos seis meses.
Evergrande celebró anoche una conferencia telefónica con sus acreedores, tras lo que remitió un comunicado a la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza, en el que explica que “reiteró su posición de que evaluará las condiciones del grupo, con vistas a formular un plan de reestructuración que proteja los derechos de todas las partes implicadas”.
El documento solamente añade el citado plazo e indica que se están llevando a cabo los “trabajos de auditoría”, al tiempo que promete a los acreedores que “seguirá escuchando cuidadosamente sus opiniones y sugerencias”.
Los inversores no parecieron demasiado optimistas ante las últimas noticias, como demuestra el hecho de que las acciones de Evergrande en Hong Kong cayeran este jueves más de un 6,2% poco antes de las 12.00 hora local (04.00 GMT).
Esta misma semana, el conglomerado ya había publicado un comunicado en el que pedía paciencia a sus acreedores, a los que también instaba a no “emprender acciones legales agresivas” mientras continuaba analizando el estado real de las cuentas corporativas y preparando un plan de “reorganización”.
Esa fue la respuesta de la compañía a las informaciones, publicadas en la prensa internacional, que apuntaban que los bonistas ‘offshore’ de Evergrande se estarían preparando para reclamar por la vía judicial que la firma china cumpla con sus obligaciones.
También ha trascendido recientemente que las autoridades de la provincia suroriental de Cantón -que intervinieron en Evergrande a principios de diciembre de 2021- anunciarían antes de marzo un marco para el plan de reestructuración de deuda, y que tendrían listos todos los detalles hacia octubre.
En total, Evergrande tiene emitidos en torno a 20.000 millones de dólares en bonos ‘offshore’, y destacadas agencias de calificación como Fitch ya consideran que ha incurrido en impago en parte de ellos.
Según datos ofrecidos a mediados del año pasado por la compañía, su pasivo total supera los 300.000 millones de dólares, aunque la situación se tornó especialmente difícil de sostener después de que, en agosto de 2020, Beijing anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que, como Evergrande, habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento.
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