Las protestas de los pensionados en Venezuela cada vez son más frecuentes, pues el pago que reciben quienes con esfuerzo se han ganado este beneficio, solo les alcanza para cubrir una ínfima parte de la Canasta Alimentaria. Esta realidad fue reflejada en un informe elaborado por la ONG Covite, donde, además, aseguran que el valor real de las pensiones en los últimos años imposibilita el poder de compra de estas asignaciones.
Covite recuerda que una de las cualidades básicas de las pensiones es el aporte monetario que permita la capacidad adquisitiva real; en consecuencia, el colapso de su valor puede considerarse la evidencia de la destrucción o de la disolución del sistema de pensiones.
Para la ONG, el otorgamiento en los últimos años de centenares de miles de pensiones, crecientemente desvalorizadas en su capacidad adquisitiva y que apenas cubren una ínfima parte de una Canasta Alimentaria, contrasta con los notables avances que supuso la igualación de las pensiones de vejez con un salario mínimo.
De acuerdo con los registros administrativos del Ivss, para 1998 las pensiones totales de este instituto (suma de las de vejez, invalidez/incapacidad y sobrevivencia) cubren a unos 387.000 destinatarios, después de una fase inicial de casi 3 décadas de crecimiento de ese sistema. En contraste, para el 2012 esa cobertura llega a más de 2,4 millones de pensionados y a casi 2,9 millones en el 2015; es decir, hay una expansión de más de 6 veces el número de pensionados desde 1998 al 2012 y de más de 7 veces hasta el 2015.
En cuanto a las pensiones de vejez pasan de unas 245.000 (en 1998) a casi 1,9 millones (en 2012), lo que supone un aumento de casi 8 veces en el número de estas pensiones, y llegan a más de 2,3 millones (en 2015) lo que implica un crecimiento de más de 9 veces de la cantidad inicial.
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