Un grupo de manifestantes se enfrentó este martes con la Policía en inmediaciones del estadio Metropolitano Roberto Meléndez que volvió a recibir público en el partido entre Colombia y Argentina, de las Eliminatorias Suramericanas al Mundial de Fútbol de Catar.
EFE
En redes sociales circularon videos en los que grupos de jóvenes se enfrentaron con el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) que les impidió llegar hasta el estadio.
Gritos, carreras y gases lacrimógenos fueron la constante de estas escenas que dejaron al menos 46 personas detenidas, según reportes recibidos por la ONG Campaña Defender la Libertad un Asunto de Todas.
Previo al partido la Policía hizo dos allanamientos en viviendas del municipio de Soledad, perteneciente al área metropolitana de Barranquilla, en donde halló escudos artesanales, botellas de vidrio, con las que se fabrican cócteles molotov, guantes, gafas de protección y mascarillas con filtro.
Barranquilla dispuso de un robusto esquema de seguridad con 4.500 policías, para garantizar la seguridad en la ciudad y que el partido pueda llevarse a cabo sin problemas.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Mientras esto ocurría, los que estaban felices eran los comerciantes de los alrededores del estadio que alistaron comidas, bebidas, camisetas, gorros y banderas para vender y ser parte activa de la reapertura de la economía dispuesta por el Gobierno colombiano.
«Que vuelva el público al Metropolitano es importante para nosotros porque nosotros dependemos de este estadio. Nosotros ahora mismo estamos en nada, mientras no llegue público al estadio no se reactivan los negocios de nosotros«, dijo en redes sociales Gilio Quiroz, un comerciante que sacó camisetas de la selección colombiana para venderlas.
El Gobierno colombiano aprobó un decreto en el que permitía la «reactivación» desde el 1 de junio, donde disponía las bases para una activación de la economía acelerada y segura con el fin de estimular la generación de empleo, uno de factores que puede mitigar la pobreza en la que está sumida el país y que ha originado protestas en todo el país desde el pasado 28 de abril.
Gracias a esa medida gubernamental se autorizó el ingreso de 10.000 personas al partido de eliminatoria en la ciudad caribeña de Barranquilla, elegida por las autoridades para hacer el piloto de la reapertura dada las condiciones sanitarias favorables.
Omaira García, una vendedora informal de jugos, refrescos, gorras y banderas dijo sentirse «bien porque vamos a ganar platica, porque pese a que salíamos no había gente».
A su voz se sumó la de Adonai Cataño, quien no veía la hora de que se autorizara el ingreso de público al escenario deportivo porque con ello regresa la gente y eso «nos favorece, especialmente en los partidos de Junior o de la Selección» porque, explica, mejoran las ventas no solo de él sino de otros comerciantes casi asfixiados por las restricciones impuestas por el Gobierno para atajar la expansión del coronavirus.
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