Varias decenas de niñas asintieron nerviosas, casi al unísono, cuando la periodista María Eizaguirre las interpeló durante la presentación del encuentro ‘Las niñas y el fútbol’.
Lucía Santiago / EFE
«¿Sabéis quién es?», preguntó ante la sonrisa cómplice de Deyna Castellanos. La incorporación de la atacante de Maracay a las filas del Atlético de Madrid ha supuesto, además de su bienvenida al profesionalismo, su propia reconversión. La venezolana es ahora, también, referente para multitud de jóvenes españolas, como las que este martes descubrieron su historia de vida en la residencia del embajador de Estados Unidos en Madrid.
En Florida terminó su formación académica y deportiva esta joven que ya soñaba con 10 años con ser futbolista profesional.
«Yo llegué al fútbol a través de mi hermano, acompañándolo a los entrenamientos», explicó Deyna Castellanos ante sus nuevas admiradores, niñas del Atlético de Madrid, el Leganés, el Dragones de Lavapiés o el Madrid CFF. «En Venezuela el fútbol era un deporte totalmente masculino, pero yo siempre me ponía a patear una pelota y a hacer dominios con el balón. Un día me vio un entrenador y habló con mis padres para que me pusieran a jugar. Era buena», apuntó en mitad de una carcajada.
Ese encuentro con la jugadora colchonera fue el broche a una jornada frenética y es que algunas de las mejores futbolistas españolas fueron evaluadas por entrenadores de las mejores universidades de Estados Unidos. La agencia AGM, especializada en la gestión de becas académicas y deportivas, está identificando esos nuevos talentos para tenderles un puente a futuro.
«Las universidades representan una oportunidad increíble para las jugadoras de medio o de alto nivel, ya que pueden utilizar el fútbol para formarse académicamente, disfrutando de las competiciones universitarias durante cuatro años. Pero también representan el camino a seguir por nuestras jugadoras de más alto nivel, con las excepción de algunas ‘megacracks’ que pueden tener oportunidades en el fútbol profesional a los 18 años. Esas jugadoras tienen la oportunidad de ir a las mejores universidades, con lo que su desarrollo personal, académico y deportivo está asegurado. Y a los 22 años, con una carrera universitaria, un inglés perfecto y cuatro años de experiencia en una liga competitiva, estarán ya maduras y preparadas para entrar de lleno y con oportunidades en el fútbol profesional, sea español o internacional», indicó Gonzalo Corrales, fundador de AGM, en declaraciones a EFE.
«En mi caso», sostuvo Castellanos, «jugar en la universidad de Florida fue una de las mejores cosas de mi vida». «Estar educándome a un nivel muy alto y jugar al fútbol universitario es muy exigente, pero es una de las experiencia más bonitas que he podido vivir. Me marcó mucho», aseguró la delantera del Atlético de Madrid.
De esa etapa, Deyna Castellanos guarda asimismo «valores como la pertenencia a un equipo» y la conquista del «torneo nacional, en 2018, que fue un año magnífico».
«Pero detrás de ese éxito, de los premios individuales y colectivos, hay mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucha disciplina y muchas ganas de querer superarte, de avanzar y de ser la mejor, inspirando a todas las niñas que me siguen en Venezuela. Deseo hacerles el camino más sencillo, deseo que no vean que el fútbol es solo un deporte para hombres. Nosotras vamos a conquistar el mundo. No somos el sexo débil. Espero realmente que ellas no tengan que seguir creciendo con esos estereotipos», subrayó.
Ella los derribó para que no los sufran jóvenes como Isabel Navas o Sofía Echevarría, preparadas para cruzar el charco y explorar otro mundo. Están dispuestas, como Deyna Castellanos, a vencer el miedo y a probar fortuna.
«El deporte os ayudará a alcanzar vuestras metas. Que nadie os diga que no podéis», reflexionó Hannah F. Buchan, anfitriona en un encuentro que marcará el principio de una nueva vida para las próximas generaciones de futbolistas.
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